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Parana » Uno
Fecha: 17/11/2024 21:41
Julio César Chivel, de 40 años, es un reconocido profesor de música oriundo de la ciudad de Federal. Hoy, sin embargo, se encuentra en tierras colombianas, llevando con su bandoneón y su pasión por la música argentina, tanto el chamamé como el tango, a escenarios internacionales. Chivel creció inmerso en la tradición del chamamé, género musical que caracteriza a su tierra natal y, actualmente, vive y trabaja en Federación. Allí, combina su labor como docente con su amor por la música, pero su destino, en esta ocasión, lo llevó mucho más allá de las fronteras argentinas. En plena pandemia del coronavirus, Chivel participó en el proyecto Bandoneones del Mundo, un evento virtual que reunió a músicos de diferentes países. Fue allí donde, gracias a la recomendación del maestro Walter Ríos, entró en contacto con Jenaro Briñón, un músico colombiano de Medellín, quien a su vez lo conectó con Marcelo Tomassi, dueño de una tanguería en Medellín. El proyecto le permitió a Chivel colaborar en la tanguería de la ciudad, un espacio único donde la música argentina es la protagonista. “En Medellín, la tanguería tiene una particularidad: funciona de miércoles a sábado con orquesta en vivo, y lo que más me sorprendió fue la cantidad de músicos jóvenes que tocan tango”, contó a UNO, quien vio en este proyecto una oportunidad de intercambio cultural que le permitió compartir su arte con el público colombiano. El éxito de su participación en Medellín lo llevó a seguir colaborando con la tanguería de la ciudad y también abrió las puertas a una nueva oportunidad en el Eje Cafetero de Colombia. Marcelo Tomassi, quien tiene un vínculo cercano con la música argentina al haber sido cantante de la orquesta de Buenos Aires dirigida por Néstor Marconi, ganador de un Grammy, le ofreció la oportunidad de mudarse a Pereira, una ciudad con una fuerte tradición tanguera. Allí, Chivel asumió la dirección de la Orquesta Típica Pereira, una agrupación compuesta por cuatro violines, un contrabajo, un piano, bandoneón y dos voces. “Es un desafío hermoso, y la música es muy bien recibida por el público local”, comentó Chivel. De esta forma, el músico entrerriano sigue cultivando el tango y el chamamé, fusionando ambos géneros con la tradición colombiana. El repertorio de la Orquesta Típica Pereira es, en su mayoría, cien por ciento tanguero, con una influencia de orquestas argentinas históricas como la de Alfredo de Ángeli y la de Juan D’Arienzo. Pero Chivel también se ha encargado de introducir tangos menos conocidos en Argentina, como Lágrimas de sangre, Sangre Maleva y Hasta siempre amor, lo que ha cautivado al público colombiano. “Cada vez que toco chamamé, el público lo recibe con los brazos abiertos. Es increíble cómo conocen clásicos como Merceditas y La Calandria de Isaco Abitbol”, aseguró. Esta música, que aprendió desde joven en su pueblo, ha sido una de sus mayores pasiones, y poder compartirla en Colombia ha sido una de las experiencias más gratificantes de su carrera. Además de la gratitud que siente por poder realizar su arte, Chivel no olvida a su familia, quienes lo apoyan en cada paso. “Agradezco profundamente a mi hijo Hilario y a mi esposa Estefanía, que sin su apoyo esto sería imposible. El amor de la familia es todo”, confesó emocionado. Asimismo, destacó el cálido recibimiento que ha tenido en Colombia, especialmente por parte de Juan Moyano y su esposa María Teresa, quienes han sido claves en su adaptación al nuevo país y han compartido con él su amor por la música y la cultura colombiana. “Mi contrato es hasta febrero de 2025, y a veces viajo a otras ciudades como Bogotá, Cali y Medellín para seguir desarrollando mi arte”, contó. Por lo pronto, sigue disfrutando de la calidez de los paisajes colombianos y la conexión con los músicos locales, mientras se siente cada vez más cerca de cumplir su sueño de llevar el chamamé y el tango a nuevos rincones del mundo. “Mi profesión me permite conocer lugares extraordinarios y aprender de músicos increíbles. Agradezco a Dios por permitirme hacer lo que amo”, concluyó.
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