Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Ejércitos Autonomista y Liberal frente a frente

    » El litoral Corrientes

    Fecha: 22/12/2024 11:40

    Bartolomé Mitre desde Buenos Aires, procuró una reconciliación entre autonomistas y liberales correntinos. Recibió en su casa a Juan Eusebio Torrent (liberal), Miguel Morel (liberal), Juan Esteban Martínez (liberal) y Juan Ramón Vidal (autonomista). El intento de Mitre pareció tener éxito. Los dirigentes de ambos partidos contemporizaron y estaban a punto de llegar a un acuerdo, pero en Corrientes la revolución liberal ya estaba en marcha. Los rebeldes estaban provistos con armas modernas de óptima calidad, provistas por los radicales de Santa Fe, quienes desde un principio dieron su apoyo a la insurrección liberal. La rebelión estalló en el pueblo de Saladas, y los insurrectos pidieron el apoyo de las demás ciudades correntinas para deponer al gobernador autonomista Antonio Ruiz, quien era primo hermano de Juan Ramón Vidal y había sido Jefe de Policía en su gestión. El ministro de Gobierno, liberal disidente José Rafael Gómez, ordenó reprimir con máxima severidad, ya que tenía información sobre la magnitud de la rebelión. La represión desmesurada produjo en Saladas una verdadera matanza que motivó una reacción en cadena. Los ejércitos antagónicos se enfrentaron con una violencia brutal. El gobierno nacional finalmente envió como interventor a Marco Avellaneda. (Marco Aurelio Martín Avellaneda y Silva nació enSan Miguel de Tucumán en 1835. Era hermano del Presidente. Juan Ramón Vidal se puso al frente del ejército leal. Pero los rebeldes lentamente fueron avanzando sobre las tropas leales. El gobernador Antonio Ruiz huyó y entonces sobrevino la anarquía. Finalmente Vidal se rindió y la capital fue ocupada por el ejército liberal. Se constituyó una junta civil (un triunvirato, integrado por Juan Valenzuela, Pedro Sánchez y Fermín Alsina) encargada de gobernar hasta la llegada del interventor, Leopoldo Basabilbaso. Pacificada la provincia, el interventor convocó a comicios para elegir a las nuevas autoridades, pero el Partido Autonomista optó por la abstención. Los liberales, únicos concurrentes a comicios, impusieron así al ingeniero Valentín Virasoro como nuevo mandatario. Esta candidatura había sido impulsada desde Buenos Aires por el general Bartolomé Mitre. Se abría así un segundo ciclo liberal que se prolongaría catorce años. El Segundo Ciclo Liberal (1893-1907) Entre los años 1893 y 1907 se sucedieron cinco gobiernos liberales encabezados respectivamente por; Valentín Virasoro, Juan Esteban Martínez, José Rafael Gómez, nuevamente Juan E. Martínez y Martín Goitia. Este ciclo liberal representó para Corrientes una etapa de evidente progreso en todos los órdenes: se extendieron ferrocarriles y caminos y las producciones regionales experimentaron una leve pero indudable mejoría. Sin embargo, a medida que se sucedían las administraciones liberales, el desgaste natural de los ciclos demasiado prolongados y sin una fuerte oposición, además de las enormes divisiones dentro del partido “celeste”, fueron minando una estabilidad que en Corrientes parecía milagrosa. Durante el segundo gobierno de Juan Esteban Martínez el Partido Liberal volvió a dividirse en tres corrientes internas bien diferenciadas: los "mitristas", los "mantillistas" que respondían al liderazgo de Manuel Florencio Mantilla y los "martinistas", leales al gobernador. Estos últimos eran minoría, a pesar de tener el poder. Pero el gobierno era débil y estaba franqueado por todos los demás sectores; dentro del liberalismo -mantillistas y mitristas, además de un sector del propio martinismo localizado en Goya- y por el autonomismo y el radicalismo. La crisis estalló cuando en 1907 el presidente de la Legislatura y vicegobernador, Manuel Bejarano, eligió senador nacional al caudillo autonomista Juan Ramón Vidal. Esta elección volvió a afianzar la presencia del Partido Autonomista en el espectro provincial, algo inadmisible para el oficialismo encabezado por el propio gobernador Martínez. La Legislatura, que respondía al mandatario provincial eligió senador a Valentín Virasoro. Inmediatamente después el oficialismo martinista inició juicio político contra el vicegobernador Bejarano, encontrándolo culpable. Este hecho suscitó la reacción de los autonomistas encabezados por Juan Ramón Vidal Vidal y de los liberales "mantillistas", quienes empezaron a preparar una revolución. Pero una intervención federal les salió al paso. La que reorganizó la Legislatura y entregó el mando a su presidente, José María Soto. Las elecciones se celebraron poco después y dieron el triunfo al liberal "mantillista" Martín Goitia. Pero los grandes enfrentamientos que estallaron en el seno de