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» Diario Cordoba
Fecha: 01/11/2024 13:34
¿Existía un estanque de mercurio en Córdoba? Las crónicas de la época apuntan a que sí. Pero cuando decimos que se trata de un secreto no andamos desencaminados. Es tan secreto que lo único que ha trascendido de este son textos escritos que hacían referencia a su existencia y a la magia con que envolvía el lugar donde brillaba. ¿Se imaginan cualquier fuente de Córdoba llena de este metal? El mercurio es un metal muy particular, ya que se mantiene en estado líquido a temperatura ambiente. Llegó a recibir el apodo de plata líquida. Y con razón. El mercurio es sorprendente a la par que tóxico, lo que no impidió, según las notas históricas, que fuese un elemento ornamental en época califal. Símbolo, incluso, de poder. Pero, ¿dónde estuvo ese estanque de mercurio? Un salón mágico Crónicas árabes de aquella época narran que, en uno de los salones de la ciudad palatina de Medina Azahara, los embajadores que visitaban al califa quedaban asombrados. El salón giraba en el aire, decían. El sol centelleaba por toda la sala, haciendo que resplandecieran sus paredes y produciendo un efecto casi mágico. Aquel rincón de la ciudad era impresionante de por sí, pero algo lo hacía único: su estanque. Según estas narraciones, estaba situado en el centro y, cuando el califa daba la orden, los esclavos removían el mercurio con el que permanecía llenado. El resultado era aquel juego de luces y destellos que perseguía asombrar a los visitantes. Las distintas fuentes difieren en el lugar donde se hallaba el estanque, llegando a ubicarlo hasta en el Alcázar. Esta construcción era un símbolo más del poder que ya demostró Abderramán III en el siglo X al mandar levantar Medina Azahara. La destrucción de la ciudad palatina por los bereberes hizo que muchas de las riquezas califales no hayan llegado hasta nuestros tiempos. Es difícil saber si existió realmente tal estanque o fue, como cabe la posibilidad, según los expertos, una exageración de los cronistas. Los efectos lumínicos De una u otra forma, en 2007 la Junta de Andalucía anunció que llenaría de agua el estanque situado frente al Salón Rico con el fin de recuperar los efectos lumínicos que producía el mercurio. Aunque claro, el agua no es igual que el mercurio. Lo importante era la intención: causar a los visitantes el efecto de estar flotando, esa magia transmitida por las crónicas antiguas, según informó este periódico. El mercurio como arte Aunque parezca descabellado tener un estanque lleno de mercurio, cabe apuntar que, mucho más tarde, ya en el pasado siglo, Alexander Calder presentó en la Exposición Internacional de París de 1937 una fuente de mercurio que procedía de las minas de Almadén (Ciudad Real). Fuente de mercurio diseñada por Alexander Calder. / EFE Esta peculiar fuente llegó a robarle protagonismo al Guernica o a las obras de Joan Miró, amigo del escultor, en aquella exposición. El Centro de Arte Reina Sofía conserva una maqueta, pero la original se exhibe en la Fundación Joan Miró de Barcelona. ¿Existió, entonces, aquel estanque de mercurio en Medina Azahara?
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