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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 26/11/2024 05:12
Guillermina Grinbaum con una de las piezas de artes en la Art Gallery (guillerminagrinbaum.com) Los rostros de Marita Verón, María Cash y Sofía Herrera quedaron inmortalizados clamando “justicia” en los acrílicos sobre cartón, que forman parte de Hilo de voz, la muestra artística desde la que Guillermina Grinbaum habla sobre la trata de personas con fines sexuales. Interpelada por este drama, “del que poco se sabe o conoce” —dice—, la artista nacida en La Plata muestra al mundo que en pleno siglo XXI el secuestro de mujeres para ser explotadas por su cuerpo sigue siendo una cruda realidad aunque, en algunos casos, no existan cadenas de hierro que las aten sino que son sometidas y anuladas de otras maneras. “Por medio del arte podemos abordar temas y realidades sociales que de otra manera podrían resultar insoportables”, asegura en diálogo con Infobae en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, jornada en la que se inauguró la tercera exhibición de la serie Hilo de Voz, especialmente producida y adaptada para el público estadounidense. Cuenta con la curaduría de Ariela Naftal y los textos de sala de Laura Casanovas y Kekena Corvalán. Podrá verse hasta el 27 de diciembre en la Art Gallery del Consulado Argentino en Nueva York, Estados Unidos. Las cadenas que atan a las mujeres, adolescentes y niñas victimas de la trata (guillerminagrinbaum.com) Hilo de voz Ese hilo de voz del que Guillermina habla son las voces desesperadas de las que sin poder gritar claman ayuda. Son las vidas arrebatadas de las miles de mujeres que un día se fueron de sus hogares y no regresaron. Son los nombre de madres, hijas, esposas, hermanas, amigas que comenzaron a hacerse públicos cuando desaparecieron, cuando sus fotos comenzaron a ocupar espacios en los medios de comunicación. Son los retratos en cientos de pancartas y el deseo de Ni una menos. Todas esas mujeres, adolescentes y niñas son abrazadas por Grinbaum, artista que aborda la violencia por cuestiones de género, poniendo énfasis en la trata de personas. “Sólo prestando atención se pueden oír verdaderamente los susurros, ese hilo diminuto de voz que requiere ser escuchado profundamente”, sostiene la artista. Ella plasma sus voces a través de diversos materiales y técnicas que van desde la pintura y la escultura en cerámica, hasta los textiles y las instalaciones interactivas. Así se apoya en su sensibilidad y poética para dar voz a “un tema que suele estar oculto y silenciado”, lamenta. Desde esa perspectiva, la exposición busca visibilizar la problemática, sensibilizando e interpelando al espectador. Algunas de las mujeres y niñas víctimas de trata que la artista homenajea en su obra, Hilo de Voz (guillerminagrinbaum.com) Grinbaum, nacida en 1968, es una artista multidisciplinaria, que cuenta con una extensa formación independiente en las artes visuales. Está muy vinculada al estudio de las emociones humanas, principalmente a las del universo femenino como a las temáticas sociales y las cuestiones de género, que guiaron gran parte de su producción artística. Desde su taller ubicado en el barrio porteño de Chacarita, crea y desarrolla su trabajo artístico a diario, aspirando a concientizar sobre los diversos problemas humanitarios que la conmueven. Lo hace con la espacialidad, los volúmenes, los diversos planos y texturas, explorando y experimentando con distintos materiales. “Cuando empecé a vincularme a estos temas y a conocerlos, fue tal y tan profundo el impacto que sentí que debía hacer algo al respecto. Quise hacerlo y trabajar el tema de la trata en sus distintos ‘abordajes’. Esta muestra se refiere a la trata vinculada a la explotación sexual, una problemática mucho más global. Siento que este tema requiere más presencia en la vida cotidiana de la gente desde la conversación, que debería ser un tema por hablar, porque considero que es de una envergadura brutal y que no está tan presente como debería estarlo”, dice y cuenta que una de las intenciones que busca con su arte es, justamente, lograr que se hable de la trata de personas. El caso que más la impactó fue cuando comenzó la desesperada búsqueda de Marita Verón. “Mi primera sensación fue: ‘¡Uy! No sabía que pasaba esto!...’. No soy una experta en el tema, ni mucho menos, pero sentí que poder abordar estos temas hace que el público entre en contacto con él y que empiece a reflexionar, que sea uno de los temas dentro de sus intereses personales. Quise comenzar a concientizar sobre esta problemática. Es lo que puedo aportar desde el arte”, asevera. Guillermina Grinbaum busca concienciar en Nueva York sobre la trata de mujeres y niñas (guillerminagrinbaum.com) “El caso de Marita, que gracias a (Susana Trimarco) esa madre maravillosa, luchadora y con una potencia increíble que hizo que por lo menos el caso de ella fuera conocido, fue para mi un impacto. Creo que hasta ella, la mayor parte de la gente no conocía otro caso similar. Otro caso fue el de María Cash. Estos dos fueron los que más tuvieron más llegada a los medios tuvieron y mediante los que se comenzó a conocer la cantidad de Maritas