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» Diario Cordoba
Fecha: 07/11/2024 10:56
Cinco partidos. Cuatro victorias y una derrota. Comparte liderato en el Grupo Oeste de la Segunda FEB con clubes del rango del Cáceres -próximo rival-, el Ciudad de Huelva -otro ex de ACB, como los extremeños- y el Ponferrada, el único que le venció. Acaba de doblegar al histórico Magia de Huesca -entrenado por el cordobés Rafa Sanz, un referente en el baloncesto local- en el Palacio de Deportes Vista Alegre, donde ya congrega a más de un millar de espectadores en cada día de partido. Le va de lujo al Coto Córdoba Club Baloncesto, que en apenas tres años se ha postulado como un proyecto esperanzador en el devastado panorama de este deporte en la provincia desde hace tres lustros. «Calma, calma...», insisten desde todos los flancos del equipo cordobés. Desde la cúpula hasta el último jugador, pasando por el cuadro técnico, el mensaje es de mesura y prudencia. El balance es formidable y, desde luego, reporta una dosis alta de confianza en poder cumplir los objetivos. ¿Que cuáles son? Pues el primero y principal, alcanzar al menos diez triunfos para atornillar la permanencia. De la fecha en la que lo logre dependerá el discurso posterior. El Coto no se deja deslumbrar por su propio éxito. Sigue a lo suyo, apoyado en varias claves. Una rotación amplia Son doce en el roster y doce en la cancha. No hay jugador que no tenga su cuota de participación en un Córdoba cuya rotación permanente le hace mantener un gran vigor físico -que se nota especialmente en la defensa- que desgasta a los adversarios y obliga al inquilino del banquillo rival a estar contínuamente en busca de soluciones. El Coto es un adversario incómodo, difícil de descifrar, con una batería de jugadores polivalentes y un catálogo de variantes tácticas muy rico. Alfredo Gálvez, durante el encuentro contra el Ponferrada. / VÍCTOR CASTRO El base estadounidense Donell Nixon y el pívot almeriense Paco Del Águila son quienes más tiempo permanecen en la pista, con 22,6 minutos por partido. Mushila, con sus entradas y salidas desde el banquillo, es el tercero en el ranking de minutos (22) junto al gallego Fernando Bello (22), uno de los pocos supervivientes del curso pasado en EBA. La amenaza múltiple Donell Nixon (12,4 puntos), Isaac Mushila (11,8) y Austin Fadal (10) son los mejores anotadores del Coto, que es el segundo equipo con mejor ofensiva de su grupo. En el tiro exterior tiene su mejor argumento, pues ahí suma la producción de hombres como los cordobeses Lucas Muñoz y Guille del Pino, ambos indispensables en sus distintas funciones. El rambleño controla los ritmos; el juvenil los rompe con un caudal de entusiasmo contagioso y puntos determinantes. Coto Córdoba Baloncesto-Rioverde Clavijo | El partido de Segunda FEB en imágenes / Víctor Castro El equipo está siendo capaz de compensar con su cosecha en los tiros lejanos la menor aportación en la pintura. Del Águila es el líder bajo los aros (5,2 puntos y 5 rebotes), con la intervención extra de Mushila -en rebotes de ataque- y Bello. Con margen de mejora están el esloveno Nemanja Scekic y el costamarfileño Mohamed Sanogo, que ponen dureza y defensa en sus minutos. En el Coto hay que ganarse los minutos. Los roles están para quienes los cumplen y la competitividad interna ha traído un nivel muy alto de intensidad en los jugadores. El francés Tanguy Touzé, el cordobés Gonzalo Orozco o el vallisoletano Pablo Martín han tenido un papel relevante en este primer tramo de la competición. Control emocional Con una plantilla jovencísima, la mayor parte de ella sin experiencia en la categoría, llama la atención la capacidad para sostenerse en los momentos más complicados de los partidos. El Córdoba siempre ha competido, remontando en varias ocasiones situaciones adversas sin dejarse llevar y mostrando paciencia y persistencia para buscar su oportunidad de victoria. En los duelos ante el Archena y el Huesca estuvo especialmente sólido a la hora de resistir las andanadas de rivales que ls superan en horas de vuelo en una competición, la antigua LEB Plata, tremendamente equilibrada y en la que no hay misericordia para los que se despistan. Coto Córdoba Baloncesto-Rioverde Clavijo | El partido de Segunda FEB en imágenes / Víctor Castro A ese carácter luchador ha contribuido el ambiente en el Palacio Vista Alegre, que en apenas un puñado de semanas ha vuelto a recuperar buena parte de las sensaciones que se perdieron durante muchos años. El público ha ido respondiendo a medida que el Coto CCB crecía en el nivel deportivo ofrecido, llegando las gradas a contar con más de mil espectadores en los encuentros jugados hasta ahora. Las matinales del domingo empiezan a ser un punto de cita para los basketmaníacos. Guille, el especial Contar con un joven talento local es uno de los asideros emocionales más poderosos para una afición. El caso de Guillermo Del Pino, además, reúne otros condicionantes que multiplican su atractivo. Salió de la cantera del Cordobasket para marcharse al Unicaja, donde escaló rápidamente para ser internacional en todas las categorías formativas. Fue elegido MVP en el último Eurobasket Junior y el club malagueño le ofreció un contrato profesional, que el cordobés rechazó para seguir su carrera en la liga universitaria de Estados Unidos. Tenía un año de paréntesis -aún es menor de edad- y escogió probar en su ciudad natal. Del Pino tiene un toque, algo especial. Su entrada en la pista es la promesa de que cualquier cosa es posible. Aporta desde el exterior con sus triples, penetra a canasta, ayuda en el rebote ofensivo... Está para todo. Le falta control de balón ante bases más experimentados y a veces se envalentona para buscar soluciones más vistosas que eficaces, pero es que solo tiene 17 años. Es el quinto en minutos de juego (19,4) y aporta 7,8 puntos por partido. Del Águila y más Con 25 años es el veterano del equipo. Por ahí se mueve el Coto. El almeriense, que llegó de La Roda tiene experiencia en la categoría -pasó por el Cáceres y el Ourense- y un estilo de juego que produce réditos en la estadística, motiva a los compañeros y enardece a la grada, que ha encontrado en él a un referente. «¡Este es nuestro Paco!», grita el speaker cuando el pívot hace alguna de las suyas. El Coto funciona y no quiere dejar de hacerlo.
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