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» Diario Cordoba
Fecha: 01/11/2024 13:03
Presume de tener el pellejo duro y el ánimo curtido después de superar las dos décadas en los banquillos, con más de medio millar de partidos en ligas FEB -372 de ellos en LEB Oro- y un expediente repleto de anotaciones de todo tipo: ha estado arriba y abajo, al frente de entidades recién nacidas y en clubes de hondas raíces como el que actualmente dirige, el histórico Peñas de Huesca. Pero hay algo que Rafael Sanz Armada (Córdoba, 1976) aún no ha probado. Este domingo volverá al Palacio de Deportes Vista Alegre como adversario. En el pabellón en el que lideró a aquel Cajasur que abatió a gigantes en la LEB de principios de siglo y en el que abanderó la revolución -sofocada por la falta de medios, no solo económicos- de los ya fenecidos proyectos sénior de Bball Córdoba y Cordobasket, Sanz comparecerá este domingo (12.00) con el Lobe Magia Huesca (2-2) para medirse con el Coto Córdoba (3-1) en la jornada quinta de la liga en Segunda FEB . "A veces pienso que preferiría no tener que jugar en Córdoba, porque si perdemos la gente de mi entorno sufre", admite el cordobés, quien subraya que no va a dejarse llevar por el sentimentalismo. "Yo conozco el baloncesto profesional desde hace mucho tiempo y convivo bien con la victoria y la derrota, es algo que he aprendido con el tiempo", dice, aunque deja un matiz: "Tu familia y tus amigos, no". Su presencia en Vista Alegre será uno de los focos de atención de un encuentro especial, por más que los protagonistas pretendan escapar de la presión añadida que suponen las expectativas. Un retorno singular A lo largo de su carrera, Sanz nunca fue visitante en Córdoba. "Fundamentalmente, porque yo encaucé mi carrera profesional desde principios de los 2000 en Canarias y el baloncesto de Córdoba se fue diluyendo a pesar de las buenas intenciones de varias personas", rememora. Seis cursos en el UB La Palma, tres en el Tenerife, tres en el Ourense y uno en el Alcázar fueron su bagaje en los banquillos nacionales antes de abordar una nueva etapa en su retorno a Córdoba. Se hizo cargo del Bball, de Liga EBA, logrando clasificarlo para la Fase de Ascenso a LEB Plata. Después tomó las riendas del Yosiquesé Cordobasket, logrando meter al equipo en el Top 16 nacional en la primera de ellas y dejándolo en el grupo por el ascenso en la segunda, sin llegar a la fase final. Y se volvió a marchar. Rafa Sanz, en el banquillo del Lobe Magia Huesca, en un partido de la Segunda FEB. / CÓRDOBA El cuadro técnico de la Federación Andaluza, el Académica de Coimbra portugués, el Plasencia Extremadura y el Aridane fueron sus destinos antes de asumir las riendas del Magia de Huesca, un club que resiste en el mapa del baloncesto español con el sostén emocional de aquellos tiempos gloriosos en la ACB con Brian Jackson, Granger Hall, Brian Sallier, John Morton, Jimmy Wrigth... Ahora corren otros tiempos. Más difíciles y complejos. Sanz vive ahora en un plano distinto: el Huesca sueña con llegar a donde una vez estuvo; en Córdoba aspiran a lograr lo que nunca tuvieron. La emoción de aquellas noches Con el Cajasur, a principios de los dos mil, Sanz estuvo más cerca que nunca. Jugó un play off de ascenso a la ACB y en Vista Alegre había un ambiente excepcional cada día de partido. "Algunos de mis mejores amigos y varios miembros de mi familia, además de muchos aficionados que aún lo recuerdan, han vivido en Vista Alegre partidos memorables que nos han hecho sentir orgullo de pertenencia. Eso es muy difícil y por eso aún perdura, porque la emoción de aquellas noches fue grande", recuerda el técnico del Lobe Huesca, quien dice guardar "mucho cariño" de los intentos en EBA "que no fructificaron más arriba por falta de dinero". "Se apostó por gente joven y de Córdoba, y se jugaron dos fases de ascenso con mucho mérito en una EBA que no es la de ahora. Y ese cariño de esos chicos y de sus familias también lo llevo conmigo", dice. El Coto Córdoba-Lobe Huesca enfrentará a dos equipos que quieren estar lejos de la zona baja, lo que significa casi directamente -por el sistema de competición- optar al ascenso en las eliminatorias. El campeonato no ha hecho más que empezar. "Desde la distancia, solo deseo que ese proyecto, esté quién esté, perdure. Me avergüenza hayamos tardado 14 años en llegar hasta ahí, y encima nos alegremos de poner zancadillas a todo el que lo ha intentado o intenta", resalta. Sanz, durante un tiempo muerto en la pasada temporada con el Lobe Huesca. / CÓRDOBA La etiqueta de controvertido siempre le persiguió, seguramente como herencia de aquellos años iniciales -con 23 años fue el entrenador más joven en los banquillos profesionales- en los que se comportaba con vehemencia y con un verbo ácido. "Yo debo ser de los pocos cordobeses que no se queja del cariño de su tierra. Sí noto el afecto y respeto de mucha gente", explica el entrenador del barrio de Valdeolleros, quien en su madurez asume un clásico -"es imposible contentar a todo el mundo"- sin olvidar su pulla: "Caben en un taxi los que no me tragan".
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