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Concepcion del Uruguay » 03442noticias
Fecha: 06/11/2024 09:50
– La malnutrición se observa en 1 de cada 2 niños en nuestro país y su causa más frecuente es la falta de diversidad alimentaria. – Preocupa a los profesionales de la salud la tendencia de imponer a niños y niñas dietas que restringen determinados grupos de alimentos. Subrayan que cuanto más restrictiva es la dieta y más pequeño es el niño, mayor es el riesgo de deficiencias nutricionales. – Particularmente, la exclusión de lácteos (leche, yogur y queso) en la dieta vegana puede ocasionar déficit de calcio y vitamina D, nutrientes críticos para el desarrollo de los huesos, por la dificultad de alcanzar la ingesta recomendada a través de otros alimentos. En la infancia se da el mayor y más rápido crecimiento y desarrollo físico, cognitivo, social y emocional. Además de las preferencias innatas, las elecciones alimentarias se transmiten socialmente y están influenciadas por emociones, recuerdos y el entorno, donde padres y madres cumplen un rol preponderante, condicionando los hábitos futuros de los niños. En los últimos años, en los más chicos, se popularizaron dietas que -sin indicación médica- excluyen grupos de alimentos como lácteos, carnes y algunos cereales (por su contenido de gluten), lo que puede causar deficiencias nutricionales si no se implementan con la planificación adecuada y seguimiento profesional. “Muchos padres y madres, además de adoptar estos tipos de alimentación, se la imponen a los más pequeños en el hogar; lo hacen con buenas intenciones, pero elevado desconocimiento y puede representar un riesgo para el desarrollo de sus hijos”, alertaron desde PROFENI (Profesionales Expertos en Nutrición Infantil), un equipo de profesionales de la salud con experiencia en temas relacionados con la nutrición infantil, que trabaja en el desarrollo de propuestas para mejorar el perfil nutricional de productos alimenticios, llevar adelante investigación en este campo, comunicar para concientizar sobre alimentación y así contribuir a la construcción de infancias saludables. Las restricciones de grupos de alimentos pueden ser por motivos religiosos, ético-filosóficos (rechazo al sacrificio animal), ecológicos (el impacto ambiental de la producción de carne), económicos (el costo de la producción de alimentos de origen animal) o relacionadas con problemas de salud. En ocasiones, se excluyen alimentos por mitos, creencias o recomendaciones alimentarias sin el respaldo de evidencia científica vigente, como evitar ciertos alimentos potencialmente alérgenos para prevenir el desarrollo de alergias alimentarias. Para el Comité de Nutrición de la Sociedad Argentina de Pediatría, si bien la elección alimentaria de los padres y madres debe ser respetada, independientemente de las motivaciones, estos deben estar informados sobre los riesgos y beneficios de la dieta seleccionada. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el veganismo -que omite todos los productos de origen animal, incluyendo carnes, lácteos y huevo – ocasiona posibles déficits de nutrientes esenciales como proteínas completas, vitamina D y B12, omega-3, calcio, hierro y zinc. Cuanto más restrictiva es la dieta y más pequeño es el niño, advierte, mayor es el riesgo de deficiencias nutricionales. Tal como explicó la Lic. María Soledad Cabreriso, especialista en Nutrición Maternoinfantil, Magister en Ciencia y Tecnología de los Alimentos e integrante de PROFENI, “la variedad en la alimentación es fundamental, ya que cada grupo aporta diferentes nutrientes o componentes en mayor proporción. La deficiencia de micro y macronutrientes puede comprometer el crecimiento y desarrollo adecuado, afectar el rendimiento escolar y aumentar el riesgo de enfermedades presentes y futuras”. La recomendación general para garantizar el aporte de todos los grupos de macro y micronutrientes es, justamente, que los niños y niñas lleven una dieta variada, diversa, que incluya todos los grupos de alimentos: frutas, verduras, hortalizas, legumbres, lácteos (leche, yogur