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  • Las elecciones en Uruguay, en EE.UU y la “civilización occidental” de Javier Milei

    Gualeguaychu » El Argentino

    Fecha: 26/10/2024 23:22

    Por Natasha Niebieskikwiat En el portal oficial del Ministerio de Desarrollo Económico de Entre Ríos se afirma que las exportaciones primarias de la provincia son las que siguen impulsando las ventas externas de la provincia y que estas “crecieron 51% en el primer trimestre del año frente a igual periodo de 2023”, e informan que Brasil, Indonesia, China, Chile, Estados Unidos y Vietnam fueron los mayores destinos de exportación en los primeros meses del año. ¿Incide en el comercio exterior de la Argentina y sus provincias la política internacional? Incide y mucho, aunque lo que más mueve el amperímetro es la marcha de la economía interna, las facilidades para las inversiones extranjeras y la venta del país a nivel mundial. En estas dos últimas dos décadas, al menos, Argentina acumula fracasos, aunque hay que destacar la cada vez mayor incidencia de la diplomacia provincial. Es decir, las provincias se han modernizado en la venta de sí mismas y son ellas las que aprendieron a salir al mundo y el mundo, a través de sus embajadores y empresarios, los que las van a buscar en persona. Hoy los sectores estrella son la energía y la minería, pero las materias primas, como las que ofrece Entre Ríos son cruciales. En ese plano, vale preguntarse cómo influyen dos elecciones presidenciales tan importantes ante la Argentina bajo el gobierno de Javier Milei que tendrán lugar en el vecino Uruguay, este domingo, y en los Estados Unidos, el próximo 5 de noviembre. Diferencias políticas más que económicas Por empezar, entrando en el final de su primer año de mandato Milei está aprendiendo a evitar las furiosas peleas con otros Presidentes en las que se ha embarcado. En ese sentido, si bien su relación con Luis Lacalle Pou ha sido de helada a fría, se puede pensar que prefería que el candidato de la coalición de centro derecha, Alvaro Delgado gane los comicios uruguayos, y no el frenteamplista Yamandú Orsi. Milei se mantuvo distante, aunque más bien es así en sus relaciones internacionales, si bien insisten él y todas sus tribus de que Argentina entró a la civilización occidental con el gobierno de la Libertad Avanza. ¿Y dónde sino estaría la Argentina si no es Occidente? Preguntaron esta semana desconcertados sobre esa frase vacía un grupo de extranjeros que lo escuchaban en el World Economic Forum que sesionó en Buenos Aires. “La Trumpificación de la política estadounidense. No importa quién gane en noviembre, Donald Trump redefinió las agendas de los dos partidos”, titulaba días atrás el influyente semanario británico The Economist en la antesala de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, donde las opciones principales están entre el ex presidente, que se postula por el Partido Republicano, y la actual vicepresidenta del gobierno demócrata, Kamala Harris. Teniendo en cuenta esta “trumpificación” de la política estadounidense, The Economist asevera que Harris desenfunda la misma agenda de Trump en materia de impuestos, aranceles, economía, y política exterior frente a China, Ucrania – Rusia y Oriente Medio, se vuelve muy difícil responder a la pregunta ¿qué le conviene a la Argentina?, ¿que gane Trump o que gane Harris? Analistas consultados resaltan que para la Argentina da lo mismo que gane uno u otro, pero para Milei de manera personal, sólo en lo político e ideológico, hace una diferencia positiva el triunfo de Trump, porque lo encuentra su aliado. En lo económico, y comercial da los mismo aunque el libertario espera la "mano amiga", es decir dinero, inversiones, del republicano. La agencia Moody's ha dicho que gane uno u otro, Estados Unidos va a mantener “una política comercial proteccionista”, al igual que una “postura más estricta en temas de inmigración". Con Estados Unidos Argentina mantiene temas comerciales pendientes (como las trabas al biodiesel y las dificultades por los limones, entre otros) y los analistas creen que no se van a resolver si gana Harris o gana Trump porque son negociaciones que andan por otro carril. Bien lo sabe Mauricio Macri que recibió “mano amiga” de Trump no sólo ante el Fondo Monetario, pero esa ayuda tuvo sus restricciones. Distinta es la arena política, puede afirmar este diario. Porque siendo Trump una figura tan polarizadora en los Estados Unidos como lo son Javier Milei, ahora, y antes, Cristina Kirchner, el Libertario sentirá que su triunfo es el de su amigo y aliado. Y que eso "derramará a la economía". Aun así, si bien Javier Milei ha dicho en una entrevista de la televisión estadounidense que es considerado junto a Trump uno de los líderes más importantes del mundo y se ha encontrado con Musk más veces que con cualquier jefe de Estado, las inversiones no llegan. Y ello depende más de las reformas argentinas que de quien gobierno los Estados Unidos, una sociedad tan polarizada como la Argentina pero cuya marcha económica no se ha visto tan trastocada por los cambios de gobierno como la nuestra. Cuando a dos meses de haber asumido el Presidente asistió a la cumbre conservadora en Maryland, abrazó a Trump y le dijo que lo quería ver la próxima vez como Presidente de su país, los demócratas pegaron un grito en el cielo. De todos modos, la relación fluyó al más alto nivel aunque no hubieran encuentro entre Joe Biden y Milei. Los estadounidenses se aseguraron de él votaciones y declaraciones cruciales en favor de Ucrania e Israel. La diplomacia argentina está intervenida por comisarios políticos de la Casa Rosada para que los discursos sean ultraconservadores y anti Estado bajo el lema de la “libertad”. Milei en público ha defenestrado lo que llama con desprecio la agenda “woke”, en materia de diversidad de género y presencia del Estado en cuestiones sociales y derechos de la mujer. Es lo mismo que hacen Trump y Musk cuando insultan como “progresistas” a los demócratas, incluyendo a su candidata Harris. Las críticas de Milei a los organismos internacionales y al multilateralismo, su anti Agenda 2030 pueden chocar más con Harris y no con Trump, que piensa parecido a él. Pero a no confundir.

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