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Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 05/11/2024 21:13
Cada 7 de noviembre se celebra en Argentina el Día del Canillita, una fecha que homenajea a quienes han dedicado su vida a repartir diarios y revistas, acercando las noticias y la cultura a los hogares de cada barrio. En esta edición N° 93 de “Entrevistados” de Despertar Entrerriano, conversamos con Francisco Ponti, un canillita de Concordia con más de 20 años de experiencia. Francisco compartió su historia, los cambios que ha enfrentado el oficio y su pasión por una profesión que, a pesar de los desafíos, sigue viva en el corazón de quienes la ejercen. Entrevista: Sus inicios y elección del oficio… Francisco comenzó su trayectoria en el año 2003, “primero fue mi hermana la que se dedicó a esto, después mi mamá, y finalmente tomé el quiosco que mi hija ya no podía atender. Desde entonces, este trabajo se convirtió en parte esencial de mi vida. Ser canillita es más que un simple empleo, es un compromiso diario con la gente y con la difusión de información.” Francisco recuerda con nostalgia cómo los canillitas solían ser figuras conocidas en cada esquina, rodeados de pilas de diarios frescos y clientes que pasaban a saludarlos. “En esos años, ser canillita era una tarea que unía a la comunidad. Todos nos conocíamos, y había un sentimiento de compañerismo entre nosotros.” ¿Qué actividades realiza regularmente un canillita y qué ha cambiado a lo largo de los años? “El trabajo del canillita es de lunes a lunes, sin pausas, sin importar si hace frío, calor o si llueve. Nos levantamos temprano, recibimos los diarios y organizamos la distribución. Cuando empecé, Concordia tenía más de 70 quioscos y la venta era impresionante, especialmente los domingos, cuando se distribuían muchísimos ejemplares”. Francisco explica que la tecnología y el acceso inmediato a la información digital han transformado el oficio drásticamente. “Antes, la gente esperaba el diario para leer las noticias, los suplementos de entretenimiento, las recetas o las tiras cómicas. Ahora, con internet y las redes sociales, todo eso cambió. La gente busca información en internet y las ventas de diarios y revistas cayeron mucho. Lo que más nos sostiene hoy son las colecciones, como las de cuchillos o autos en miniatura, que atraen a un público muy específico.” Cambios que ha notado en los hábitos de consumo de los clientes… Francisco señala que, en el pasado, los clientes solían ser más variados y fieles. “Las personas mayores compraban el diario todos los días; era un ritual. Hoy, la juventud no muestra el mismo interés por la lectura impresa. Trabajo en una escuela y veo que los chicos prefieren el contenido digital. Antes, las revistas de moda eran muy populares. Hoy, muchas de esas publicaciones dejaron de editarse. Es triste ver cómo una tradición tan rica ha perdido relevancia.” ¿Cómo ha impactado la tecnología en su trabajo y qué desafíos enfrentan los canillitas hoy en día? “La llegada de la tecnología marcó un antes y un después. Muchos quioscos cerraron porque las ventas de diarios y revistas ya no eran suficientes para sostener el negocio. Durante la pandemia, la situación se volvió aún más complicada. Perdimos muchos clientes, especialmente las personas mayores, que eran los principales compradores de diarios. Algunos de mis colegas tuvieron que buscar otros trabajos, pero yo decidí seguir adelante porque ser canillita es más que vender; es un estilo de vida.” Francisco admite que la falta de ventas ha sido un golpe duro, pero también reconoce que la pandemia obligó a buscar nuevas formas de llegar a los clientes. “Hubo días en que pensaba que no podía más, pero el apoyo de algunos clientes y el amor por el oficio me dieron fuerzas para continuar.” ¿Qué le resulta más gratificante de ser canillita después de tantos años? “Lo más lindo es la relación con la gente. A lo largo de los años, he visto a mis clientes en todas sus etapas: los he visto formar familias, los he visto crecer, y ellos me han visto a mí también. Esa relación de confianza y cercanía es única. Aunque el volumen de ventas ya no es el mismo, los gestos de reconocimiento de la gente son lo que me mantienen firme. Cuando alguien viene a agradecerme por llevarle el diario todos los días, sé que mi trabajo sigue teniendo valor.” Francisco recuerda historias entrañables de clientes que, a pesar de todo, siguen visitando el quiosco y comprando sus diarios. “Ser canillita es más que un trabajo; es ser parte de la vida de la gente.” ¿Qué consejo le daría a alguien que quiera dedicarse a este oficio? “Este es un trabajo que te tiene que gustar, porque no es fácil. Es un oficio que requiere levantarse temprano, enfrentarse al clima y trabajar incluso los días de feriado. Pero si uno tiene pasión y compromiso, puedes encontrar satisfacción en el día a día. Es un oficio que te enseña a ser constante y responsable. Les diría a los jóvenes que, aunque la venta de diarios ha cambiado, aún hay espacio para reinventarse. Hay que adaptarse, buscar nuevas formas de atraer a los clientes, como las colecciones y otros productos.” Francisco también reflexiona sobre el futuro de la profesión… “No sé cuánto tiempo más resistiremos sin cambios importantes. La tecnología va a seguir avanzando y las ventas de diarios impresos van a seguir disminuyendo. Pero espero que siempre haya un lugar para el canillita, aunque sea en una forma distinta. Quizás el futuro de los quioscos esté en ofrecer más servicios, en ser un punto de encuentro en la comunidad y no solo un lugar de venta. Lo importante es que el espíritu de servicio y la conexión con la gente no se pierda.” Te invitamos a ver la entrevista completa en “Entrevistados” disponible en nuestro canal de YouTube: Despertar Entrerriano.
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