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» Derf
Fecha: 26/11/2024 02:32
La actividad diaria que Javier Milei desarrolla en sus redes sociales, fundamentalmente en X, marca los ítems en los que el presidente tiene puesta -obsesivamente- su lista de prioridades. Ellos son, sin dudas, la economía, de la que repostea datos que considera positivos permanentemente. Detrás le sigue la clara intención de destacar cualquier mención a su persona (y gobierno) proveniente de medios o personalidades reconocidas, como por ejemplo Elon Musk. En tercer lugar el mandatario da espacio secuencial a conjugar, mediante su repetitivo e irónico «fenómeno barrial», cada publicación que le permita ejercitar la vernácula y consabida práctica del ‘autobombo’ que tanto lo caracteriza. La geopolítica de alineamiento a EEUU e Israel se pliega sistemáticamente a variantes que conjuga con constantes críticas a periodistas y adversarios políticos, propios y extraños. Poco y nada se verá en esas pantallas de subjetividad digital sobre temas relacionados al día a día de la gestión, algo que el titular del Ejecutivo deja en manos de sus subalternos. Especialmente cuando se trata de negociaciones con gobernadores, intendentes y/o legisladores. Milei se embarra en los pies de la rosca cuando la necesidad llama a la puerta de su administración, sino prefiere fortalecer sus relaciones globales, fuera o dentro del país. Delegar en los ministros fue una iniciativa que tomó color con la salida de Nicolás Posse y la llegada de Guillermo Francos a la jefatura de Gabinete. «Darle vuelo a (Lisandro) Catalán para ampliar la base de jugadores que teníamos en el banco reactivó nuestra estructura de gestión«, argumentó un colaborador oficialista al referirse a uno de los hombres que quedó del gobierno del Frente de Todos y que hoy es el jefe de Gabinete del Interior. Lo mismo ocurre con el segundo de la JGM, nos referimos a José Rolandi, quien ahora juega en las ligas del influyente asesor Santiago Caputo junto a María Ibarzábal Murphy, actual secretaria de Planeamiento Estratégico Normativo. En ese tándem participa Macarena Alifraco, una suerte de representante de las milicias digitales que desde Casa Rosada promueven la idea de marcar tendencias en la web. Ella llegó al entorno del “triángulo de hierro” de la mano de Agustín Romo, jefe del bloque bonaerense de La Libertad Avanza. La joven prefiere seguir como monotributista pese a que se le ofreció ocupar el cargo que tiene Juan Pablo Carreira, conocido en red como “Juan Doe”, Director Nacional de Comunicación Digital de la Presidencia de la Nación. El otro funcionario sin cartera, asiduo visitante a Casa de Gobierno es Daniel Parisini, a quien todos identifican como “el Gordo Dan”. El hombre que el fin de semana pasado encendió la mecha en un acto de una agrupación mileísta a la que describió como “el brazo armado” de las huestes libertarias. Cuestión a la que se salió a bajarle el tono en la sede del PEN echándole la culpa a los medios que recortaron la parte en que explicaba que las armas «no eran fierros, sino celulares». Varios son los funcionarios que en off y en on aseguran que el tuitero sería un excelente candidato a senador. En su entorno afirman que “tienen que convencerlo, a él mucho no le interesa”, aseveraron mientras Milei y su hermana Karina, junto a diversos integrantes de la comitiva –según el destino- variaron en torno al viaje a Florida para participar en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) y el encuentro con Donald Trump en Mar-a-Lago, así como el rápido retorno a Buenos Aires con el objetivo de concretar una bilateral en Balcarce 50 con Emmanuel Macron y su esposa Brigitte, a la vez que viajó al G20 en Brasil para volver contraa fin de recibir a la primera ministra italiana, Girgoia Miloni. Esa sucesión de hechos dejó un tendal de promesas que en el año electoral que se avecina deberán concretarse en hechos objetivos que garanticen el programa económico de Luis Caputo. La vuelta del magnate del real estate a la Casa Blanca es leída por los libertarios como un abanico de posibilidades que se abre inexorable, tanto en materia de acuerdos comerciales -aunque de dudosa libertad de intercambio debido a las políticas proteccionistas que impulsaría el trumpismo- y en referencia a una mejor predisposición del FMI a la hora de aflojar la billetera. El propio vocero Manuel Adorni reconoció, “no sabemos qué hará Trump”, y acerca de la reunión con Xi Jinping aclaró que no se habló de ampliar el swap chino -que hoy por hoy- es garantía de sostenibilidad de las reservas del Banco Central. Con