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  • Lenny Kravitz y su conexión única con la Argentina: “Es uno de mis lugares favoritos en la Tierra”

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 28/11/2024 14:50

    El emotivo saludo de Lenny Kravitz en Buenos Aires (Crédito X @RecitArg) La noche en el Movistar Arena estaba cargada de una electricidad palpable cuando Lenny Kravitz hizo su entrada triunfal al escenario. El lugar, repleto por 14.000 almas expectantes, estalló en una ovación ensordecedora con los primeros acordes de “Are You Gonna Go My Way”, uno de sus himnos más emblemáticos. Vestido con su icónica campera de cuero negra y una remera dorada que brillaba bajo los juegos de luces, el cantante irradiaba carisma y poder. Pero lo que marcó el pulso de la noche no fue solo su energía desbordante ni el magnetismo de su voz. Fue un momento íntimo, sencillo y profundamente emotivo que sucedió antes del cuarto tema, cuando, abrumado por la respuesta de su público, detuvo el espectáculo para expresar su gratitud. Kravitz se tomó un momento para observar el mar de rostros que se extendía ante él. Miles de personas coreaban su nombre como un mantra, una fuerza colectiva que parecía envolverlo. Lentamente, el artista dejó caer su cuerpo hasta arrodillarse sobre el escenario, como rindiéndose ante la magnitud del fervor. La multitud enloqueció aún más, y en ese instante, Buenos Aires dejó de ser simplemente una parada en su gira Blue Electric Light para convertirse en un espacio sagrado de conexión y admiración mutua. El de Nueva York se puso de pie con calma, tomó el micrófono y dejó que sus emociones fluyeran: “Oh, Dios. Wow, Buenos Aires. Realmente quiero hablar con ustedes. Mi español es tan limitado, así que ¿les molesta si les hablo en inglés por un momento?”. La pregunta, formulada con humildad, arrancó sonrisas y aplausos. El estadio, completamente entregado, le dio su bendición con un rugido de aprobación. Y entonces, Lenny habló desde el corazón: “Estoy tan agradecido de estar acá con ustedes, de regreso en este hermoso país una vez más después de tantos años. Es uno de mis lugares favoritos en la Tierra. No sé qué es, pero el espíritu, la energía acá es tan dinámica, tan fuerte y tan hermosa...”. Lenny Kravitz brilló con su show en Buenos Aires ante 14.000 personas (Gentileza: DF Entertainment) Mientras pronunciaba esas palabras, su voz se quebraba levemente, y la autenticidad de su discurso conmovió incluso a los rincones más altos del estadio. El silencio entre frases, interrumpido solo por los aplausos y gritos de cariño, hacía evidente que este no era un gesto ensayado ni una fórmula repetida en cada show. Estaba hablando directamente al corazón de su audiencia, y ellos, en respuesta, le entregaban su alma. El momento se extendió unos minutos, como si el tiempo se hubiera detenido. Su figura, bañada en luces cálidas, parecía casi trascender la escena. Era una imagen que quedará grabada en la memoria de quienes la vivieron: un hombre, una estrella global, dejando a un lado su estatus para compartir su humanidad y vulnerabilidad con un público que lo idolatra. No es la primera vez que Lenny Kravitz elogia al público argentino, pero en esta ocasión sus palabras tuvieron un peso especial. Con varios años de distancia desde su última visita, su regreso no era solo el de un artista presentando nueva música, sino el de un viejo amigo reencontrándose con quienes siempre lo recibieron con los brazos abiertos. Sus palabras resonaron con fuerza porque encapsulaban algo que muchos artistas internacionales intentaron describir al hablar del público argentino: una intensidad inigualable. En cada rincón del estadio, las emociones vibraban al ritmo de cada palabra, de cada nota. Y esa noche, esa intensidad no solo se sintió; se vio en los ojos del músico, quien parecía absorber cada grito, cada aplauso, como si fueran alimento para su alma. Lenny Kravitz incluso bajó a saludar al público cara a cara (Prensa DF) El gesto de detener el show para dirigirse al público con tanta sinceridad fue un recordatorio de por qué Lenny Kravitz sigue siendo una figura tan querida y respetada en el mundo de la música. Más allá de su talento innegable y su presencia magnética, es su capacidad de crear momentos humanos como este lo que lo distingue. A partir de ese instante, el concierto adquirió una nueva dimensión. Los temas que siguieron, desde los riffs funk de “Minister of Rock n’ Roll” hasta la emotiva interpretación de baladas como “I Belong to You”, parecían llevar una carga emocional amplificada. Cada nota parecía resonar con el eco de ese saludo, de esas palabras que cruzaron las barreras del idioma para llegar directo al alma de quienes lo escuchaban. Al final de la noche, cuando las luces se apagaron y el estadio comenzó a vaciarse, una frase quedó flotando en el aire: “Es uno de mis lugares favoritos en la Tierra”. Porque en ese saludo, en ese momento de comunión, Lenny no solo reafirmó su conexión con el público argentino; creó un recuerdo que perdurará por siempre. Buenos Aires le devolvió todo su amor, y él, una vez más, lo aceptó con el corazón abierto.

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