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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 05/11/2024 05:08
El Centro de Salud Mental Nº1 "Hugo Rosarios" funciona desde 1968 en un predio en el que antes hubo un lactario. Van desde vecinos hasta niños y niñas que viven en hogares y esperan una familia que los adopte Cinco meses pasaron desde que la hija de Lucía Gil Domínguez empezó a notar que le dolía una de sus piernas hasta que la mató un cáncer de huesos que, cuando empezó a avisar que estaba allí, ya era fulminante. Dos meses después de esa muerte que la hizo sentir que no quedaban motivos para vivir, Lucía se acercó a ese centro de salud mental a tres cuadras de su casa al que había ido décadas antes a donar leche materna, cuando allí funcionaba un lactario. Este lunes, a primera hora y bajo la lluvia, Lucía caminó esas tres cuadras del barrio porteño de Núñez pero no para hacer alguna de las varias actividades que hace en el Centro de Salud Mental Nº1 “Hugo Rosarios”, que depende del Ministerio de Salud de la Ciudad. Fue a abrazar el edificio del centro sanitario del que desde hace algunos días cuelgan banderas y afiches que dicen “No a la subasta”, “No se vende”, “No al cierre” o “¡Necesitamos tu apoyo!”. Junto a psicólogas, terapistas ocupacionales, psiquiatras, músicoterapeutas, trabajadoras sociales, empleados administrativos y de limpieza, vecinos de Núñez y de no tan cerca, y varios usuarios -la comunidad de este centro de salud mental dice “usuarios”, no dice “pacientes”- del “Hugo Rosarios”, Lucía participó del abrazo simbólico y del coro al que no corrió la lluvia. “No se vende, el Uno no se veeende”, cantó fuerte, entre la fuerza que da “hacerles el aguante” a las cosas que importan y la preocupación inmediata. La semana pasada, la comunidad de trabajadores y usuarios de este centro de salud mental entraron en estado de alerta. El inmueble en el que funciona el “Hugo Rosarios”, en Manuela Pedraza 1558, es uno de los cerca de 400 que la Agencia de Administración de Bienes del Estado subastará, de acuerdo al anuncio que el vocero presidencial, Manuel Adorni, hizo en los últimos días de octubre. “Subasta futura” y “Desarrollo inmobiliario”, describe el sitio argentina.gob.ar en la dirección correspondiente al centro de salud. Lucía y Ana hacen psicoterapia y participan de varios de los talleres pensados para adultos en el centro de salud mental Allí precisa que se tratan de casi 1.396 metros cuadrados a tan solo metros de la Avenida Del Libertador, allí donde se intercalan edificios de vivienda lujosos y otros bien modernos destinados a ser usados como oficinas. En medio de todo eso, el centro sanitario que fue fundado en 1968 con un enfoque en el que la internación no fuera el centro del tratamiento de salud mental, evitando la llamada manicomialización de los usuarios. El centro sanitario que atiende unas mil consultas semanales, en el que trabajan 110 personas, en el que funcionan un hospital de día para adultos y otro para niños, especializado en autismo y psicosis. El centro de salud mental en el que Lucía, que ahora exige a las autoridades que el “Hugo Rosarios” siga en pie, asegura que le salvaron la vida. “A mí nadie me saca ni el dolor ni la tristeza por la muerte de mi hija. Pero yo aquí pude seguir viviendo. Me había hundido en un pozo depresivo al que no le veía ninguna salida, y aquí encontré profesionales excelentes y pude salir de ese hundimiento en el que veía todo oscuro. No exagero cuando digo que acá salvaron mi vida”, describe Lucía, que tiene 83 años y una vez por semana se encuentra con su terapeuta aquí. “También vengo al taller de memoria, al de movimiento, al de meditación y a yoga. Los viernes llego a las 10 de la mañana y me voy a las 3 de la tarde. Los profesionales son excelentes y es una manera de reconectar con la vida”, cuenta. Ana y Lucía se conocen del taller de memoria. Ana Viqueira, que camina 15 cuadras para llegar al “Hugo Rosarios” y tiene 84 años, también hace psicoterapia en este centro asistencial. “Vemos cómo dispensan medicación gratuita a quienes lo necesitan, mi terapeuta es excelente, vengo una vez por semana, y tratan a los chicos y a sus familias para que puedan salir adelante”, describe Ana, que también gritó lo de “no se veeende” y se sumó al abrazo. “Yo no podría acceder a este tipo de prestaciones si no las tuviera en un lugar público y cercano, por eso es tan importante que estos lugares no se