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Federal » El Federaense
Fecha: 30/10/2024 01:56
Renfe se encuentra inmersa en una maraña de problemas financieros y contables que han sido destacados por las auditorías de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE). Según los informes, casi un tercio de la facturación del conglomerado queda bajo el escrutinio, lo que equivale a 573 millones de euros. Uno de los casos más polémicos es el de su filial en Arabia Saudí, que representa una fuente significativa de ingresos para la empresa, aunque sus cifras han sido puestas en tela de juicio por la IGAE durante los últimos años, principalmente debido a la ausencia de información suficiente desde 2022. Problemas con la Auditoría Saudí Renfe ha explicado a El Confidencial que las cuentas de su filial saudí no han sido auditadas desde el año mencionado debido a lo que califican como “circunstancias excepcionales” relacionadas con el proyecto Haramain, que une las ciudades sagradas de La Meca y Medina. Aunque la empresa ha operado en estas vías desde 2021, la situación ha llevado a la necesidad de nuevas estructuras que, según afirman, han retrasado las auditorías programadas por un periodo de dos años. Sin embargo, notifican que se ha dado la instrucción a una firma auditora para revisar las cuentas de 2022, aunque se mantiene en la oscuridad el motivo de este retraso. La última auditoría y su situación actual La última evaluación realizada a la filial Renfe Kingdom of Saudi Arabia (Renfe KSA) corresponde a KPMG, llevada a cabo en 2021 sin que se encontraran salvedades en las cuentas presentadas. En el año siguiente, 2022, Renfe intentó adjudicar el contrato de auditoría para todas sus filiales, pero lamentablemente no obtuvo ninguna propuesta. Ya entrado el año 2023, logró otorgar el contrato a la firma PKF, aunque este proceso no contó con publicaciones a gran escala, lo que dificulta verificar si se incluyó la filial saudí en la auditoría. Un futuro incierto Fuentes del sector sugieren que la ausencia de auditoría podría estar relacionada con el cierre tardío de las cuentas de los dos años anteriores de la filial. Sin embargo, en sus cuentas consolidadas de 2023, Renfe proyecta ingresos de 43 millones de euros, acompañados de una deuda aproximada con la Saudi Railways Organization de 138,9 millones de euros. Estas cifras están basadas en sus previsiones de negocio. Cuestionamientos sobre la contabilidad y el futuro La IGAE ha manifestado una falta de confianza en la contabilidad del proyecto, especialmente por basarse en estimaciones que dependen de la renegociación de acuerdos actuales con la Saudi Railways Organization. Esta situación ha llevado a que se soliciten cambios en el consorcio Al Shoula, que incluye a Renfe y varias empresas de origen español y saudí, lo que se considera equivalente a una cancelación anticipada del contrato existente. Sin duda, la incertidumbre en torno a los ingresos previstos para el futuro afecta de manera negativa la sostenibilidad financiera de Renfe. La IGAE continúa advirtiendo sobre ciertos riesgos contables, en especial aquellos relacionados con los gastos del consorcio, y el impacto que esto podría tener sobre sus proyecciones de ingresos. Aun cuando Renfe defiende la solidez de su contabilidad, el panorama se presenta volátil y lleno de desafíos.
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