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Federal » El Federaense
Fecha: 28/11/2024 12:16
El pasado sábado, los hinchas de Boca comenzaron a expresar su indignación en las redes sociales tras la venta de entradas para el esperado partido de la Copa Argentina que enfrentará a su equipo contra Gimnasia. Desde las 16 horas, los fanáticos se lanzaron a comprar los 20,000 boletos disponibles en el portal Deportick. Sin embargo, en cuestión de menos de dos horas, el sistema colapsó y pronto apareció el cartel de ‘entradas agotadas’. Miles de seguidores se quedaron esperando en una fila virtual durante horas, solo para resultar decepcionados al no conseguir su tan anhelado acceso al estadio. Pero mientras gran parte de los seguidores se sentían frustrados, la barra brava de Boca, conocida como La Doce, no enfrentó las mismas dificultades. A ellos se les garantizó acceso a sus 600 entradas habituales, además de recibir un talonario extra que les permite revender las entradas. A través de las redes sociales de la propia barra, ofrecían entradas para el juego, dejando en evidencia las irregularidades en el acceso a los boletos. Según las pautas de venta, las entradas se limitan a un máximo de cuatro por persona, lo que plantea la sospecha de que la barra ha encontrado la forma de sortear el sistema, ya sea accediendo primero a las colas virtuales o directamente a través de la dirigencia del club. La situación de las entradas y el negocio subyacente Otro aspecto notable es que el estadio donde se realizará el partido, el Coloso Marcelo Bielsa, tiene una capacidad de 42,000 espectadores. El hecho de que se otorgaran 20,000 boletos a Boca y 15,000 a Gimnasia deja al descubierto una incómoda interrogante: ¿dónde se han ido las restantes entradas? Es evidente que el manejo por parte de la barra está siendo oscuro y sus beneficios no son solo para ellos, sino que también se extienden a otros encuentros y eventos. La Doce no se limita a sus transacciones en la Copa Argentina; el negocio también se extiende al torneo local donde, a pesar de que Boca no vende entradas físicas, los barras aseguran su acceso alquilando carnets. Así, muchos logran ingresar a La Bombonera sin necesidad de una entrada. La dinámica es la misma: ellos ofrecen una ‘garantía de ingreso’, lo que a menudo resulta en un circuito informal de acceso. Seguridad ante una posible confrontación En vista de la proximidad del partido, la seguridad es una preocupación primordial. La Doce mantiene relaciones con otros grupos de barras, como Los Leales de Estudiantes, y, aunque la situación parece controlada, la seguridad ha planificado rutas específicas para evitar enfrentamientos. La Gendarmería estará presente en los peajes de todas las rutas, con un robusto operativo que incluye a 850 efectivos, para monitorear el cruce entre las barras y prevenir cualquier tipo de disturbio. Vínculos que sorprenden Interesantemente, algunos de los vínculos entre las barras de diferentes equipos se evidencian en las dinámicas de defensa legal que muchos enfrentan ante situaciones complicadas. Paul Krupnik, abogado de la barra de Boca, también representa a figuras delictivas relacionadas con distintas barras, además de haber defendido a criminales asociados a las drogas. Esto sugiere que, más allá del fútbol, hay una red de conexiones que se extiende hasta el ámbito del crimen organizado. Con todos estos elementos en juego, no es de extrañar que el negocio de la reventa de entradas y la organización del acceso a los eventos continué prosperando, dejando a los verdaderos hinchas en una insatisfacción constante.
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