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» Diario Cordoba
Fecha: 10/11/2024 06:38
Las inundaciones del 29 de octubre han dejado muy tocados a los comercios de los municipios afectados, hasta el punto de que un porcentaje de ellos no volverá a abrir la persiana. Bares, hornos, carnicerías, tiendas de moda, papelerías kioskos, bazares y demás negocios domésticos se plantean estos días qué será de ellos. Algunos han abierto. Otros ya han decidido que no lo harán, que no podrán soportar los gastos. La riada ha arrasado más de 34.000 empresas y pequeños negocios en los municipios anegados en un contexto económico ya de por sí complicado por la inflación. "¿Reabrir? Yo lo veo muy complicado, porque la inversión que tengo que hacer es del 100 %. Necesito renovar todo: máquinas, elementos de cocina, mobiliaria, cuberterías... solo se ha salvado la estructura", explica Pedro, propietario del Bar Xúquer de Paiporta, donde la marca del agua casi llega a los 3 metros de altura. "Aquí hace falta mucho dinero y si tenemos que confiar en las ayudas, pues no puedes esperar años como en el terremoto de Lorca o el volcán de Canarias. Mientras no pasa nada, vas estando estable, pero una cosa así te mata. Posiblemente cierre y me busque un trabajo", añade Pedro. Yun Min muestra su bazar arrasado en Paiporta. / / Eduardo Ripoll Yun-min ha perdido el bazar que abrió hace 20 años en Paiporta junto a su mujer. No queda nada y no tiene dinero, asegura, para volver a empezar. "No sé qué voy a hacer, pero no puedo seguir", explica antes de enseñar una foto en la que sale sentado en el estante de arriba la noche de la riada. Leonardo es un argentino con dos tiendas de artículos de regalo, una en Paiporta y en Picanya. Han quedado arrasadas. "Yo reabriré como pueda, porque esto es mi vida y la de mi hija". Miguel Guerrero y su hijo, en la Farmacia Masià de Paiporta. / / Eduardo Ripoll En Picanya, Jamones Centelles y Buj, en el antiguo mercado, ya está libre de barro. Pero el local ha quedado diáfano. "Yo remonto como que me llamo Raquel Serrano, pero ¿por qué nos han dejado solos cuando hace poco pasamos una pandemia? Al lado, Celeste ha reabierto su panadería, pero lamenta que apenas vende «porque hay exceso de comida en los centros de voluntarios. Es normal que lo hubiese en los primeros días, pero ahora que estamos empezando a reabrir, nos está perjudicando", afirma Celeste. Pescados Toño, también en el mercado de Picanya, también ofrece ya su género sobre el mostrador tras duros días de limpieza. "Yo voy a intentarlo", sentencia. Celeste vende pan en el mercado de Picanya. / / Eduardo Ripoll La imagen es más caótica en la Farmacia Masià de Paiporta, devastada por el fango. "Se ha perdido todo, hasta el robot. El problema es que no tenemos seguro porque nos estaban robando últimamente y la compañía nos canceló la póliza. Nos están ayudando otras farmacias y los laboratorios, pero la empresa del robot -que cuesta 200.000 euros- no es tan empática y no nos vende otro a precio de coste, por ejemplo", explica el propietario, Miguel Guerrero. El problema es que no tenemos seguro porque nos estaban robando últimamente y la compañía nos canceló la póliza", aseguran desde la Farmacia Masià de Paiporta Unas tres manzanas hacia el norte de Paiporta, en la calle Cardenal Benlloch, una vecina asegura que la peluquería que abrió hace un año enfrente de su casa "ya nos ha dicho que no le queda otra que cerrar".
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