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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 07/11/2024 04:30
Camila Jara es una popular creadora de contenido, conductora de streaming y humorista que cuenta con una comunidad de más un millón y medio de seguidores. Sus videos incluyen sketches cómicos donde interpreta varios personajes en situaciones cotidianas, como la “única vegana del grupo” o la “amiga extremadamente competitiva”, que ha capturado la atención del público. También en varias oportunidades demostró su talento musical al realizar covers de reconocidos temas. Inició su camino a los 18 años haciendo streaming desde la computadora de su mamá durante las noches y subiendo más de 50 clips diarios a TikTok e Instagram. Su esfuerzo y dedicación, la llevó a viralizarse y lograr crear su propia audiencia. Además de los videos de humor, también se destacó en su canal de YouTube donde creó la sección Unos Mates con..., que es un ciclo de entrevistas informales con celebridades. En 2022, su carrera dio un giro al sumarse al equipo de LuzuTV en el programa Tarde de Tertulias. Con el equipo llenaron teatros, realizaron shows en Uruguay y se preparan para presentarse en una nueva función en el Gran Rex el próximo 14 de noviembre. Cami Jara: “Empecé en redes a los 18, con un celular que apenas funcionaba". (Adrián Escandar) Mai: — Te conocemos por las redes, pero detrás hay una historia de vida fuerte. Creciste en un contexto más sencillo de lo que uno tal vez ve en los típicos influencers. Camila: — Sí, no teníamos mucho. Mai: — No comías avocado toast... Camila: — Apenas comíamos. Mucha cena de mate. La tenemos calada con mamá. Lo lindo de eso es que vas valorando mucho más las cosas. Mi mamá eso valores me los impuso un montón y sí, soy de una familia muy laburadora. Mai: — ¿Cómo es el vínculo que tenés con tu mamá? Camila: — Es hermoso. Justo me agarras sensible (se emociona). Mamá fue la primera seguidora. Realmente al principio no tenía gente que me viera y ella confío desde el día uno. Para mí es muy importante su apoyo. Mai: — ¿A qué edad decidiste arrancar con las redes? Camila: — A los 18 años. Mai: — ¿Y cómo se lo dijiste a tu mamá? Camila: — Fue un vértigo total porque había arrancado una carrera a los 17. Me metí a estudiar periodismo en TEA. En realidad primero me había metido a locución, pero no entré en el ISER. Estaba re ilusionada, pero era re difícil. Mai: — ¿Tu mamá siempre te apoyó? Camila: — Siempre. Si yo mañana le digo: “Me voy a poner una verdulería”. Ella va a ser la primera clienta. Mai: — ¿A qué se dedica? Camila: — Trabaja en administración, en estudios contables. Es muy capa en lo que hace y viene también desde muy de abajo. Ella es un re ejemplo para mí. Mai: — Cuando contás que literalmente no tenía para comer, ¿en qué contexto era? Camila: — Yo me enteré de grande en realidad, de chica no me daba cuenta de lo que pasaba. Pero hubo épocas muy difíciles donde no había comida en la heladera. Mi papá también es un laburante y mi mamá se las rebuscó para darme los gustos cuando podía. Mai: — ¿Hoy sentís que le pudiste devolver algo a tu mamá de todo lo que ella te dio? Camila: — Sí, creo que sí. Trato siempre de todo lo que me llega o cualquier cosa que logro compartirlo con ella. Pero una siente que no alcanza. Yo nunca voy a poder entender el esfuerzo que ella hizo por mí. No sé si voy a estar a la altura algún día. “Mi mamá fue mi primera seguidora y siempre creyó en mí”, expresó la creadora de contenido. (Adrián Escandar) El día a día de las redes El camino hacia el éxito en las redes sociales demanda un esfuerzo continuo y compromiso por parte de los creadores de contenido, quienes enfrentan una competencia constante y la necesidad de ser originales en cada publicación. Este proceso implica horas de planificación, edición y adaptación a las tendencias y algoritmos cambiantes de cada plataforma. Muchos creadores comienzan trabajando de madrugada, como es el caso de Cami, y sacrifican tiempo de descanso para publicar contenido de calidad y con cierta frecuencia para atraer y mantener a una audiencia leal. Además, suelen equilibrar su presencia en múltiples redes, como Instagram, TikTok y YouTube, para maximizar su alcance. Este nivel de dedicación no solo requiere habilidades técnicas, sino también una fuerte motivación y resiliencia, ya que el reconocimiento y el éxito financiero en redes puede tardar años en llegar y no siempre está asegurado. Mai: — ¿Tenés hate? Camila: — No leo comentarios, leo muy poco. Un poco por tía y otro porque tampoco me interesa. Leo los primeros cinco, ponele. Pero no soy de ir hasta abajo a buscar el comentario malo. Mai: — ¿Es para preservarte? Camila: — Recontra y es un poco también porque soy medio tía con las redes. No sé mucho de estadísticas y esas cosas. Yo subo lo que me gusta y es lo único que sé hacer. No se editar. Todo me lo hace Pili la editora. Mai: — ¿Y cómo hiciste al principio? Camila: — Recortaba clips. Lo único que sabía hacer era recortar y subir. Editaba streams de cuatro horas o dos horas. Me quedaba toda la madrugada y subía 50 clips por día. Una máquina de laburar. Mai: — ¡¿50 por día?! Camila: — No tenía vida, me olvidaba de comer. Fue una época oscura, pero dije: “Quiero poder vivir de esto”. Nadie me conocía así que empecé a subir mis recortes y se empezaron a viralizar. Una vez que vi que se viralizaban algunos, no paré. Mai: — ¿Fue por necesidad o por querer dedicarte a eso? Camila: — Un año estuve viviendo así. Me quería dedicar full a eso. “No leo comentarios negativos, es una forma de preservarme", admitió Camila en diálogo con Mai Pistiner. (Adrián Escandar) Mai: — ¿En el mientras tanto laburabas de otra cosa? Camila: — No, tenía 18 años y le dije a mi mamá: “Por favor confía”. Y ella siempre puso las manos en el fuego por mí, siempre. Mai: — Confiaba de que lo ibas a lograr... Camila: — Un vértigo daba verme, realmente. Y ella, sin embargo, confiaba. Mai: — ¿Tus primeros elementos de grabación cuáles fueron? Camila: — Un celular. Tenía un celular que pobrecito… Me lo robaron, pero no sé qué le vieron. Mai: — ¿Tenía buena calidad? Camila: — No, cero. Se me trababa, se llenaba el almacenamiento rápido. Yo decía: “Voy a borrar toda las fotos de mi niñez, no importa, pero voy a subir estos videos” (risas). Mai: — ¿Desde dónde streamebas? Camila: — Desde el celular. Imaginate que desde ahí también editaba y subía el contenido... Mai: — Se debería recalentar un montón. Camila: — Sí, saludos a ese celular que se la bancó en los inicios. Mai: — De los 50 videos que subías, ¿cuántos se viralizaban? Camila: — 10. Me lo acuerdo hasta el día de hoy. Ahí me dije a mi misma: “Esto funciona. No pares”. Mai: — ¿Qué le dirías a tu niña interna que soñaba seguramente con mucho menos de lo que hoy estás viviendo? Camila: — Que confíe en lo que hace porque todo lo que soñó se va cumpliendo. No sé si es manifestación, si es que realmente soy muy cabeza dura, pero todo lo que quiero lo logro y hasta yo me sorprendo cómo remo las situaciones para que se den. Le diría eso: que no pare por nada del mundo.
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