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» Elterritorio
Fecha: 10/11/2024 17:59
Con una discapacidad de nacimiento y una historia marcada por cirugías, el misionero encontró en el deporte una oportunidad para vencer sus limitaciones domingo 10 de noviembre de 2024 | 6:05hs. Hoy Marcos entrena a niños y jóvenes en tenis de mesa convencional y adaptado en su club de Puerto Rico. La historia de Marcos Muñoz con el tenis de mesa comenzó en 2017 cuando su entrenador, Milton Dos Santos, lo invitó a probar el deporte en su club, el Centro Paraguayo en Puerto Rico. “Mi maestro fue a casa una noche a hablar con mis padres y yo también estuve presente. Me preguntaron si me interesaba jugar ping pong en el club. Yo acepté la idea de inmediato, le dije que sí y que iba a probar una semana”, recordó. Lo que empezó como un simple intento se transformó en una pasión duradera. Apenas unas semanas después, su entrenador lo animó a participar en su primer torneo provincial, el cual servía de clasificatorio para los Juegos Evita de tenis de mesa adaptado. “Decidí aceptar el reto, tuvimos un mes de preparación, con entrenamientos a tiempo completo. Y cuando llegó el día, logré ser campeón provincial”, contó. Tras esta victoria, Marcos se preparó para los Juegos Evita en Chaco. Este fue su primer viaje fuera de Misiones, un momento emocionante tanto para él como para su entrenador. “Mi profesor me dijo ‘¿qué te parece si apuntamos a ganar la medalla de oro?’. Obviamente le dije en broma que sí. Pero lo logramos, conseguí la medalla de oro por primera vez en los Evita”, recordó con emoción. Los chicos aprovecharon para afianzar amistades. Fotos: guadalupe de sousa Aquella experiencia le dejó recuerdos imborrables, como el encuentro con el ex presidente Mauricio Macri, quien lo invitó a un partido amistoso frente a una multitud. “No sabía quién era en ese momento, pero jugué con él, recuerdo que me atacaba con fuerza y yo no quería regalar nada, ni siquiera delante de tanta gente. Venga quien venga, no iba a achicarme”, aseguró. Gracias a su desempeño en los Evita, Marcos fue invitado a formar parte de la preselección argentina en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard) en Buenos Aires. Durante el 2018 viajó mensualmente para entrenar junto a su entrenador. “Al principio era todo un juego, pero poco a poco fui entendiendo las reglas y la disciplina. Empecé a mejorar, estaba en un buen proceso”, relató. A finales de ese año, se consagró campeón nacional y participó en su primer torneo internacional, la Copa Tango, enfrentándose a rivales de la talla de Japón, Puerto Rico y Canadá. En 2022 llegó una oportunidad inesperada. Luego de una frustración por no poder participar en una concentración debido a un contacto estrecho por Covid, recibió un mensaje de su entrenador: “Hay un proyecto en el Cenard para que entrenes con la selección argentina de tenis adaptado”. Tras hablar con sus padres y confirmar que era su sueño, Marcos aceptó la invitación y firmó contrato con la selección. La pandemia en 2020 interrumpió su ritmo de competición pero Marcos continuó entrenando desde casa. Al volver a los torneos nacionales tomó una decisión que cambiaría su vida que sería convertirse también en entrenador. “Siempre tuve la idea de enseñar, cuando tomé la decisión en diciembre pasado, hice un curso de entrenador con Alejandra Gavaglio, entrenadora nacional de Fatema. Después de tres meses, logré obtener mi título como entrenador nivel 1, tanto nacional como internacional”, explicó. Hoy Marcos entrena a niños y jóvenes en tenis de mesa convencional y adaptado en su club de Puerto Rico. “Nuestra idea, aparte de entrenar y aprender, es formar un grupo unido como una familia. Eso es lo más importante, si quieren crecer, tienen que hacerlo juntos”, destacó Marcos, quien también planea recibirse pronto como preceptor nacional para seguir contribuyendo en el ámbito educativo. Marcos nació con una discapacidad de columna vertebral llamada escoliosis, lo que lo llevó a someterse a seis cirugías. Gracias a estas intervenciones, pudo superar muchas de las limitaciones físicas que su condición le imponía. “No me puse límites porque no me dejé llevar por los comentarios de los demás. Me consumía un poco, pero intentaba despejarme, ser yo mismo, centrarme en mí. Estaba entrenando, yendo a diferentes deportes”, comentó. A sus 23 años, Marcos sigue luchando por sus sueños, con la mirada puesta en nuevos desafíos en los torneos nacionales e internacionales y con la aspiración de regresar a la selección argentina. Para él, cada torneo, cada viaje y cada entrenamiento son una oportunidad de aprender y crecer. “Cada uno tiene que plantearse sus objetivos para poder cumplir sus metas”, afirmó. La pasión y el esfuerzo de Muñoz lo llevaron lejos, hoy está entre los tres mejores jugadores de la provincia y no hay dudas de que continuará inspirando a muchos más jóvenes en su camino. Entre sus alumnos, sobresale la actuación de Federico Ezequiel Correa, quien junto a su compañero de Córdoba, Brian Heredia Escobado, participó en la categoría de doble mixto. Ambos lograron la medalla de bronce, asegurando el tercer lugar en una competencia que requirió esfuerzo, coordinación y estrategia. Este logro fue motivo de celebración para Misiones, ya que demuestra el crecimiento y el potencial de sus atletas jóvenes en el ámbito nacional. Además de Federico, otros atletas también obtuvieron buenos resultados. Willenberg Anderson Gabriel y Zabala Josué Misael fueron parte del grupo misionero que, aunque no alcanzó el podio, se destacó con actuaciones sobresalientes, llenando de orgullo a su provincia. Cada uno de ellos, independientemente de su posición final, se llevó una medalla por su participación, un reconocimiento al mérito y esfuerzo que implica competir en un evento tan importante como los Juegos Evita. Compartí esta nota:
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