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    » El litoral Corrientes

    Fecha: 15/11/2024 19:39

    ¿Son acaso, más importantes las formas que el contenido de una propuesta de Gobierno? O, más aún, sus resultados. Hans-Dieter Holtzmann dirige la representación de la Fundación Naumann en Buenos Aires, y Karl-Heinz Paqué es presidente del Consejo de Administración de esta Fundación que representa las ideas liberales en Alemania y en conjunto, plantearon esa discusión en un artículo aparecido en las últimas horas en Clarín. Vale la pena conocer sus ideas: “En Argentina y en el mundo las formas de Javier Milei son cuestionadas, principalmente por sus actitudes populistas de derecha y sus polémicas declaraciones. A los liberales nos irritan especialmente las ideas sociopolíticas reaccionarias que principalmente Milei expresa en sus discursos en el mundo, así como los problemas que ha generado en materia de política exterior, por ejemplo durante su discurso ante miles de seguidores del partido de ultraderecha Vox en España. No obstante, su programa de política de estabilidad económica debe tomarse en serio. Milei quiere, por primera vez en décadas, devolver a Argentina su histórica prosperidad económica. Quiere una economía de mercado que funcione y acabar con el proteccionismo del peronismo que hundió a Argentina con exceso de regulación y una redistribución clientelar. ¿Puede lograrlo? En el ámbito nacional, logró éxitos considerables, sobre todo en tres frentes: la lucha contra la inflación, la reducción del déficit presupuestario, y la mejora de las condiciones de inversión y del derecho de arrendamiento. La inflación ha caído al 3,5% mensual. Para una nación «normal» esto sería un desastre de devaluación monetaria, una tasa de inflación de alrededor del 50% extrapolada sobre una base anual. Para Argentina, es un éxito gigantesco tras años de hiperinflación. Es la tendencia inflacionariamás débil que ha experimentado Argentina desde hace más de dos décadas. El éxito logrado es posible gracias a la drástica disminución de los déficits presupuestarios, y ahora incluso a la consecuencia de los primeros superávits presupuestarios. Los ingresos reales caen masivamente. La ventaja es que el banco central ya no tiene que «intervenir» con impresión monetaria para financiar al Estado. Argentina es un país rico en recursos que resulta ideal para la inversión privada. En este sentido, el Gobierno, como parte de su amplio paquete legislativo, aprobó la «ley ómnibus» con un proceso legislativo limitado ya que Milei y su partido carecen de las mayorías necesarias. El peso argentino continúa sobrevalorado, a un tipo de cambio oficial básicamente fijo, aunque su paridad con el dólar se ajusta moderadamente a un 2% cada mes, es decir, se devalúa. Como consecuencia, la «brecha» entre el tipo de cambio oficial y el del mercado se amplía en lugar de reducirse, los controles de capital siguen vigentes, las empresas argentinas siguen sin poder ofrecer sus productos a precios competitivos y sin poder comprar en el mercado abierto bienes de capital importantes en el extranjero. Cabe señalar que esto no tiene nada que ver ideológicamente con el anarcocapitalismo de Javier Milei. Más bien, tiene que ver con la reticencia del presidente a permitir que las fuerzas del mercado realicen los ajustes necesarios, ya que esto causaría sin duda un nuevo aumento -aunque temporal- de la inflación, lo que lo perjudicaría políticamente. ¿Es posible que funcione? El hecho es que cuanto más se extienda esta situación, más se acumula la «inflación internacional», que podría en algún momento desequilibrar el sistema de Milei. El presidente argentino debería observar de cerca las reformas monetarias de Alemania en 1923 y 1948 y el exitoso programa de estabilización de Polonia con Leszek Balcerowicz después de 1990, que dió respuesta a un problema grave de inflación. Observando esto se daría cuenta de que se necesitaban decisiones liberales en una fase temprana para estabilizar la economía y encaminarla hacia la prosperidad. No basta con celebrar la retórica del anarcocapitalismo y dejar que la «licuadora» haga su trabajo en Argentina. Hay que ratificar la credibilidad de su propio programa económico interno en términos de comercio exterior. Si esto no ocurre, todo queda en el aire, incluida la perspectiva de éxito en las negociaciones de reprogramación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional, a las que todavía se enfrenta la Argentina de Milei. Entonces, se puede afirmar que se ha dado un primer paso, pero no mucho más que eso”.

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