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» La Capital
Fecha: 25/11/2024 14:29
En tiempos de crisis económica y niveles alarmantes de pobreza, la actividad emprendedora puede marcar la diferencia. Son claves las redes de apoyo El rol social de los emprendedores en un contexto como el que vivimos en Argentina, con crisis económica y niveles alarmantes de pobreza, es fundamental. No estamos hablando solo de generar riqueza, sino también de crear empleo y oportunidades donde no las hay. Esto es así porque en un país donde más de la mitad de la población vive bajo la línea de pobreza, los emprendedores pueden marcar la diferencia. No obstante, el emprendimiento no solo debe ser una salida de la pobreza para el que lo inicia, sino también un motor que impulsa a la comunidad en la que está inserto. Ahora bien, ¿cómo se alcanza esta sinergia? Los pequeños negocios son el corazón de la economía global. Según datos de Naciones Unidas, representan el 90% de las empresas del mundo y más de la mitad del PIB. Por su parte, en América Latina, una región con altísima actividad emprendedora, el 37% de los hombres y el 33% de las mujeres expresan su intención de emprender, según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM). En tanto que en Argentina, por ejemplo, casi un 23% de los adultos están involucrados en alguna actividad emprendedora. Ni más ni menos que casi un emprendedor de cada cuatro adultos. Pero, claro, no es fácil. Para quienes se lanzan a emprender desde la necesidad, las barreras son enormes: falta de acceso a financiamiento, de educación sobre cómo gestionar un negocio, y redes de apoyo limitadas. Pese a todas estas limitaciones, hay algo admirable en esos emprendedores: su capacidad de resiliencia. Se las ingenian para sortear obstáculos, con creatividad y esfuerzo. Desde pequeñas tiendas hasta servicios que suplen necesidades locales, esos emprendimientos ayudan a generar empleo en sus comunidades y aumentan los ingresos locales. Sin embargo, para que realmente puedan tener un impacto en la reducción de la pobreza, hace falta algo más que voluntad: se requiere apoyo integral, tanto en formación como en recursos. En este escenario es donde ingresan organizaciones como Emprear, que hace más de 20 años trabaja para apoyar a los emprendedores brindando herramientas y acompañamiento para que esos proyectos no solo sobrevivan, sino que crezcan, generen empleo e, incluso, en algunos casos, puedan insertarse en cadenas globales de valor. Desde capacitaciones hasta mentorías y acceso a financiamiento, buscamos que el emprendedor se abra camino. Nacida allá por el 2002, en plena crisis, reúne a un grupo de profesionales convencidos de que el emprendedurismo podía ser una salida. Desde entonces, se fue formando una red de apoyo que entrena y forma a más de 120 profesores de más de 60 universidades para que lleven la cultura emprendedora a sus aulas. Esto fue clave porque la formación y la educación son pilares para que alguien pueda salir de la pobreza a través del emprendimiento. En esa dirección es de destacar que en los últimos años el emprendedurismo empezó a ser una materia obligatoria en muchas universidades y colegios. Esto es un gran avance porque hoy quienes tienen ganas de emprender cuentan con mucho más sustento que hace 25 años. Por otro lado, convencidos de que esta red debe tener un alcance federal, capacitamos a unos 60 agentes de desarrollo que provenían de agencias provinciales. De ese modo, realizamos un gran aporte para que el ecosistema emprendedor llegue a cada rincón del país. El futuro es de los emprendedores Salir de la pobreza a través del emprendimiento no es una utopía. Es posible, pero requiere más que buenas ideas. Hace falta formación, acceso a financiamiento y una red de apoyo sólida. Hoy, en un contexto de crisis profunda como el que vive Argentina, los emprendedores no solo son claves para generar riqueza y empleo, sino también para impulsar el cambio social que tanto necesitamos, un cambio de triple impacto (económico, sí, pero también social y ambiental). No obstante, para que puedan cumplir con ese rol, es imprescindible que cuenten con el apoyo adecuado en todas las etapas de su desarrollo. Solo así podrán transformarse en los verdaderos agentes de cambio que nuestro país necesita. (*) Presidente de Emprear
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