02/11/2024 06:17
02/11/2024 06:16
02/11/2024 05:45
02/11/2024 05:45
02/11/2024 05:45
02/11/2024 05:44
02/11/2024 05:44
02/11/2024 05:43
02/11/2024 05:43
02/11/2024 05:43
Federal » El Federaense
Fecha: 02/11/2024 04:07
En el mundo del tenis femenino existe una figura que dejó una huella imborrable en la historia del deporte argentino: Claudia Casabianca. Con un talento excepcional y una personalidad arrolladora, Claudia fue una pionera que abrió el camino para futuras generaciones de tenistas en el país. Nacida en el seno de una familia apasionada por el deporte en Villa Urquiza, su vida se ha visto marcada por logros y recuerdos entrañables desde sus inicios. Un Talento que Sacudió el Tenis Antes de que Gabriela Sabatini cautivara a millones de argentinos, Claudia ya había logrado hacer vibrar a las multitudes con cada partido. En 1977, se convirtió en la primera argentina en levantar un trofeo profesional en Forest Hills. En su carrera se coló al top 40 del ranking de la WTA, logrando notoriedad no solo por sus victorias, sino también por su indiscutible carisma. Recuerdos de una Amistad Especial En una reciente entrevista, Claudia recordó una entrañable amistad que nació durante su tiempo en el torneo de Forest Hills, donde conoció a la tenista mexicana Alejandra Vallejos. Su conexión surgió cuando se encontraron compartiendo habitación tras una inesperada decisión del hotel. Esa amistad se mantuvo firme a pesar del tiempo y la distancia, simbolizando la camaradería que puede surgir incluso en un deporte tan competitivo. La Marca de un Estilo Audaz Conocida por su estilo único, Claudia rompió moldes. Durante su carrera, lució atuendos distintivos, llegando incluso a diseñar sus propios vestidos que reflejaban su feminidad y originalidad. En una anécdota reveladora, recordó haber llevado una pollera que provocó un episodio singular en Wimbledon, donde el presidente del club le exigió cambiar su vestimenta, llevándola incluso en limusina a comprar una nueva. Este suceso es solo un ejemplo de su carácter fuerte y su determinación por ser fiel a sí misma. La Vida Después de las Canchas Claudia, tras dejar el tenis profesional debido a una lesión, dirigió su energía hacia la enseñanza del deporte. Desde hace más de 35 años, brinda clases de tenis en San Martín y Vicente López. Se ha especializado en trabajar con niños y jóvenes con capacidades diferentes, desarrollando un programa que ofrece clases gratuitas a chicos con síndrome de down y trastorno del espectro autista. Para ella, este trabajo no es solo una ocupación, sino una misión con un profundo sentido. Una conexión especial: Claudia siente que su vocación es un don que le permite conectar con sus alumnos. Claudia siente que su vocación es un don que le permite conectar con sus alumnos. Clases grupales: Las sesiones son grupales, estimulando la socialización y el desarrollo de habilidades. Las sesiones son grupales, estimulando la socialización y el desarrollo de habilidades. Valores educativos: Además de aprender tenis, se fomenta un ambiente social donde los niños celebran sus cumpleaños y comparten actividades recreativas. La historia de Claudia Casabianca no solo es una crónica deportiva; es un testimonio de resiliencia y compromiso, así como un llamado a seguir rompiendo barreras dentro y fuera de las canchas. A sus 64 años, su espíritu competitivo y su amor por el tenis siguen vivos, inspirando tanto a las nuevas generaciones como a aquellos que la conocieron en sus tiempos de gloria.
Ver noticia original