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Gualeguaychu » El Dia
Fecha: 16/11/2024 23:38
Debe ser desde que asumió, la mejor semana para Milei. No sólo por la foto que desde hace unas horas llegó desde el norte, con el flamante Presidente electo Trump, o por los dichos de este último. Lo más impactante es que la inflación sigue bajando y los números de la economía, por primera vez en meses, sí, dan señales concretas de una recuperación o, para los más pesimistas, de un efecto rebote. El fenomenal ajuste que está llevando a cabo la gestión libertaria empieza a dar los primeros resultados. No solamente porque la inflación sigue bajando: el mes pasado perforó el piso del 3%, una cifra simbólica que algunos especialistas afirmaban sería difícil pasar. Desgranado, ese índice, marca que los alimentos (siempre el rubro más sensible) estuvieron por debajo del promedio. El rubro servicios, que incluye las tarifas, sigue duro, pero es lógico. Hay muchas tarifas que se siguen actualizando por encima de la inflación núcleo, lo que impacta en el número final. Pero ese 2,7%, es como un manto que se va ampliando sobre otros números de la economía. Sigue siendo la macro, pero la micro empieza a sentir los primeros coletazos. Necesario y urgente después de meses de ajuste que la sociedad sigue tolerando con niveles de conflictividad bajos. Tanto que Aerolíneas podría convertirse en el caso testigo de lo que será la relación del Gobierno con los gremios en los próximos años. La estrategia sindical fue equivocada. La gente tirada en los aeropuertos protestando contra Aerolíneas Argentinas fue la mejor ayuda que pudo recibir el Gobierno que está buscando cualquier argumento válido para sacarse de encima la empresa. Al final, los gremios tuvieron que negociar, pero hipotecaron el futuro de la aerolínea de bandera. Si querían lo contrario, terminaron con su conducta, siendo funcionales a Milei. El Presidente, de regreso a la Argentina, consiguió lo que pocos han logrado: foto y charla informal con Donald Trump. Encima le propinaron una lluvia de elogios, con lo que la excursión a Mar-a-Lago fue pura ganancia. Se disimula así el pensamiento económico del nuevamente jefe de la Casa Blanca. Trump es nacionalista, defiende la industria estadounidense y anunciará, más temprano que tarde, medidas arancelarias que irán en ese sentido. ¿Podría perjudicar a la Argentina? Nadie lo sabe, aunque Milei apuesta a la relación personal con él y su amigo, de ambos en realidad, Elon Musk. Sabe también que la Argentina es casi el único aliado político que Estados Unidos tiene en Sudamérica, hoy dominado por los gobiernos de izquierda. A tono con la verba encendida del empresario, Milei hizo los deberes en Miami y vuelve con la satisfacción de haber hecho lo correcto. ¿Alcanzará? Claro que la política le guiñó otro ojo al Presidente. El miércoles, la Cámara de Casación Penal confirmó la sentencia por administración fraudulenta en contra del estado de Cristina Kirchner: seis años de prisión más la inhabilitación para ejercer cargos públicos. A las pocas horas, el vocero presidencial anunció la suspensión de la pensión como expresidenta más la pensión por viudez de Néstor Kirchner. “Dictadorzuelo”, le enrostró Cristina desde la trinchera de sus redes sociales. Los dos saben el juego que juegan. Milei se deja seducir por el encantamiento de tener a Cristina como rival. Ya le pasó a Macri y le fue mal. Pero la movida es irresistible. A Cristina también le conviene. Prolonga su vigencia, le pone la pata encima a los dirigentes que quieren hacerle sombra y lo notifica a Kicillof, el de los pensamientos raros. ¿Cuáles? Pretende jubilar a la jefa y eso no tiene perdón en la liturgia ultra K. Esta dinámica, que no es nueva en la política argentina, asoma nítida para las generales del año que viene. La exvice de Alberto apuesta al estallido. Lo dice sin eufemismos en sus largas reflexiones virtuales. Que el ajuste no se puede prolongar indefinidamente y que, en algún momento, volará por los aires. Ahí estará ella, en persona o por terceros, para retomar el camino que se perdió en el 2015 y que ni siquiera el tándem Alberto-Massa pudo recuperar. Del otro lado, Milei se aferra a los números de una economía que todavía, para la inmensa mayoría de los argentinos, está en terapia intensiva. Apuesta a contraponer lo nuevo con lo viejo, a que el hastío de millones de argentinos todavía soporta más esfuerzo. Claro que, si la cara sigue siendo Cristina, le será más fácil ahondar en la huella. Con el peronismo encolumnado bajo la influencia de la jefa, los radicales que no saben bien que son y cómo tienen que pararse frente al Gobierno y el PRO debilitado por sus propias pujas internas, el camino parece allanado. El desafío será la economía, la que te hace ganar o perder elecciones (sino pregúntenles a los demócratas en Estados Unidos). De ese examen no zafa nadie, por más amigos poderosos que tenga.
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