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Federal » El Federaense
Fecha: 02/11/2024 04:09
En un ocurrido significativo en la ciudad de Nueva York, un viaje en el metro se tornó caótico cuando una multitud de fervientes seguidores de Donald Trump se unieron tras su rally de regreso. Aquel evento, realizado en el icónico Madison Square Garden, atrajo a muchos, incluidos personalidades como Elon Musk, Dr. Phil y Hulk Hogan, quienes respaldaron la visión del expresidente para “recuperar América”. Sin embargo, la atmósfera cambió rápidamente dentro del tren cuando un hombre con un sombrero de camuflaje y lema MAGA empezó a discutir con un turista sobre el lugar en que este había puesto su maleta. El momento culminante de este intercambio vino cuando el hombre, en un arrebato, afirmaba tener un coeficiente intelectual (IQ) superior. “Tengo un IQ increíblemente alto” fue su declaración, mientras el resto de los pasajeros evadía la mirada, absortos en sus teléfonos. Un tema recurrente: El IQ en la retórica política Este episodio refleja una preocupación frecuente en el ámbito político, donde el coeficiente intelectual se ha convertido en un punto de debate. Recientemente, Mel Gibson, conocido por sus controversiales comentarios, apuntó a la vicepresidenta Kamala Harris, tildándola de poseer “el IQ de un poste de cerca”. Este tipo de retórica no es nova, ya que Donald Trump también ha atacado a Harris y a Joe Biden con insultos de similar naturaleza. El IQ y sus orígenes problemáticos El interés en el coeficiente intelectual tiende a arrastrar consigo una historia cargada de controversias. Desde sus orígenes, los tests de IQ han sido utilizados como herramientas para validar prejuicios culturales y raciales. Alfred Binet, quien creó el primer test práctico a principios del siglo XX, advirtió que este no debería ser visto como un medidor absoluto de inteligencia. Sin embargo, su uso se ha transformado a lo largo del tiempo, perpetuando estigmas y conceptos erróneos en diferentes grupos sociales. Test de Binet: Creado para clasificar a los estudiantes, pero mal empleado perpetuando divisiones. Influencias racistas: Personalidades como Lewis Terman han utilizado resultados de IQ para justificar la discriminación. Movimientos en contra: Grupos de derechos civiles han abanderado la lucha contra el uso discriminatorio de estos tests. Reflexiones sobre el futuro del IQ Las discusiones contemporáneas sobre la inteligencia a menudo caen en la trampa de la polarización. Investigaciones del Universidad de Minnesota sugieren que una mayor inteligencia puede correlacionar con ideologías más liberales. Sin embargo, es esencial reconocer que la inteligencia no se mide de manera uniforme y debe ser evaluada de forma inclusiva. Tobias Edwards, autor del estudio, señala que el contexto cultural influye en cómo se manifiestan las creencias. La reflexión sobre cómo medimos y valoramos la inteligencia es crucial para avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria. El reconocimiento de que “cada persona tiene su propia genialidad” podría ser un paso funcional hacia la eliminación de las divisiones basadas en suposiciones erróneas. Al final del día, reírse de las posturas ajenas no ayuda a construir puentes de comprensión.
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