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Gualeguaychu » El Dia
Fecha: 29/12/2024 14:52
2004 tuvo un fin de año convulsionado por la tragedia de Cromañón, pero también por un hecho que marcó un antes y un después en la historia de la ciudad: la desaparición de Kevin Joel Sánchez. Como cientos de familias que vienen a pasar las fiestas a Gualeguaychú, hace veinte años, el 31 de diciembre, el chiquito de 5 años llegó desde Buenos Aires al balneario Ñandubaysal con su hermano Brian (de 9 años en aquel entonces), sus papás Martín Sánchez y Analía Vivas, y sus tíos (el hermano de Martín y su pareja). Llegaron temprano en la mañana. Tras acomodarse, unas pocas horas después fueron a la playa. Los chicos jugaban en el agua y su papá se había quedado dormido en la arena, a pocos metros. Según el mismo relató, Brian lo despierta al mojarlo. Él le pregunta “¿dónde está Kevin?” y le dice “allá jugando”, pero Kevin ya no estaba. En ese momento, Martín comienza una desesperada búsqueda junto a su esposa (que estaba mirando a su hijo, pero por unos segundos lo perdió de vista) y al resto de la familia. Dan aviso a la seguridad del balneario y a la policía. En la playa todos empiezan a aplaudir, pero nada. El papá de Kevin, que actualmente se encuentra privado de la libertad por una causa de robo, relató desde la cárcel: “Buscamos durante dos o tres horas y el nene no aparecía, así que hicimos la denuncia, esperando que vengan más policías a buscarlo, pero me decían quédate tranquilo que tiene que estar ahí”, recordó a dos décadas de aquella tarde que le cambió la vida. “Lo buscamos a 100 metros entre los yuyos por si el agua lo había arrastrado, pero el río estaba tranquilo, justamente por eso fuimos a ese lugar con los nenes”, expresó Martín, que lamentó que “no nos ayudó la fecha, porque Gualeguaychú tiene Carnaval y empezaron a comentar que queríamos ensuciar a la ciudad, que habíamos llegado al camping sin Kevin y muchas otras pavadas más. Tuvimos que demostrar que habíamos ido con el nene porque no nos creían”. En aquel entonces, sin la existencia de las redes sociales que viralizan la búsqueda, la familia de Kevin empezó a empapelar la ciudad con afiches con su cara. “Desde Turismo iban atrás y los sacaban”, cuestionó, y rememoró que “nos criticaban por la forma de hablar, o si insultábamos. La verdad que en ese momento tuvimos muchas personas en contra. Los únicos que nos llamaban eran los de la Jefatura Departamental para seguir recabando testimonios. A los 10 días, cuando volvimos a Buenos Aires a buscar algo de ropa y dinero para seguir con la búsqueda, nos paró Gendarmería porque teníamos el auto lleno de afiches con la cara de Kevin. Ellos no sabían nada de la desaparición de mi hijo. Cómo puede ser que un gendarme en la Ruta Nº 14 no esté enterado, cuando supuestamente estaban todas las fronteras cerradas por su desaparición. Se ensució mucho a la familia, como en todos los casos de desaparición de niños, las radios de Gualeguaychú decían que tenía antecedentes, que fue un ajuste de cuenta por temas de drogas, en fin. ¿Por qué no buscaron a la criatura en vez de ensuciarnos? En ese momento tenía antecedentes, había pasado 30 días detenido en una comisaría, pero siempre dije que investiguen todo lo que quieran de la familia, pero que no retrasen la búsqueda de Kevin”, expresó. Quién también brindó su testimonio recientemente fue la tía política de Kevin, quien contó que Analía Vivas, la mamá del niño desaparecido, falleció en septiembre del año pasado de una enfermedad. “Sufrió durante muchos años por la desaparición de su hijo y nunca dejó de buscarlo”, aseveró. Al igual que su concuñado, sostiene que la Justicia y la Policía “no se involucraron realmente” en la búsqueda de Kevin. Las hipótesis y el estado actual de la causa En un primer momento, todos apuntaron a que Kevin se había perdido en el balneario. Rastrillaron cada rincón, pero siempre con el mismo resultado. Luego, la búsqueda se trasladó al agua: recorrieron cientos de metros del río Uruguay, pero el cuerpo jamás apareció. Transcurridas varias horas, la familia abandonó la idea de que el niño se hubiera ahogado y hasta el día de hoy se mantiene firme en su convicción de que a Kevin se lo llevó alguien. En lo que respecta a la causa judicial, caratulada hasta el día de hoy como "Sánchez, Kevin Joel s/su búsqueda", nunca tuvo sospechosos, mucho menos imputados o detenidos. Actualmente está a cargo del juez Tobías Podestá, del Juzgado de Garantías y Transición N° 1 de Gualeguaychú. “Desde la desaparición de Kevin se tomaron una batería de medidas hasta que llegó a un estancamiento”, comentó el letrado. Podestá confirmó que las dos hipótesis que se pusieron a consideración desde un primer momento fueron “que se haya ahogado o que lo hayan llevado del balneario”. De la primera “se hicieron varios rastrillajes en días sucesivos con personal de Prefectura; presentaron plano de los lugares de búsqueda y no había nada. Para cerrar el tema, no tenía informe de Prefectura Naval de Uruguay para ver si había aparecido el cuerpo”. En cuanto a la segunda hipótesis, el juez dijo: “Pedí colaboración a la Secretaría del Ministerio de Seguridad de Búsqueda de Personas, para ver cuál era la estrategia para localizar a un menor y la clave es contar con las huellas digitales”. Del documento de Kevin, la Justicia de Gualeguaychú sólo contaba con una fotocopia, por lo que fue solicitado al Registro Nacional de las Personas y al Registro Civil local sin un resultado favorable. “Nos pusimos en contacto con la familia, pero la mamá falleció el año pasado y el papá estaba en prisión. Entonces localizamos al hermano en otra vivienda (no el domicilio original), le solicitamos el documento de Kevin, pero no nos los proveyó y después no contestó el teléfono, por lo que se dispuso un registro domiciliario por exhorto”. Por esta vía “se secuestró la documentación vinculada al menor, que es la partida de nacimiento y el DNI”. En esta instancia, surgió otro inconveniente: “El documento de esa época no tiene huella digital. La única opción que nos quedaba era el lugar donde nació, en San Isidro. Se pidió dos veces que nos manden la documentación vinculada al nacimiento, pero nos respondieron que teniendo en cuenta el tiempo del registro, lo habían expurgado”, contó en una entrevista reciente a El Entre Ríos. “La mayor dificultad por la que estamos estancados es la huella digital para poder hacer cotejos si hay una duplicación de identidad en el ReNaPer o en países limítrofes”, concluyó Podestá, quien aclaró que “hay un perfil genético de la familia, que puede utilizarse ante una sospecha concreta”. A 20 años de la desaparición de Kevin Joel Sánchez, la búsqueda sigue viva, con la imagen actualizada que desarrolló Missing Children.
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