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  • El secreto mejor guardado de un pueblo de Córdoba: aguas medicinales en plena sierra

    » Diario Cordoba

    Fecha: 24/12/2024 12:06

    El secreto mejor guardado de un pueblo de Córdoba son las aguas medicinales que discurren a través de sus valoradas fuentes. Suponen un patrimonio natural sin igual en la provincia y en el siglo XIX ya lo sabían. Recientemente, una de estas fuentes recibió la catalogación de 'Agua mineramedicinal con fines terapéuticos' por la Secretaría General de Industria y Minas de la Junta de Andalucía. El agua de este pueblo adquirió fama y relevancia. La gente hablaba antaño de sus propiedades curativas y esa casi mágica condición llegó a oídos de quien se convertiría en impulsor de las fuentes que rodean al municipio. Tanto fascinaron al susodicho, que decidió adquirir los terrenos donde se encontraban. Manantiales en la sierra La historia de esta localidad se enmarca en el contexto minero propio de la comarca del Alto Guadiato. Asentada en Sierra Morena, aparece como una pequeña mancha blanca en un mapa de verde olivar y monte mediterráneo. En ese remanso de paz serrana, este pueblo conserva el secreto al que hacen referencia los primeros párrafos de este texto. Que no es tan secreto, porque, lejos de ocultarlo, ha tratado de ponerlo en valor con la restauración de algunas de esas fuentes y el trazado de rutas senderistas que permiten el acercamiento a los manantiales. Agua de renombre internacional Son ocho las fuentes que Villaharta ha puesto en valor. Forman parte de las Fuentes Agrias y tres rutas permiten recorrerlas para conocer los rincones por los que discurre el agua que obsesionó a Elías Cervelló y Chinesta. El impulsor de este legado se encontraba trabajando como ayudante facultativo para el Cuerpo Nacional de Obras Públicas a mediados del siglo XIX, en la carretera de Córdoba-Almadén, cuando supo de tan preciado tesoro. Durante su estancia en Villaharta, Elías Cervelló observó que los enfermos de la localidad iban a tratarse al paraje donde se sitúan las fuentes. Cuando oyó hablar de sus propiedades curativas, intentó hacerse con las tierras para explotar las fuentes. Por entonces, en 1865, pertenecían a la Casa de Alba, pero seis años más tarde se pudieron en venta. Imagen de archivo de Villaharta. / Delegaciones En 1873, el balneario ideado estaba acabado y su fama comenzó a extenderse por todo el mundo. Habia depósitos de distribución por el país, desde Madrid hasta Barcelona. Y en la Exposición Farmacéutica de Madrid de 1882 y de Barcelona de 1888 las aguas recibieron una medalla de bronce por su calidad. La Guerra Civil, sin embargo, truncó el destino de un lugar que, aún así, ha quedado como una joya natural de la provincia de Córdoba. Ruta por las fuentes El reconocimiento de ese valor sigue hoy vigente y, por esta razón, la Junta de Andalucía catalogó el agua de la fuente de Malos Pasos 2 como 'mineromedicinal con fines terapéuticos'. La historia tras estas fuentes y su belleza son motivos más que suficientes para generar interés. Por eso, Villaharta ha señalizado tres rutas que sumergen al caminante en el entorno de los manantiales. Los recorridos comienzan en el parque que, con el mismo nombre, recuerda a Elías Cervelló y traza un camino que pasa por las siguientes: Fuente Malos Pasos: aguas rojizas y un quiosco peculiar, reconstruido por el Ayuntamiento local, son los protagonistas de este rincón situado junto a la Cañada Real Soriana y el Camino Mozárabe. Fuente Malos Pasos. / Turismo de Villaharta Fuente de La Belleza: el nombre le viene del uso que se le daba. El agua anaranjada que fluye de ella era utilizada para el tratamiento de la piel. Se ubica junto a la Fuente El Cordel. Fuente La Belleza. / Turismo de Villaharta Fuente El Cordel: en el siglo XX se construyó un templete hexagonal de ladrillo, cubierto por una bóveda de crucería, como depósito para las rojizas aguas de esta fuente. Su agua posee propiedades ferruginosas bicarbonatadas. Fuente El Cordel. / Turismo de Villaharta Fuente Boca del Infierno: rodeado de matorrales, aparece un acueducto que canaliza las aguas de la denominada Boca del Infierno. Esta fuente se encuentra en el camino que conduce al Monasterio de Pedrique. Antiguamente, el agua, que hoy acaba en el arroyo, llegaba al balneario. Fuente Boca del Infierno. / Turismo de Villaharta Fuente Agria: un pabellón de hierro y mármol rojo, de planta octogonal, cubre el manantial de Fuente Agria. Probablemente, sea la más pintoresca por esa construcción que proyectó Elías Cervelló. En el centro, brotaba el agua. Fuente Agria. / Turismo de Villaharta Fuente La Lastrilla: paralela al arroyo, una senda conduce a la pequeña cascada de agua que cae por las rocas de la Fuente La Lastrilla. Sale de una pequeña grieta, queda retenida en un muro y, seguidamente, cae por un caño metálico para acabar en el arroyo. Fuente La Lastrilla. / Turismo de Villaharta Fuente de San Rafael: un antiguo templete, no menos llamativo que el de Fuente Agria, identifica a la Fuente de San Rafael. Este manantial de aguas carbónicas se sitúa en la Loma del Parralejo, en la finca de Peñas Blancas. Fuente de San Rafael. / Turismo de Villaharta Fuente La Lastra: los restos de una construcción antigua, cubiertos por zarzas y otras hierbas, indican la cercanía del manantial, un poco más al sur. Para llegar hasta allí, hay que seguir el curso del arroyo de Las Navas del Molero desde la Fuente de San Rafael, cruzar el puente viejo y tomar una vereda que conduce hasta las ruinas.

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