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Federal » El Federaense
Fecha: 19/11/2024 08:22
En un giro sorprendente de los acontecimientos, la foto de familia del G20 que se llevó a cabo en Río de Janeiro, Brasil, se vio marcada por la notable ausencia de tres líderes de potencias globales. Los presidentes Joe Biden de Estados Unidos, Justin Trudeau de Canadá y Giorgia Meloni de Italia llegaron al lugar justo después de que se capturara la icónica imagen, dejando a muchos preguntándose sobre la razón detrás de su retraso. Aunque los motivos oficiales de su falta no han sido revelados, surge la sospecha de que el incidente podría haber sido una especie de protesta hacia Sergei Lavrov, ministro de Relaciones Exteriores de Rusia y cercano colaborador de Vladimir Putin. Esta interpretación añade una capa de tensión en un evento que debería simbolizar la cooperación internacional. Las cámaras presentes en el Museo de Arte Moderno, donde se realizó la cita, registraron la llegada de Biden y Trudeau momentos después de que todos los demás mandatarios se retiraran. En el momento en que estos líderes llegaron, ya era evidente que la foto familiar había sido tomada, lo que subrayó aún más su tardanza. Giorgia Meloni, al ver a sus colegas, se acercó rápidamente, pero para su pesar, también se confirmó que no pudo unirse a la foto. Este episodio no es aislado: se recuerda que en 1999, durante la primera cumbre de la Unión Europea-América Latina y el Caribe, el presidente cubano Fidel Castro hizo una aparición tardía, justificando su ausencia con la humorística declaración: “Compadre, es que fui al baño a orinar”. Consecuencias y Reacciones La ausencia de estos líderes ha generado una serie de especulaciones sobre el impacto que tendrá en las relaciones internacionales y en la dinámica del G20. Dado que eventos como este a menudo son cruciales para establecer alianzas y fomentar acuerdos, la tardanza de estos mandatarios podría ser interpretada como un signo de descontento o divergencia de intereses en este contexto global. Un Recordatorio del Pasado El capítulo de Fidel Castro y su excusa divertida trae a la memoria que incluso en cumbres internacionales, la informalidad y la humanidad pueden tener un lugar. En un mundo donde la política a menudo se ve marcada por la rigidez y la formalidad, momentos como estos enfatizan que los líderes también son humanos, con sus propias limitaciones y peculiaridades.
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