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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 19/11/2024 00:52
Las batatas, también conocidas como camotes o papas dulces, han ganado popularidad en festividades como el Día de Acción de Gracias en Estados Unidos. (Andina) Pocas veces un alimento logra destacar tanto por su sabor como por sus beneficios para la salud. Las batatas, camote o papa dulce, conocidas por su dulzura natural y vibrante color anaranjado, son una de esas excepciones. Este tubérculo, a menudo relegado a recetas tradicionales, está recuperando protagonismo en las mesas modernas gracias a sus propiedades nutricionales únicas y su versatilidad culinaria. Ya sea como acompañamiento o plato principal, las batatas no solo enriquecen tus comidas, sino que también nutren tu cuerpo en múltiples niveles. Las batatas son una fuente rica en nutrientes esenciales que benefician al organismo. Un solo tubérculo mediano aporta una cantidad significativa de fibra, vitaminas y minerales que favorecen la salud en general. Entre sus atributos más destacados está su capacidad para regular los niveles de glucosa en sangre, mejorar la función cardiovascular y fortalecer el sistema inmunológico. Además, su contenido calórico relativamente bajo las convierte en una opción ideal para quienes buscan mantener un estilo de vida saludable. El potasio, un mineral crucial presente en las batatas, desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de los impulsos nerviosos, la contracción muscular y el ritmo cardíaco. Según especialistas consultados por The New York Times, una batata mediana contiene aproximadamente 350 miligramos de potasio, equivalente al 12 % de la cantidad diaria recomendada, superando por mucho lo que se encuentra en bebidas deportivas. Este mineral también ayuda a regular la presión arterial al equilibrar los efectos del sodio en el cuerpo, promoviendo la excreción de este último y relajando los vasos sanguíneos. Este tubérculo destaca por sus propiedades beneficiosas tanto en el sabor como la salud. (Imagen Ilustrativa Infobae) A pesar de su dulzura natural, las batatas no provocan picos rápidos de azúcar en sangre. Esto se debe a su alto contenido de fibra dietética, que ralentiza la digestión y la liberación de glucosa al torrente sanguíneo. Cada batata aporta alrededor de 4 gramos de fibra, lo que favorece una sensación de saciedad prolongada y una regulación eficiente de los niveles de glucosa. Este proceso incluso puede estimular la producción de GLP-1, una hormona que mejora la función del metabolismo y prolonga la sensación de plenitud. Un solo tubérculo mediano cubre más del 100 % de la ingesta diaria recomendada de vitamina A en forma de beta-caroteno, un antioxidante clave para la salud visual y el fortalecimiento del sistema inmunológico. Asimismo, las batatas aportan alrededor del 20 % de la cantidad diaria recomendada de vitamina C, que no solo actúa como antioxidante, sino que también mejora la absorción de hierro en el organismo. Otros nutrientes presentes, como el cobre y el manganeso, contribuyen a la producción interna de antioxidantes, protegiendo las células del daño. Más allá de la tradicional receta de batatas con malvaviscos, los expertos recomiendan preparaciones sencillas para destacar su sabor natural. Entre las opciones se encuentran asarlas con hierbas y aceite de oliva, acompañarlas con salsas como la de miso y jengibre, o integrarlas en platos como guisos vegetarianos y ensaladas. Estas ideas no solo realzan su versatilidad, sino que convierten a las batatas en una opción deliciosa y nutritiva para cualquier día del año. China lidera el consumo mundial de batatas, con una producción anual que supera los 47 millones de toneladas. (Imagen Ilustrativa Infobae) Una protagonista en Acción de Gracias En Estados Unidos, las batatas tienen un lugar especial en la gastronomía, especialmente durante festividades como el Día de Acción de Gracias, donde son un acompañamiento tradicional en las cenas familiares. Su popularidad ha crecido tanto a nivel nacional como internacional, reflejándose en un volumen récord de exportaciones de 181.000 toneladas en 2015. Este tubérculo se asocia comúnmente con recetas que resaltan su dulzura natural, como el clásico puré de batatas con malvaviscos, un plato icónico de esta festividad. Aunque la preparación varía según las regiones y tradiciones familiares, su protagonismo en esta fecha simboliza la riqueza agrícola y el espíritu de compartir, que son fundamentales en la celebración. Más allá de los clásicos, las batatas también se han adaptado a versiones más modernas y saludables para Acción de Gracias. Preparaciones como batatas asadas con hierbas o recetas acompañadas de salsas innovadoras, como la de miso y jengibre, están ganando popularidad entre quienes buscan mantener los sabores tradicionales, pero con un giro más ligero y contemporáneo. Este enfoque resalta no solo su versatilidad culinaria, sino también su atractivo como un alimento nutritivo que complementa cualquier menú festivo. Una batata mediana aporta 350 miligramos de potasio, un mineral crucial para la salud cardiovascular. (Imagen Ilustrativa Infobae) Un alimento mundial Las batatas son un alimento básico en diversas culturas alrededor del mundo, destacándose particularmente en países de Asia, África y América. En China, se encuentra el mayor consumo de batatas a nivel global, respaldado por una producción anual que supera los 47 millones de toneladas. Aunque una porción significativa se utiliza como alimento para animales, el consumo humano es notable, especialmente en las áreas rurales donde se preparan como parte de la dieta cotidiana. En África, Nigeria lidera el consumo de batatas con aproximadamente 3,9 millones de toneladas anuales, siendo este tubérculo un componente esencial en la alimentación local. Países como Malaui y Tanzania también destacan, con producciones de 7,4 y 4,9 millones de toneladas respectivamente. En estas naciones, las batatas no solo son una fuente importante de carbohidratos, sino también un alimento culturalmente integrado en la dieta diaria. Finalmente, en Japón, las batatas son parte integral de su gastronomía tradicional. Su consumo está asociado tanto a preparaciones dulces como saladas, y aunque su producción no es tan alta como en otras naciones, su presencia en la dieta japonesa es constante y altamente valorada.
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