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    » Diariopinion

    Fecha: 26/11/2024 02:01

    En un intento de desviar la atención de las críticas, Samaniego negó categóricamente que se le haya impedido a la oposición expresarse durante las sesiones, afirmando que las discusiones "surgen cuando el oficialismo cuestiona a los opositores". Sin embargo, su versión contrasta radicalmente con los testimonios de los legisladores opositores, quienes han denunciado reiteradamente la imposibilidad de plantear sus posiciones sin ser interrumpidos o incluso injuriados por la presidencia del bloque del PJ en abierta complicidad con titular de la Cámara, Armando Felipe Cabrera. La defensa del absurdo: investigar a la oposición en lugar de debatir los problemas reales Con una lógica que raya en el disparate, Samaniego respaldó la propuesta de la legisladora del PJ Blanca Denis de conformar una Comisión para investigar a los parientes de los diputados opositores. Esta iniciativa, impulsada por Denis, resulta especialmente cuestionable considerando las graves acusaciones que pesan sobre la propia legisladora, cuya camioneta fue descubierta transportando más de dos kilos de cocaína y un ladrillo de marihuana. Sin embargo, en lugar de esclarecer estas serias denuncias, Denis arremete contra la oposición, justificando su propuesta con un vago cansancio ante las "acusaciones infundadas" dirigidas hacia los funcionarios del gobierno provincial, particularmente contra el gobernador Gildo Insfrán. El eterno recurso del oficialismo: acusar a quienes cuestionan Lejos de asumir responsabilidad por la censura y la violencia verbal que caracteriza las sesiones legislativas, Samaniego optó por culpar a la oposición de desviar las discusiones hacia "acusaciones personales". En un tono que busca eludir el fondo de las críticas, el jefe de la bancada oficialista advirtió que "cuando uno acusa, también puede ser acusado", intentando poner en el mismo nivel las denuncias de corrupción contra el oficialismo y sus ataques personales hacia los opositores. Samaniego insistió en la necesidad de "elevar el nivel de discusión", pero su llamado a un debate político más elevado queda desmentido por sus propias acciones y las de su bancada, caracterizadas por la censura y la falta de transparencia. En vez de abordar los problemas reales que afectan a la ciudadanía, el oficialismo prefiere ensuciar la discusión pública con intentos de represalia política y maniobras para desacreditar a la oposición. Una Legislatura que no escucha, pero sí ataca La afirmación de Samaniego de que "el pueblo decidió que tengamos mayoría en la Legislatura" suena como una justificación para el uso arbitrario del poder en la Cámara, donde la mayoría oficialista no ha tenido reparos en silenciar las voces críticas. El diputado concluyó su intervención apelando a una oposición que "eleve el nivel del debate político", pero la realidad es que cada intento de plantear debates profundos sobre los problemas de la provincia ha sido sistemáticamente bloqueado por el oficialismo. Este balance legislativo que el oficialismo celebra no refleja más que una legislatura inmovilizada por la falta de autocrítica, el abuso de poder, la intolerancia y la ausencia de un debate genuino. Mientras tanto, los problemas que verdaderamente afectan a los formoseños siguen sin solución, enterrados bajo las disputas políticas vacías y las agresiones verbales de una mayoría que se rehúsa a escuchar.

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