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Parana » InfoParana
Fecha: 23/12/2024 13:42
El primer año de gestión de Rogelio Frigerio como gobernador de Entre Ríos ha tenido matices políticos. El ajuste asociado al equilibrio puso al mandatario entrerriano en un escenario complejo para ensayar una explicación entendible y atendible por parte de sus electores. Es que el ajuste encarado por Javier Milei tiene como principal argumento dialéctico el equilibrio fiscal. Sin embargo, el equilibrio deseado puso fuera de agenda del estado nacional temas prioritarios para la sociedad en general. Frigerio, cuando se lo consulta sobre el programa del gobierno nacional, coincide en la necesidad de ajustar las erogaciones a los recursos disponibles. Es economista y sabe que emisión para pagar el gasto desmedido y sin sentido es sinónimo de inflación. Principios básicos de introducción a la economía. He ahí la similitud. La coincidencia está en la responsabilidad del manejo de los gastos corrientes del estado, sin embargo, aparece también la primer diferencia. Sin gasto no hay inversión, sin inversión no existe desarrollo y sin desarrollo no hay futuro. Pretender disociar al estado de la inversión privada para darle forma a un país en vías de desarrollo parece más una utopía que un escenario posible. Lo público y lo privado por separado no funcionó, tampoco el privado solo ni el estado omnipresente. El desafío es buscar, como en la cuenta pública, el equilibrio que permita el desarrollo. Tras el excepcional apoyo relacionado con la pandemia, los gobiernos deben promover la desinflación y la estabilidad financiera, además de proteger a los más vulnerables y salvaguardar las finanzas públicas. El texto tiene su origen en una recomendación del Fondo Monetario Internacional, no en el pensamiento de un gobierno de isla caribeña. Es la parte que marca una diferencia conceptual entre Javier Milei y Rogelio Frigerio. Al menos de su discurso se desprende una idea marco que asocia al desarrollismo con inversión, con participación privada, pero con un estado presente que proponga herramientas que hagan sostenible el desarrollo y haga sustentable a las iniciativas. Tan cierto es que convivir es encontrarnos en nuestras coincidencias y respetarnos en nuestras diferencias, como que estado presente no es necesariamente sinónimo de comunismo. Estamos entonces frente a una nueva diferencia. El respeto ante esas diferencias ha sido una herramienta de desarrollo político del proyecto provincial que propuso un cambio. Más allá de las coincidencias, se remarcan más diferencias con procedimientos similares. Difícil de entender, claro, pero el manejo del aspecto social es uno de esos ítems a considerar. Las políticas fiscales más restrictivas necesitan redes de protección social mejor focalizadas para proteger a los hogares más vulnerables y que den respuesta a la inseguridad alimentaria, y también deben contener el crecimiento del gasto general. El recorte por si mismo no resuelve el problema, lo agrava. El comportamiento en este aspecto presenta coincidencias, sin embargo marcan más diferencias que similitudes. La administración provincial encaró una agenda de optimización del gasto sin dejar de atender la contingencia. Por el contrario, el gobierno central ocultó la problemática so pretexto de encarar un combate contra la corruptela supuesta de las organizaciones sociales. Queda claro que ante un mismo desafío, la respuesta tiene coincidencias, en algunos casos similitudes pero marcadas diferencias. En este contexto, lograr la sostenibilidad, que no es otra cosa que el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones, garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social no es tarea sencilla, sobre todo si se pretende darle sustentabilidad al progreso. En los matices, que presenta la administración provincial con la nacional, quizás abreve la esperanza de un futuro mejor para la provincia. El tiempo dirá. Por ahora la síntesis es “similitudes y diferencias con coincidencias”
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