su gobierno determinaron una nueva intervención federal que desplazó a Goitia. Luego, el interventor Olaechea y Alcorta entregó el poder al vicegobernador Juan Resoagli. Esta sucesión de crisis desprestigió profundamente a un Partido Liberal minado por divisiones. Ello revitalizó al Partido Autonomista, que después de dieciséis años de permanencia en el llano, recuperaba su poder de convocatoria y negociación. Hacia la unificación y la modernización - Desde hacía más de cincuenta años, liberales y autonomistas habían sido partidos irreconciliables en Corrientes. Sin embargo, no era tanta la distancia que los separaba. Como bien lo expresa Emilio Córdoba Alsina "no había diferencias ideológicas profundas entre autonomistas y liberales, ni éstos buscaban el poder por razones muy diferentes a aquellos; pero incuestionablemente, los liberales gobernaron con más respeto por las libertades cívicas que sus adversarios; es probable asimismo, que los autonomistas fueran más realistas en la comprensión de la realidad correntina. Se ha dicho que la mejor prueba de que nunca se sintieron diferentes fue que cada vez que las necesidades de supervivencia política lo exigieron, los dirigentes de los partidos se dieron la mano y se repartieron pacíficamente las “ventajas del poder”. Ambas fuerzas eran conservadoras, ambas eran tradicionales e históricas en Corrientes y ambas representaban un espíritu eminentemente federalista. Desde hacía algunos años ya había mayor comprensión entre ambos. En ese sentido, los encuentros patrocinados por Bartolomé Mitre en 1893 constituyen todo un antecedente. El primer acuerdo se celebró en 1908, entre autonomistas y liberales "martinistas". En virtud de ello, Vidal fue elegido diputado nacional. El segundo, el más importante, fue el celebrado entre el autonomismo y los liberales históricos "antimartinistas", en 1909. Gracias a este acuerdo, fue elegido Juan Ramón Vidal gobernador y el liberal José Rafael Gómez Vicegobernador (o sea un ex gobernador que aceptaba descender un escalón para lograr un gran acuerdo). Si bien el acceso de una administración autonomista significaba el cierre del segundo ciclo liberal: desde entonces, la armonía marcó las relaciones entre ambos partidos. Ya no habría más revoluciones ni guerras civiles, y en varias oportunidades se comprometieron a gobernar juntos. También se cerraban los ciclos alternativos de gobiernos autonomistas y liberales. Los dirigentes de la vieja generación fueron desapareciendo para dar lugar a nuevos políticos. Dos gobiernos de coalición autonomista- liberal suceden a Vidal. Aparece la Unión Cívica Radical: En 1917, el oficialismo debe enfrentar a un adversario que amenaza acabar con el predominio conservador, la Unión Cívica Radical que, con Hipólito Yrigoyen como presidente, ya regía los destinos de la Nación. Para garantizar comicios limpios, Yrigoyen intervino la provincia en nombre de la "regeneración", desplazando al gobernador liberal Mariano I. Loza. Autonomismo y liberalismo pensaban ir separados a los comicios, con lo cual el radicalismo habría tenido el gobierno provincial asegurado, pero Vidal volvió a concertar un acuerdo entre ambos partidos, el cual concedía el cargo de gobernador a un liberal, Adolfo Contte. La coalición autonomista-liberal se impuso al fin. A lo largo de la etapa radical que terminó en 1930 la alianza entre ambos partidos provinciales, auspiciada y sostenida por Vidal, fue invencible. Los radicales no pudieron triunfar una sola vez en Corrientes. Vidal era el típico caudillo oligárquico. Venerado por los humildes, había hecho en estos sectores una verdadera clientela política. Sus hábitos eran los propios del antiguo régimen conservador liberal: el acuerdo de notables" y la división de los adversarios políticos. Tal vez por ello jamás pudo lograr un entendimiento con los radicales: ambos hablaban un idioma político francamente opuesto. En 1925, volvió a triunfar el oficialismo, con la fórmula Benjamín González (autonomista)-Erasmo Martínez (liberal). Pero el radicalismo gobernante se mostró cada vez menos dispuesto a tolerar una situación política provincial que se le escapaba de las manos. En el Senado se acusó al gobierno correntino de permitir el bandolerismo. La moción provocó polémicas y discusiones, más considerando que el propio Juan Ramón Vidal era senador nacional. No obstante, la intervención se postergó, pero en 1928 cuando Hipólito Yrigoyen volvió al gobierno, decretó una nueva serie de "reparaciones provinciales" que incluían a Corrientes. Reparaciones que no eran otra cosa, “que políticas”. Recién logró acceder al gobierno un radical en el 2001, y fue apoyado principal y generosamente por el Partido Liberal.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por