y Marías que existen”, explica. A partir de conocer la lucha de Trimarco, Guillermina comenzó a investigar más, no solo de lo que ocurría en Argentina. “Leí y escuché testimonios de casos impresionantes. Lo investigás y no puede ser que esto ocurra... Sucede gracias a la complicidad de millones de personas, porque si no, no podrían existir. Es desgarrador lo que ocurre. Si hay víctimas de trata es porque hay otros tantos de millones que trabajan para que esto ocurra. Por eso, la sensación que tengo es que hablando sobre estos temas desde el arte, que es mi medio de expresión, es bueno: yo cuento que esto ocurre y que no lo estamos viendo”, manifiesta y reconoce lo bien que le hace recibir comentarios positivos sobre su obra. "Hay cierta tensión que vive el público entre lo que le resulta agradable visualmente y lo terrible de la temática", asegura (guillerminagrinbaum.com) “La gente sale impactada y cuando leo los comentarios en los libros, muchos son de agradecimiento por hablar de esto”, admite. Antes de Hilo de voz, la artista presentó en 2019 Infierno y Silencio en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Desde allí bordó por primera vez la trata de personas y ese trabajo fue declarado de Interés Cultural por la Legislatura. Antes, Sutil y no tanto (Museo Evita, 2015) estuvo enfocada en la violencia sobre las mujeres; y La hora de la mujer (Museo Evita, 2012), fue una serie de retratos que destacan el rol de la mujer. Al referirse a Hilo de Voz, reconoce: “Cuando te acercas a la obra y empezás a vincularte con ella, descubrís de qué está hablando. No es algo en lo que de entrada lo sepas. Pero, al acercarse se descubre que tiene una temática más distinta a lo que se ve a simple vista. Entonces hay algo, cierta tensión que vive el público entre lo que le resulta agradable visualmente y lo terrible de la temática. Está pensado de esa manera porque, creo, que, prejuiciosamente, si desde lo visual es algo que puede provocar cierto rechazo ya de entrada, no se lo querrá ver porque produce dolor de entrada. Pero es una obra que desde lo visual tiene casi hasta ternura”, describe. “Además —sigue—, son todas obras que demandan más participación porque, casi todas, son tridimensionales o tienen algo participativo: hay que mover algunas telas que están superpuestas, hay que leer capa por capa lo que va diciendo o porque hay una caja con un agujero y se debe acercar para mirar o porque se paran frente de algo y te ven su reflejo porque hay una imagen que se superpone a la del visitante. Al haber muchas obras tridimensionales implica también un cómo recorrerlo y eso lleva a participar de la obra. Hay un vínculo uno a uno”, explica cómo es la exposición. La obra es participativa: conmueve y emociona (guillerminagrinbaum.com) Por qué la trata Esta exhibición que ya conmueve en los Estados Unidos surgió de un profundo trabajo e investigación que Guillermina Grinbaum realiza desde hace muchos años. Como investigadora social y psicóloga, la artista conoció casos y testimonios desgarradores de víctimas de trata. Desde ese lugar afirma sobre ese flagelo mundial: “Es imposible permanecer pasiva ante un dolor tan insoportable y un crimen tan aberrante y de esa magnitud. La trata priva a sus víctimas de todos sus derechos fundamentales, deshumanizándolas, quitándoles su libertad y destruyéndolas física y emocionalmente”. Sobre eso también se refiere la curadora y crítica de arte, Laura Casanovas: “El hilo es material plástico y símbolo de sujeción. Pero también remite al compromiso por sostener una conexión que impida la impunidad. En la mitología griega, Ariadna tendió un hilo para que Teseo pudiera salir del laberinto del Minotauro. Guillermina lo tiende para que resuene fuerte lo silenciado y pueda amplificarse su voz”. El recorrido estético y político de su obra la convierte en una artista de referencia en el tema de la trata (guillerminagrinbaum.com) Por su parte, la escritora y curadora Kekena Corvalán, se refiere a la artista: “Guillermina Grinbaum lleva muchos años explorando formas de representar la violencia que genera la trata de personas con fines de explotación sexual. El recorrido estético y político de su obra la convierte en una artista de referencia en el tema, que ha logrado traducir su convicción ética en una propuesta visualmente contundente y de gran potencia estética”. Consultada sobre el por qué del nombre de la obra, que presentó como Hilo de Voz en 2022, la artista reflexiona: “Son tantos los millones de casos en el mundo... Están en todos lados y no los vemos, entonces ese hilo de voz es para mí ese sonido más chiquitito de lo que pueda ser el susurro más pequeño de la voz; ese sonido al que si vos prestás atención lo podés escuchar. Para mí, el tema de la trata es aquello tan brutalmente gigante en el mundo que si uno le presta atención todos lo podemos ver. Está en todos lados y aunque hoy a las víctimas no las tienen atrapadas con cadenas, sí están atrapadas por deudas, por amenazas, por muchas otras cosas, pero que simbólicamente están estos hilos o estas cadenas, u otros elementos, que metafóricamente hablan también de estar atrapadas”.
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