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» Elterritorio
Fecha: 24/11/2024 11:41
Un grupo de obereñas rescata autoras desconocidas, indaga en los textos y genera empatía y contención en una red que funciona como refugio femenino domingo 24 de noviembre de 2024 | 6:05hs. Hilce cumplió el sueño de abrir sus propio club de lectura. Los sueños se deben cumplir y eso es lo que está haciendo la licenciada en Educación Hilce Liliana Díaz en Oberá. Lleva 36 años frente al aula, con una diversidad de estudios, desde el profesorado, hasta la maestría, y lidera un grupo de lectura que apunta a seguir creciendo. En pandemia hubo encuentros virtuales, la Murga del Monte fue la primera sede y actualmente las reuniones son los sábados cada 15 días en la Biblioteca Popular de Oberá. Hilce aprendió a leer a los 5 años y nunca se detuvo, por eso hoy lleva adelante el sueño de ser responsable del grupo y espacio de lectura ‘Leo, luego Existo’. “La idea viene de hace mucho tiempo, buscando material en mi computadora descubrí en un texto sobre mi formación que había registrado un sueño: quería un grupo de lectura”, comenzó relatando Hilce en la conversación con El Territorio. El sueño se redescubrió y durante la pandemia finalmente pudo ponerse en práctica. Así como sucedió en todo el mundo, el parate y el confinamiento fueron el contexto ideal para despertar la creatividad y encontrar nuevas formas de socializar con el otro. Tras tantos años frente al aula, tantas lecturas y aprendizaje durante el encierro mundial, Hilce entendió que había que encontrarse para intercambiar letras, oraciones, historias, que contienen los libros. Buscan rescatar autoras desconocidas. Fotos: Luciano Ferreyra “La lectura es un acto íntimo y esto era una apertura que genera enriquecimiento con todos los aportes, por eso es una apertura a la sociabilidad”, especifica la licenciada. De esta forma, el grupo que lidera empezó por la escritura terapéutica, siguiendo por novelas no conocidas y el desafío de leer textos desconocidos, que no son habituales en ningún nivel educativo. “Hay autoras que parece están desaparecidas, ocultadas, en el camino escolar. Entonces hicimos un trabajo de tipo arqueológico para poder reencontrarlas”, alegó y así, investigando, descubrieron la figura de la mujer en restos arqueológicos de Grecia y Roma, por ejemplo. Con esta investigación buscaron descubrir por qué no dejaban a la mujer ser protagonista y cómo gracias a las luchas constantes de cada generación y cada siglo se logró ganar algo de espacio en la comunidad, aunque todavía el desafío es grande. En este sentido, con la grupalidad de mujeres lectoras, crearon un grupo muy sólido, que integran desde escritoras y periodistas, hasta psicólogas, asistentes sociales y psiquiatras, entre otras profesionales, según explicaron. Indagando más profundamente en los textos, analizando y consultando profesionales específicos, pudieron también encontrarse en las historias personales de cada una. “De las lecturas que tenemos, algunas son muy fuertes, sobre el abuso y violencia, y como muchas de las participantes son docentes en actividad, se han encontrado con situaciones de abuso y violencia intrafamiliar en la vida de sus estudiantes, entonces trabajamos con profesionales estas temáticas”, señaló Hilce. La metodología del grupo es sencilla: cada encuentro está dedicado a una escritora diferente y lleva el nombre de “Una cita con…”. Se busca destacar a autoras menos conocidas o abordar aspectos específicos de escritoras consagradas, con un enfoque crítico y enriquecedor. La grupalidad de mujeres lectoras trasciende cualquier barrera, transformándose en un grupo solidario, de ayuda mutua, abrazos que sanan. Además, los encuentros trasciende la literatura. Las participantes conforman un espacio solidario y de apoyo mutuo, que celebra la vida en todas sus formas: leen, comparten recetas, celebran cumpleaños y hasta los divorcios, creando una familia elegida. “La literatura es una salida transformadora emocional y psicológicamente en estos tiempos de crisis, guerra y violencia a los que estamos expuestas”, afirma Díaz. La cantidad de participantes varía según la época del año. En su pico más alto llegaron a ser más de 30 integrantes; actualmente son alrededor de 15 mujeres comprometidas que se reúnen sábado de por medio en la Biblioteca Popular Domingo Faustino Sarmiento. Quienes deseen formar parte pueden comunicarse a través de Facebook en Espacio de Lectura y Escritura Leo, luego Existo o en Instagram como @espacioleoluegoexisto. Con la lectura como aliada, Leo, luego Existo no sólo invita sumergirse en la literatura sino a compartir la vida y destacar el poder de las palabras y la comunidad. Compartí esta nota:
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