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» Diario Cordoba
Fecha: 17/11/2024 09:34
Puente Genil ha inaugurado este jueves la Navidad en España, porque el clásico en luces de este tiempo, Vigo, que ha encendido siempre el primero, lo hizo ayer, sábado 16 de noviembre, a las 20 horas, dos días después que el pueblo cordobés. Aunque su alcalde desde 2007, Abel Caballero, llevara desde julio colocando las bombillas de la empresa cordobesa Iluminaciones Ximénez, que ha vuelto a convertir, como todos los años, en un artístico amanecer las noches de esa capital gallega. Y es que este tiempo con rumor de villancicos en que nos empeñamos en reservar mesa para comer con los amigos y en calentar las calles con la candela de las castañas es la etapa en la que son posibles los sueños del ser humano. Como los de Samu Omorodion, un futbolista español nacido en Melilla, que juega en el portugués Porto y que ha sido convocado por Luis de la Fuente para los partidos de España ante Dinamarca y Suiza. Y es que este jugador, de 20 años, soñó con jugar sus primeros minutos con la absoluta para dedicarlos a su madre, Edith, por su esfuerzo en abandonar Nigeria para dar una mejor vida a sus hijos. «Sufrió mucho, todo el paso de salir de su país hasta España para que mi hermana y yo tuviéramos una vida mucho mejor», asegura Samu en sus primeros momentos en la selección española. Un nítido caso de migración en el que la protagonista, según describe su hijo, se vino de Nigeria a España para darle a sus hijos un mundo mejor. «Mucho sufrimiento, muchas horas que me emociono al recordar. Todo lo que hago es por ella, para que se sienta orgullosa de mí. Es la mujer más importante de mi vida, me ha ayudado en todos los momentos. Tiene un papel fundamental, es el pilar de mi vida, sin ella no sé lo que haría», dice su hijo, el futbolista Samu. La madre, Edith, estando embarazada de Samu, decidió marcharse de Nigeria para encontrar mejor vida para sus hijos, y viajó desde el golfo de Guinea a Melilla. Ahora vive con orgullo los pasos que ha ido dando su hijo en el fútbol hasta llegar a ser convocado por la selección española absoluta. «Antes de que la llamase para contarle, ya se lo habían contado. Se puso a llorar, estoy muy contento también por ella y muy orgulloso de todo lo que estoy haciendo y de poder brindárselo. Estoy viviendo un sueño que todavía no me lo creo. Valoro mucho lo que me está pasando», concluyó Samu Omorodion, el futbolista español que juega en el club lusitano Porto, de Primera División. Casi un milagro para quienes sufren los envites de quienes se cierran a abrir la vida a los prodigios. A los del cristianismo, por ejemplo, que, se sea creyente o no, describen un comportamiento humano que se levanta sobre la justicia, la verdad y la generosidad. Una doctrina en la que dicen creer y practicar quienes culpan a los emigrantes de todos los males de España porque «nos roban todo el dinero del Estado y nuestras mujeres no pueden cruzarse con ellos por las calles». Después de la tragedia de las danas, de la elección de Donald Trump como uno de los peores jerifaltes de la humanidad, de los bulos que han enfangado todavía más el barro de la gota fría y del escaso interés de algunos políticos en asumir las responsabilidades de una tarde encerrada sin noticias tendemos al tiempo de la inminente Navidad, a los 50 años del nacimiento de la Facultad de Ciencias, a las tres décadas de la inauguración del centro comercial El Arcángel y al 50 aniversario de la Casa de los Pedroches en Córdoba, que se cumplen este sábado 23. En esta semana en que se ha muerto Mariano Aguayo, al que le dedicamos el recuerdo especial como un cordobés distinto, que supo compaginar sus cualidades de artista con un tranquilo estilo de vida, lleno de campo, caza y naturaleza y ser escultor, pintor y escritor con toda su realidad. Suscríbete para seguir leyendo
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