los franceses quedó claro que el acuerdo Unión Europea-MerCoSur seguirá empantanado. De los italianos se aguardan, más que nuevas inversiones en poco tiempo, planes de acción conjunta de cooperación política, lucha contra el crimen organizado y lineamientos similares en conflictos internacionales vinculados a Oriente Medio, Ucrania y Venezuela. Los acontecimientos no sólo tuvieron epicentro en dependencias del Poder Ejecutivo y el exterior, sino también en el Parlamento, donde las nuevas promesas del Gobierno a los gobernadores lograron hacer caer la sesión que iba en busca de limitar a Milei a la hora de firmar decretos y al titular de Economía, de renegociar deuda. El ruido surgió en el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y en un zoom entre los mandatarios provinciales que detonó el Presupuesto 2025, y del que en Casa de Gobierno no dejan de reconocer -en bambalinas- que sería mejor que no se apruebe. Eso permitiría a los oficialistas manejar partidas a discrecionalidad prorrogando la ya prorrogada Ley de Leyes del 2023. “Vamos a llamar a sesiones extraordinarias si están dadas las condiciones”, aseveró una alta fuente en Rosada, que advirtió que no hay 3.700 millones de dólares para repartir entre los 24 distritos nacionales. En el contexto de las necesidades que atraviesan esos territorios, es que en menos de 72 horas se vio circular por los despachos del joven Caputo y el ministro coordinador, al gobernador fueguino -muy cercano a Cristina Kirchner-, Claudia Melella, y al pampeano Sergio Ziliotto. Este último, perteneciente al PJ Nacional, evitó meterse en las internas de su partido manifestando que habrá tiempo para las discusiones, e hizo hincapié en que ahora la responsabilidad la tienen quienes deben gestionar. En ese sentido, remarcó que vino a pedir lo que les corresponde a sus provincias; recursos esenciales (salud, educación, seguridad y Justicia), algo que necesita la gente, enfatizó. Asimismo, subrayó que el gobierno no tiene en cuenta la representatividad que tienen los gobernadores. A los datos de baja del consumo masivo, que en octubre marcaron una caída interanual del 20,4 por ciento, según la consultora Scentia (se trata de una retracción que no repunta desde abril) se contraponen declaraciones del titular del Palacio de Hacienda que expresó que “la inflación mayorista del 1.2% es un alegrón. No creo que la minorista llegue tan rápido ahí”, declaró en la continuidad de un discurso cada vez más optimista. De todos modos, esos paradójicos guarismos se perdieron en el estrépito de las críticas que Milei dirigió nuevamente a su vicepresidenta, al afirmar que Victoria Villarruel «está cerca de la casta y no tiene injerencia en el Gobierno”. Un extraño culebrón que surge al borde de que se cumpla el primer año de mandato, y que llamativamente aparece en escena cada vez que se lo necesita. “La relación se cortaría de verdad si Vicky votara en contra de los intereses de LLA y de la Argentina, y eso no pasó”, refrendaron desde el entorno de la jefa del Senado de la Nación. El verticalismo y lealtad que pretenden los hermanos Milei, en todo caso, llega precisamente hasta las puertas de la Cámara alta –infieren los que no se quieren someter a esa mesa chica-, territorio inobjetable de la abogada y dirigente del Partido Demócrata de la Provincia de Buenos Aires, que pese al desgaste que ejercen voceros informales del planeta libertario como Lilia Lemoine, mantiene elevados niveles de imagen positiva. “Si hay ninguneo o ataques a Victoria, surgen de Olivos y no de acá, que se hagan cargo ellos”, contestó a PoliticaYMedios un legislador cercano a la vice, que dejó entrever en esa respuesta un estilo ciertamente caputista. Lo que sí queda expuesto en una administración que ya se llevó puestos a más de setenta de sus funcionarios originales -esos que el celo, la desconfianza, la paranoia y las teorías conspirativas provenientes de todos los ámbitos, especialmente de los endógenos- es que por momentos se pareciera ir rumbo a una encerrona que podría derivar en más salidas si es que algunos de los resultados que exige y espera el primer mandatario no se concretan en el corto y mediano plazo. “Los críticos y librepensadores”, como se los cataloga en Casa Rosada, “no tienen cabida en nuestro espacio y están invitados a gozar de la libertad de irse, nadie los retiene”, sentenció uno de los laderos presidenciales que defiende a rajatabla los intereses de las ‘fuerzas del cielo’ y que asegura que el triunfo de octubre «con PASO o sin PASO, está garantizado».
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