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  • Errejón en todas las conversaciones

    » Diario Cordoba

    Fecha: 26/10/2024 05:28

    El portavoz de Sumar Iñigo Errejón llega a una rueda de prensa posterior a la reunión de la Junta de Portavoces, en el Congreso de los Diputados, a 22 de octubre de 2024, en Madrid (España). / Jesús Hellín - Europa Press Me pongo a escribirles estas líneas después de haber bajado un momento a la calle a hacer un recado rápido. Les cuento. En esa pausa de mínimos que decidí hacer, me ha llegado sin aviso una pregunta de máximos. Alguien de un comercio cercano a la redacción en la que trabajo, a quien conozco y que me conoce, me pregunta con naturalidad e hipotético interés en mi respuesta: qué, ¿ha pasado algo en las últimas horas en el mundo o en España que merezca la pena contar? Admito que me atoro. Mi interlocutor me mira con expectación mientras valora mi largo silencio. El interrogante, que bien pudiera ser un mero trámite de cortesía ante una periodista con la que se cruza a diario, o sea, yo, me engollipa. Se me hace bola. -"¿Qué si ha pasado algo…?. Voy. Voy y resumo, que he bajado solo un momentito porque tengo que escribir aún un análisis de actualidad. Pero te cuento. Claro que te cuento…."-. Y disparo, cual metralleta. Pumpumpumpumpumpún. -"Pues mira, acaba de dimitir Íñigo Errejón, el que fundó Podemos con Pablo Iglesias hasta que se pelearon a muerte y se fue con Carmena y acabó en Más País y ahora estaba con Yolanda Díaz de portavoz de Sumar. Se va a su casa. Se va porque en redes sociales han sugerido que maltrata psicológicamente a mujeres y ha protagonizado acoso y Sumar ha abierto una investigación dándole credibilidad a la denuncia por violencia machista. Y el resultado es que se larga"-, le digo. -"¿Pero eso es que admite que lo ha hecho, no?"-, me repregunta. Le explico que Sumar ha aclarado que él dimite como resultado de la investigación interna y que, también en redes sociales, Errejón ha decidido despedirse con un comunicado en el que enfatiza que renuncia a la política y que está mal psicológica y emocionalmente, pero con unos términos y argumentos enrevesados –no en vano hablamos del autor de la adaptación a la política española del núcleo irradiador- que cuestan descifrar. Le añado que a mí me ha impresionado una frase de dicho comunicado y, tirando de móvil, se la leo: -"He llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona"-, admite un enigmático Errejón y repito yo, en voz alta, a mi cada vez más sorprendido interlocutor. -"Estoy alucinando…."-, me replica. Hay otras personas en ese momento a nuestro alrededor pendientes de la conversación y haciendo ya valoraciones al margen. El tema interesa. Sobresalta. Preocupa. Indigna. Exalta. Entristece. Encoleriza. Deprime. Cabrea. -"Pues otro lío gordo y feo más para los políticos, ¿no? Que están a torta limpia por lo que os voy leyendo"-, agrega mi principal interlocutor. No le falta razón. Le apunto que esto es un golpe duro para un Gobierno de coalición de izquierdas con bandera feminista y, especialmente, para Sumar, que exhibía ya debilidad y erosión propia (por su pulso continuo con Podemos) y ajena por los casos de corrupción que salpican al PSOE… Díaz ahora estaba tratando de marcar perfil propio dando caña a su propio socio con la crisis de la vivienda, la política internacional o los presupuestos… y en ese giro le salta un escándalo del calibre del de Errejón. Le han señalado la puerta sí, pero el daño es evidente. La oposición va a degüello contra toda la organización, no solo contra el exportavoz, desde el minuto uno. "Sumar ya tiene a su Ábalos", le digo que dicen ya desde la derecha, que en España no estaba en su mejor momento. -"¡Bueno, esa es otra, el Ábalos!"-, me recalca. Asiento con la cabeza mientras miro el reloj. Que se me echa la hora encima de entregar mi análisis político y ahí sigo, comentando "lo de las últimas horas". Le especifico que está en marcha el trámite parlamentario previo y necesario para que la justicia pueda imputar al exministro José Luis Ábalos, al que hasta la fiscalía señala, porque en el último informe de la Guardia Civil hay indicios claros de que se benefició de su cargo y benefició con él a terceros. -"Vamos, que ha metido la mano en la caja… sí hasta he leído que se le pagaba un chalet a su novia por no sé qué de vender mascarillas a todo quisqui en la pandemia y que algo se desgravaba que no debía"-, me espeta. Me río. Se ríe. Le digo que está mezclando casos, pero que no me extraña. Que los políticos generan un enorme ruido alrededor de las crisis y escándalos que afectan a sus partidos o entornos precisamente para eso, para sumirnos en un estado de confusión global en el que terminemos aturdidos y sin darle demasiada importancia a lo que puede perjudicarles, a medio plazo en las urnas. -"Lo de Ábalos y su relación con su amigo Koldo y el empresario Aldama le está haciendo un buen agujero de credibilidad a los socialistas según se van conociendo detalles –le resalto-, pero lo de las desgravaciones y los delitos en Hacienda están ligados al caso del novio de Ayuso, no al de Ábalos, un caso que también se ha complicado con otra vuelta de tuerca de la jueza… Ahí siguen investigando"-. -"¡Cuéntame eso bien, que no sé cuál esa vuelta de tuerca!"-, me reclama. -"¡Pero que me tengo que ir y el café que me has puesto se ha quedado helado!"-, le respondo, aprovechando para recomendarle a él y a los que nos rodean en ese momento que lean prensa para estar realmente informados. –"¿Quieres hablar justo hoy que tengo prisa también del tasazo de la basura que está por llegar, de las elecciones en Estados Unidos o las guerras….?"-, añado sonriendo y señalando la máquina del café, para que me ponga otro, que esté caliente, porque no llego. –"Vale, te lo pongo ya, pero ¿al final van a llevar inmigrantes al aeropuerto de Ciudad Real?"-, apura sin darme el café. Me río con resignación viendo que mi prisa no es su prisa y pensando que debo dedicar a los temas políticos que parece que interesan en la calle mi análisis de hoy… este que usted está leyendo ahora mismo.

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