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  • Detuvieron a un hombre por violencia familiar en Córdoba: sus hijos iban golpeados a la escuela

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 07/11/2024 05:23

    La Policía secuestró un rifle de aire comprimido de la vivienda del hombre (Télam) Un hombre fue detenido por violencia familiar en Córdoba luego de que la docente de sus hijos denunciara que los menores asistían a la escuela con golpes en su cuerpo, así como también mencionó que los mismos niños manifestaban ser víctimas de reiteradas agresiones. La presentación judicial fue realizada por la directora y una docente de la escuela rural escuela Deán Gregorio Funes, ubicada en el paraje Campos Los Ranqueles, a unos kilómetros de la localidad cordobesa de Arroyo Algodón. De acuerdo con la información al la que pudo acceder el medio local ElDoce.TV, las víctimas son tres menores, dos de ellos son alumnos de la institución, tienen 12 y 6 años, mientras que el tercero tiene 1 años y 10 meses. La escuela a la que asisten los niños Según el relato de la docente, en una oportunidad, el hombre amenazó con una escopeta a su hijo más grande. Por otro lado, relató que ambos de los menores en edad escolar asistían a clases con malas condiciones de higiene y acumulaban una gran cantidad de faltas. Una vez que se realizó la denuncia, se procedió a la detención del hombre de 45 años, que fue imputado por el delito de lesiones leves calificadas y reiteradas. Durante el allanamiento, la Policía de Córdoba secuestró un rifle de aire comprimido con balines. El caso de Aralí Vivas La causa quedó en manos del fiscal René Bosio, quien dispuso las medidas correspondientes para garantizar la integridad física de los menores. Por esto mismo, el más chico de los hijos del detenido fue rescatado de la casa precaria en donde vivían. De esta manera, los tres niños recibieron la atención médica necesaria y los especialistas pudieron confirmar que presentaban varios signos de violencia física. Ahora, quedaron bajo el cuidado de su bisabuela. La noticia se da unos días después de que se conociera el caso de Aralí Vivas, una nena de 8 años que fue encontrada sin vida en su casa luego de un incendio en Córdoba. Sin embargo, la autopsia realizada sobre su cuerpo confirmó que la menor presentaba signos de violencia y abuso y que el causal de muerte no está relacionado con el siniestro en su domicilio; por el contrario, la Justicia sostiene que los responsables intentaron encubrir el crimen al comenzar las llamas. Por este caso, hay tres personas detenidas: la madre de la menor, Rocío Milagros Rauch, de 28 años, quien es considerada partícipe necesaria del crimen; el padrastro de la víctima, Ezequiel Simeone, de 33 años; y uno de sus amigos, Cristian Hernán Varela, de 40 años. Aralí presentaba signos de abuso Durante las horas previas al hallazgo, los hermanos de Aralí, también menores de edad, convivieron en la casa con el cadáver de su hermana. El fiscal Oscar Gieco, a cargo del caso, explicó que la hermana de la víctima, al notar que Aralí no respondía, la dejó pensando que estaba dormida. “Quedaron a la buena de Dios, sin madre ni padre”, relató el fiscal sobre la situación de los dos menores. Gracias a registros de cámaras de seguridad, se reconstruyó el recorrido de los implicados. A las 21:16 del viernes, Varela llegó en bicicleta a la casa de Simeone. Varias horas después, alrededor de las 3:27 del sábado, Simeone volvió a su hogar. El mismo sábado al mediodía, fue visto saliendo con los dos menores y dirigiéndose a una plazoleta cercana. A las 13:46, regresó a la casa, momento en el que testigos presenciaron el inicio del incendio. A las 13:54, un hombre alertó a los bomberos, que llegaron minutos después y lograron controlar las llamas. En el interior de la vivienda, hallaron el cuerpo sin vida de Aralí. La coartada de Simeone, quien declaró no haber estado en la casa durante el incendio, es cuestionada por la fiscalía, que destaca sus antecedentes de violencia de género. Además, testimonios indican que Rauch podría haber estado fuera de su hogar en días previos, posiblemente bajo el efecto de drogas, lo que agrava su situación judicial. El miércoles el fiscal reveló un nuevo dato estremecedor: uno de los imputados confesó espontáneamente que “era costumbre abusar de Aralí”. Por esto mismo, ahora Gieco analiza la posibilidad de agravar la imputación contra los detenidos, considerando la figura de homicidio criminis causa, es decir, la muerte como medio para encubrir otro delito. De ser así, la pena en expectativa para los acusados podría ser la prisión perpetua.

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