cierren, y por los que trabajan acá”, reflexiona. En “La Cigarra”, el hospital de día especializado en niños, hay seguimientos individuales y grupales de cada caso, y hay también talleres de la palabra, de música, de vinculación con el cuerpo, de teatro y hasta uno de magia que da un usuario de larga data del “Hugo Rosarios”. Un usuario que, cuando era adolescente, participó de ese taller como “paciente” y ahora es uno de los coordinadores. La comunidad del centro de salud está en estado de alerta desde que supo que el predio está en la lista de los bienes que el Estado nacional subastará “Nuestro trabajo es que no nos necesiten más. Que nos encontremos por la calle y nos saludemos y nos pongamos al día, porque ya ese usuario construyó las herramientas para desarrollar su vida sin depender de nuestros hospitales de día”, describe Marcela Giménez, terapista ocupacional del centro de salud y una de las voceras de la lucha para que el inmueble no sea subastado. De todas las cosas que cuenta sobre este centro asistencial, hay una que la conmueve especialmente. “Hace algunas semanas vino un señor grande, de más de ochenta. Se sentó en la sala de espera y en algún momento nos contó que, en uno de nuestros servicios de asistencia grupal, había conocido a quien se convertiría en su esposa. Vino la semana siguiente a enviudar y nos contó eso. Cuando llegó a atenderse acá estaba en una situación de mucho padecimiento mental, y pudo recomponer su situación, igual que la que fue su esposa. Nos contó que hicieron una buena vida, que él fue taxista, que tuvieron dos hijos”, lagrimea Marcela. Y repite: “Ese es nuestro trabajo. Acompañarlos a que puedan hacer sus vidas después de transitar un escenario de salud mental que pueda generar una gran crisis en un momento o que los acompañe durante mucho tiempo”. Por este centro de salud, además de adultos mayores, pasan niños y niñas que, por ejemplo, fueron testigos -y víctimas- de cómo sus madres eran explotadas sexualmente en un escenario de trata de personas. Niños que, por ese trauma no pueden dormir sin tener una noche horrible. Niños que fueron violados, o golpeados, o las dos cosas. Niños diagnosticados dentro del trastorno del espectro autista o que han tenido alguna descompensación vinculada a la psicosis. Según estima Belén Ramírez, psicoterapeuta del centro especializado en niños y adolescentes, alrededor del 40% de la comunidad de usuarios vive relativamente cerca, y el 60% restante llega desde otros lugares de la Ciudad o incluso desde la Provincia. “Yo estudié en Tucumán y ya escuchaba hablar de este centro de salud mental, pionero en su enfoque. ‘La Cigarra’, su hospital de día, es una referencia a nivel país y en varios aspectos, a nivel internacional también”, explica. El hospital de día "La Cigarra", que atiende a niños, está especializado en autismo y psicosis. Hay talleres de música, teatro y magia, entre otros dispositivos terapéuticos (Imagen Ilustrativa Infobae) “Muchos chicos vienen con su mamá, su papá o algún referente afectivo para trabajar solos y con ellos, y también en grupos. Tenemos muchos chicos que viven en hogares, que están en situación de adoptabilidad y que acompañamos mientras transitan ese proceso”, describe la especialista. “Formalmente, unos días antes del decreto que permite que este inmueble salga a subasta desde el Ministerio de Salud de la Ciudad, el doctor (Fernán) Quirós nos hizo saber que no había ninguna información sobre un cambio de lugar. Después del decreto, por vías no oficiales, nos dijeron que no habían recibido ninguna notificación de parte del Estado nacional, a quien le pertenece el predio y que otorga en comodato a la Ciudad para que funcionemos aquí”, describe la vocera. Fuentes de la cartera sanitaria porteña explicaron a Infobae: “Nadie de Nación ha hablado con nosotros sobre vender o entregar ese bien. Tenemos un comodato con ellos para el uso del inmueble y no nos lo han observado hasta el momento, con lo cual está vigente. Nuestra voluntad es sostener y mantener el servicio”. No hubo más detalles ante la repregunta respecto de que el inmueble está en la lista de subastas oficial publicada en la web. Mientras tanto, la comunidad de trabajadores y usuarios abrazan el centro sanitario que es parte de sus vidas. Ese en el que trabajan día a día o al que fueron a buscar un poco de ayuda en un momento de sufrimiento. Y la encontraron.
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