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» El litoral Corrientes
Fecha: 07/11/2024 01:43
Por todos los medios, sus cuitas llegan. Siempre llegan de una u otra forma. No ha nacido para estar sola. Sino acompañada, comprometida a que las palabras tengan certeza. Esa prioridad hace que trascienda cada una de sus aflicciones, sus alegrías, el latido de una verdadera comunidad que de una u otra manera nos hacer saber, el estado general de sus prioridades. La gente hace saber su estado de ánimo desde mil ángulos. El paisaje urbano tanto como el rural, casi como un mural nos pinta. Su andar es un termómetro, marcándonos cómo cada una de ellas muta en otras prioridades también imprescindibles. Los medios tradicionales. Las redes sociales. La conversación y el comentario latente de la gente, va tirando porcentuales que nos acercan a la verdad socio- económico y política de un país todo. De pronto casi al desnudo, desvela sus preocupaciones. Sus mejores anhelos. Los buenos deseos. Es muy difícil guardarlo cuando existen muchas necesidades, urgencias digamos. La objetividad es tan evasiva que cuesta separar una de otra, permitiendo también registrar más informaciones que en la evaluación marcan un camino. Me gusta la palabra bien escrita pero mejor dicha mucho más, por eso cuando algo me llama la atención de búsqueda de temas, anoto algunas. Y, resultas que sucede como la necesidad de expresarnos para protestar, aplaudir o recordar, ya que es el ejemplo que siempre nos lleva al origen de todo, la prueba que hay una coincidencia que generalmente no miente. Por supuesto que todo valida, porque la certeza bien acompañada, es para no perderse, y tal vez para abonar esas verdades que las comunidades acertadamente alimentan. El criterio de la calle, de lo personal, de los medios, son realidades que en lo posible no mienten, nos despierta. Permite comprenderlas, justificarlas o no. La gente se comunica. Se hace oír. Nos dicen cómo la están pasando. No falla y de primera mano conocemos su idiosincracia, falencias y logros. En materia específica, el “maestro” Dante Panzeri, afirmaba: “El periodista no ha nacido para hacer amigos”, sino todo lo contrario y la decisión de ser objetivo, más allá de todo lazo afectivo. No solo valentía sino tener el coraje de decirlo cómo fue. Establecer la crítica inteligente no que muera en el estilo, sino que se “desangre” en la búsqueda de la verdad, de lo correcto. Justamente esas urgencias cuando aún la página está en blanco se hace imprescindible tener con qué y por qué. Y es a propósito de los Gobiernos que no siempre suportan ser “auditados”, pero en realidad son ellos quienes nos confieren “el libreto”; no el invento como lo proclaman. Por ejemplo, en la crítica por el empeñoso esfuerzo de Formosa por ir por otro período, cuando suma ya 29 años en el poder, replica lo que todos pensamos: “Basta de provincia con dueños.” Eso lo leí hace unos días, me pareció bárbaro. Dicen que el que busca encuentra. Hallé esta otra “perlita” que no hace más que reflejar una realidad palpable: “Pilotos de un tren fantasma”, a propósito del paro apela al surrealismo una imagen de estado, perdurar a través del tiempo pero tampoco haber mejorado. O, la correspondiente a los usuarios repodridos por tanta desinteligencia y consideración: “Ya estamos agotados.” También sufrimos la quita de un medio vital, y económico: el ferrocarril “Urquiza” cuando el “redentor” Carlitos de la Rioja dijo su frase más célebre: “Ramal que no anda, ramal que se levanta”. Sin medio vital y pueblos que fueron muriendo sin el empuje del “toro de acero”. La estructura que marcaban los rieles para ir y venir a Buenos Aires, la mano de los productores que confiaban sus cargas, de pronto en una acción cinematográfica de “congelamiento”, ya nada ha sido como lo fue antes. Paisajes de vastos lugares de la Provincia de Corrientes, al que le habían “violado su aparato circulatorio, diezmados, habiéndose robado la gente buena parte de rieles como de durmientes que marcaron su traza. Ya que “Muerto el Rey, viva el Rey..!” Como dice el tango: “Todo es peor. Nada es mejor..!” Joaquín Morales Solá, del Diario “La Nación” marcó: “Huelgas y piquetes de un tiempo viejo.” Todo había pasado de un tirón pero nada cambió. Se trata del mismo periodista que hizo famosa la frase que sintetiza un poco lo argentino: “Paciencia social”, un microclima que da con la temperatura exacta. Qué pena que siempre los buenos son pocos porque hay una tentación de tributarle a papá estado la rebeldía heredada del populismo, siempre rompiendo vallas, salteando límites, adorando el pillaje puro de la viveza criolla; cero esfuerzo, minga de sacrificio. Lo miraba a Joan Manuel Serrat cuando recibía en Oviedo, el Premio Princesa de Asturias de las Artes”, y lo que humildemente dice en su fragmento principal. “Prefiero los caminos a las fronteras, la razón a la fuerza y el instinto a la urbanidad. Soy un animal social y racional que necesita del hombre más allá de la tribu. Creo en la tolerancia. Creo en el respeto al derecho ajeno y el diálogo como la única manera de resolver los asuntos justamente.” Tenemos bastante para aprender. Tarde o temprano, bien anticipado o más bien lejano después de un tiempo la expresión de un pueblo es valiosa, porque siempre tiene en un rincón de su persona la verdad insoslayable que nos marca como pueblo. LA GENTE SE COMUNICA. SE HACE OÍR. NOS DICE CÓMO LA ESTÁN PASANDO. NO FALLA Y DE PRIMERA MANO CONOCEMOS SU IDIOSINCRACIA, FALENCIAS Y LOGROS.
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