y queso) en porciones adecuadas, cereales integrales o fortificados y aceites saludables, además de carnes magras. De todos modos, desde PROFENI, explicaron que este tipo de dietas restrictivas puede llevarse a cabo, siempre que sean planificadas, la familia tenga acceso a alimentos vegetales y fortificados, se administren los suplementos adecuados y haya un monitoreo y seguimiento multidisciplinario. En la misma línea, para la OMS, existen preocupaciones sobre la adecuación nutricional del veganismo, porque la absorción y disponibilidad de ciertos micronutrientes es menor en los alimentos de origen vegetal, aunque aclara que se pueden planificar exitosamente una alimentación completa, siendo conscientes de las posibles deficiencias de micronutrientes. El rol de los lácteos La leche, el yogur y el queso -excluidos en la dieta vegana- son muy buenas fuentes de proteínas de alta calidad, calcio, vitaminas A, B, D, fósforo y magnesio. Además, los alimentos fermentados y enriquecidos con probióticos, como determinados yogures, modulan la microbiota intestinal, impactando favorablemente en los sistemas digestivo, respiratorio e inmunológico. El calcio constituye el principal componente del hueso y la masa ósea va incrementándose a lo largo de la infancia (por eso es vital cumplir con los requerimientos de calcio en la dieta) hasta que alcanza su pico de máxima mineralización entre la segunda y el inicio de la tercera década de la vida. “Es sumamente difícil cubrir los requerimientos de calcio en la infancia si se excluyen los lácteos; suele ser necesario complementar la dieta con alimentos fortificados y suplementos dietarios, advirtió la Dra. Mabel Carosella, médica pediatra, integrante de PROFENI y Directora Médica del Grupo Pediátrico Belgrano R. De hecho, en Argentina el 70% de la población infantil no cubre la ingesta diaria recomendada de calcio y el 96%, la de vitamina D. Eso sucede porque 8 de cada 10 no consumen las tres porciones diarias de lácteos recomendadas. “El consumo de una cantidad suficiente de lácteos reduce el riesgo futuro de osteoporosis. Además, existe evidencia de que tienen un efecto cardioprotector y determinados péptidos presentes en la proteína de suero lácteo presentan posiblemente un efecto antiinflamatorio a partir de propiedades bioactivas, más allá de los beneficios adicionales de los probióticos presentes en determinados yogures. Por todo esto, se continúa recomendando el consumo sostenido de lácteos desde la infancia”, agregó el Dr. Lucio González, médico especialista en pediatría y gastroenterología infantil, miembro de PROFENI e integrante del Hospital de Niños de San Justo. “En síntesis, la población debe recibir mensajes claros respecto a los hábitos saludables y a las recomendaciones nutricionales. A la luz de toda la evidencia científica disponible, las dietas restrictivas en la infancia, sin una indicación médica, pueden aumentar el riesgo de deficiencias nutricionales y comprometer el desarrollo. Por ello, es vital que los padres estén informados y sigan recomendaciones de profesionales de la salud y de la nutrición, que -basadas en evidencia científica- promueven una alimentación variada y equilibrada”, concluyeron desde PROFENI. Integrantes de PROFENI: Dra. Cecilia Araujo (Pediatría), Esp. Albert Arribas (Nutrición), Lic. Sergio Britos (Nutrición), Lic. Sandra Nora Blasi (Nutrición), Dr. Christian Boggio Marzet (Gastroenterología infantil), Lic. María Soledad Cabreriso (Nutrición), Lic. Mabel Valeria Carosella (Pediatría), Lic. Florencia Flax Marcó (Nutrición), Dra. Ingrid Gerold (Pediatría), Dra. Andrea Fabiana González (Gastroenterología), Dr. Lucio Nicolás González (Gastroenterología infantil), Dra. Mónica Katz (Nutrición), Dra. Romina Lambert (Pediatría y Nutrición), Lic. Mariana Raspini (Nutrición), Dra. Noelia Vanesa Rodrigues Cambao (Psiquiatría), Dr. Omar Leonardo Tabacco (Pediatría y Gastroenterología), Dra. Ana María Tamagnone (Pediatría), Dra. María Elena Torresani (Nutrición) y Dr. Gabriel Vinderola (Química).
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