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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 26/11/2024 04:48
Un 80% de los educadores ve en la inteligencia artificial una herramienta potencial para personalizar el aprendizaje y mejorar el rendimiento estudiantil. Freepik. En un mundo donde la inteligencia artificial (IA) juega un rol cada vez más decisivo, especialmente en el ámbito laboral, la educación tiene el desafío de preparar a los profesionales del mañana para que adquieran las competencias necesarias en este nuevo contexto. La formación de quienes serán, por ejemplo, médicos, jueces, ingenieros o desarrolladores en algunos años necesita actualizarse rápidamente para responder a un mercado en evolución, donde las innovaciones tecnológicas avanzan a una velocidad sin precedentes y el trabajo es cada vez más globalizado. En este sentido, el reciente informe Shaping the Future of Learning: The Role of AI in Education 4.0 del Foro Económico Mundial indica que el 80% de los educadores considera que la inteligencia artificial puede mejorar el desempeño de los estudiantes mediante enfoques personalizados, ofreciendo a cada uno el tipo de apoyo que más se adecúe a sus habilidades y ritmo de aprendizaje. Así, la IA tiene el potencial de fortalecer los procesos educativos en áreas clave como el pensamiento crítico, la adaptabilidad y el uso de herramientas digitales avanzadas. No obstante, las habilidades técnicas son solo una parte de lo que los estudiantes necesitarán para insertarse exitosamente en el terreno laboral. Resulta fundamental que desarrollen habilidades blandas, como la toma de decisiones informadas, la creatividad y la colaboración efectiva en entornos digitales. Estas cualidades serán cada vez más valoradas, ya que complementan el potencial de la tecnología sin perder el aspecto humano del trabajo. ¿Cuál podría ser el aporte de la IA en la formación de los abogados? Hoy día, el campo del Derecho ya experimenta la influencia creciente de estas tecnologías. El Future Ready Lawyer Report, elaborado por la empresa holandesa de servicios de información, Wolters Kluwer, destaca que más del 60% de los estudios consultados en Estados Unidos y Europa considera clave a la inteligencia artificial para mejorar la eficiencia en sus procesos. Por su parte, el Foro Económico Mundial estima que hasta un 45% de las tareas legales podrían ser automatizadas en el corto plazo, redefiniendo así el rol del abogado y la manera en que se enseña y practica la profesión. Este cambio plantea importantes desafíos éticos y técnicos para instituciones educativas y colegios profesionales, en cuanto a la equidad en el acceso a las nuevas tecnologías, y la redefinición de los estándares que permitan a todos, sin importar su contexto, educarse y ejercer en condiciones semejantes de calidad. Así, universidades y otros centros de formación deberán modernizarse e incorporar en sus currículas competencias que abarcan desde el manejo avanzado de bases de datos y herramientas de análisis hasta la capacidad de interpretar resultados de IA. En última instancia, la clave probablemente resida en apostar (desde nuestro presente) por una educación que logre preparar a los profesionales del mañana frente a tales desafíos, sin perder de vista el valor de la responsabilidad social, fundamental en una actividad que requiere un sólido compromiso ético. Esto significa no solo transformar el aula, sino también la manera en que las futuras generaciones de abogados podrán contribuir a un mundo donde la tecnología y el Derecho se integren para el bienestar común.
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