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» Diario Cordoba
Fecha: 26/10/2024 05:25
Con la invasión del soporte digital, las publicaciones periódicas en papel han ido desapareciendo. Recordamos, con cierta nostalgia, aquellos antiguos quioscos repletos de periódicos y revistas. Algo que forma parte del pasado y no volverá nunca. Quizá esa sea la razón principal para reseñar la aparición de una nueva revista de cine, publicada con ese papel que algunos seguimos necesitando, con una extraordinaria maquetación, reproducciones fotográficas de calidad, y textos de lo más variado. Cinema subterráneo, ese es su nombre, viene con la intención de no quedarse enterrada, más bien, al contrario, aportando una luz nueva sobre temas cinematográficos nada corrientes, al menos no de los más tratados en publicaciones al uso. Hay que recordar que las revistas sobre cine, en general, nunca fueron las más demandadas por la clientela de los quioscos, pero su publicación gozó siempre de unos seguidores fieles, hasta ese momento en que la ola digital, más bien el tsunami, terminó con cabeceras que aguantaron años, y nos ayudaron a ver el cine de otra manera, a aprender algo sobre ese arte de síntesis. Con esa vocación aparece el primer número de ‘Cinema subterráneo’, con un inicio que no se anda por las ramas: ni más ni menos que la presencia del maligno en el cine. Tema amplio, incluso inabarcable, que daría para una tesis doctoral sesuda, generosa en número de páginas y en películas. Desde los hermanos Lumière hasta hoy el diablo ha sido un personaje muy presente en todas las cinematografías a través del planeta, con independencia de su poder de difusión, su reconocimiento, o el nivel artístico alcanzado. Algunas obra maestras, otras formarían un catalogo de curiosidades, incluso un puñado de ellas bastante olvidables. Pero todas atestiguan que Lucifer podría pasar una factura copiosa por derechos de imagen a los productores del séptimo arte. Como en cualquier revista que se precie, ‘Cinema subterráneo’ cuenta con plumas variadas, estilos personales, y visiones sobre el cine en general, y este tema en particular, muy dispares. Las aportaciones son múltiples y conforman un caleidoscopio que haría palidecer de envidia al mismo diablo. Las películas reseñadas son muy diversas, de distintos países, épocas, incluso géneros. Conforman un estudio incompleto, como no podía ser de otra manera, por falta de espacio, pero de una rigurosidad sin fisuras. No están todas las que podrían estar, pero las presentes ocupan un lugar suficiente en la historia general del cine para que se hable de ellas con cierto desarrollo. