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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 05/11/2024 20:43
La lluvia de meteoros Táuridas, originada en el cometa Encke, promete un espectáculo de bolas de fuego y destellos multicolores en noviembre (Sky&Telescope) La primera quincena de noviembre llega con un espectáculo astronómico de gran impacto: la lluvia de meteoros Táuridas, un fenómeno en el que bolas de fuego, destellos multicolores y estrellas fugaces iluminarán el cielo nocturno. Esta lluvia de meteoros, que alcanza su pico entre el 5 y el 12 de noviembre, se origina en el paso del cometa 2P/Encke, conocido por su órbita breve y sus escombros característicos. El cometa, que visitó el Sistema Solar interior en octubre de 2023, vuelve a recordarnos su paso con un fenómeno astronómico que se observa cada año. A diferencia de otras lluvias de meteoros, que suelen tener un único radiante, las Táuridas presentan una particularidad poco frecuente: se dividen en dos grupos, las Táuridas del Norte y las Táuridas del Sur. Ambas lluvias surgen de fragmentos dejados por el cometa Encke y ofrecen la posibilidad de observar estrellas fugaces en distintas regiones del cielo. Este doble espectáculo es posible porque la cola de 2P/Encke se divide en dos ramas que atraviesan la órbita de la Tierra, creando un punto de observación privilegiado para disfrutar del fenómeno desde el hemisferio norte. Cómo y cuándo observar la lluvia de meteoros Táuridas Las Táuridas del Norte y del Sur alcanzan su punto máximo entre el 5 y el 12 de noviembre, con meteoros visibles desde el anochecer ( EFE/Tatyana Zenkovich/ Archivo) Las Táuridas son conocidas por ser una lluvia de meteoros de ritmo lento pero visualmente impresionante. Durante su punto máximo, se pueden observar entre 8 y 12 meteoros por hora, aunque el verdadero atractivo son las llamadas “bolas de fuego de Halloween”, bólidos particularmente brillantes que pueden aparecer a cualquier hora de la noche. La corriente de escombros de Encke contiene partículas de gran tamaño, lo que facilita la aparición de estos meteoros más grandes y espectaculares. Las bolas de fuego, con sus colores intensos y su trayectoria sostenida, contrastan con las lluvias de meteoros típicas y ofrecen una experiencia única para quienes disfrutan de la observación astronómica. El radiante de las Táuridas, o el punto desde el que parecen surgir los meteoros, se encuentra en la constelación de Tauro, visible en el cielo oriental poco después de la puesta del sol. Alrededor de la medianoche, el radiante alcanza su punto más alto, lo que aumenta la visibilidad de los meteoros a lo largo de la noche. Esto significa que, a diferencia de otras lluvias de meteoros que suelen ser más visibles antes del amanecer, las Táuridas pueden observarse cómodamente en las horas anteriores y posteriores a la medianoche. Un meteoro o estrella fugaz es un fragmento que atraviesa la atmósfera pero no impacta la superficie. (Sky&Telescope) Las Táuridas del Norte y del Sur: un fenómeno en dos partes La división en Táuridas del Norte y del Sur es un resultado de la evolución de la corriente de escombros del cometa Encke a lo largo de miles de años. Con el tiempo, esta se ha expandido y fragmentado, lo que permite observar dos lluvias de meteoros en la misma época. El pico de las Táuridas del Sur tiene lugar hacia el 5 de noviembre, cuando las partículas de polvo y roca dejadas por Encke rozan la atmósfera terrestre y crean destellos de luz a una velocidad de alrededor de 100.000 km/h. El segundo período, correspondiente a las Táuridas del Norte, llega aproximadamente una semana después, hacia el 12 de noviembre, manteniendo así un amplio rango de fechas para la observación. El cometa Encke, que tiene una cola de entre 300.000 y un millón de kilómetros de largo, pasa relativamente cerca de la Tierra en términos astronómicos, y sus fragmentos de polvo y escombros atraviesan nuestra atmósfera durante el otoño boreal. Aunque su cola es más corta que la de otros cometas, como el Hale-Bopp, la estructura bifurcada de Encke da lugar a este fenómeno de doble radiante, que se refleja en los dos períodos de observación de las Táuridas. Las Táuridas se caracterizan por la aparición de bolas de fuego intensas y meteoros de tonos amarillos, naranjas, verdes y azules. (Rafael Bastante - Europa Press) Para disfrutar de este espectáculo astronómico, los expertos recomiendan encontrar un lugar con poca contaminación lumínica y con el horizonte despejado de obstáculos, como árboles o edificios. Afortunadamente, la fase lunar favorecerá la observación en esta ocasión. La luna nueva ocurrió el 1 de noviembre, y para el 5 y 6 de noviembre estará en cuarto creciente, por lo que su brillo no interferirá demasiado durante el pico de la lluvia. Hacia el 12 de noviembre, la Luna solo estará visible hasta las primeras horas de la madrugada, permitiendo que el cielo se mantenga oscuro el resto de la noche. Mirar hacia el este es clave para ubicar la constelación de Tauro, que se encuentra cerca de la formación estelar de Orión. Justo sobre el famoso cinturón de Orión, compuesto por las estrellas Alnitak, Alnilam y Mintaka, Tauro se despliega con sus características estrellas brillantes, como Aldebarán. El uso de aplicaciones de astronomía como Star Walk 2, Sky Safari o Star Chart puede facilitar la localización de esta constelación y de otras estrellas relevantes para el evento. Una oportunidad de observar colores en el firmamento Aunque la lluvia de las gemínidas es conocida por sus "estrellas fugaces", el número de meteoros que son visibles depende de la hora y de la oscuridad Una de las particularidades de la lluvia de meteoros Táuridas es la amplia variedad de colores que se pueden observar en sus destellos. Los meteoros de esta corriente tienden a ser más grandes que los de otras lluvias, lo que provoca que se enciendan en una gama de colores que incluye tonos amarillos, naranjas, verdes y, ocasionalmente, rojos y azules. Este fenómeno se debe a la composición de los fragmentos dejados por el cometa 2P/Encke, que al interactuar con los gases de la atmósfera terrestre, producen distintas tonalidades. El efecto es especialmente pronunciado en las bolas de fuego, que generan destellos más prolongados e intensos. El evento de las Táuridas es un fenómeno esperado cada año, y se ha convertido en una tradición para los aficionados a la astronomía. Desde mediados de octubre hasta mediados de noviembre, estas lluvias iluminan el cielo en ambas partes del hemisferio norte. Aunque el ritmo de meteoros por hora no es tan elevado como en otras lluvias, la posibilidad de presenciar bolas de fuego convierte a las Táuridas en un evento especial. Esta lluvia de estrellas fugaces se presenta cada año y alcanza su máximo en noviembre (Foto: UNAM) Además de su belleza, las Táuridas tienen un valor científico considerable. El estudio de estas lluvias de meteoros permite a los astrónomos comprender mejor la evolución y la estructura de los cometas, en este caso, el cometa 2P/Encke. La presencia de grandes fragmentos en la corriente de escombros sugiere que Encke ha estado perdiendo partículas a lo largo de miles de años, creando una corriente de meteoros más antigua y estable en comparación con las lluvias generadas por cometas más recientes. Observar las Táuridas puede ser una actividad inolvidable y asombrosa para quienes disfrutan del cielo nocturno. La paciencia es clave, ya que estos meteoros suelen ser más lentos que los de otras lluvias y pueden tardar en aparecer. Sin embargo, con un cielo oscuro y despejado, las probabilidades de observar una de las espectaculares bolas de fuego son bastante altas. Este noviembre, el cometa 2P/Encke nos recuerda la riqueza del cosmos con su doble muestra de luces en el cielo. Ya sea que los observadores se encuentren en la madrugada del 5 de noviembre o en los días posteriores, la lluvia de meteoros Táuridas promete iluminar el firmamento y dejarnos ver un poco más de cerca el fenómeno eterno de las estrellas fugaces.
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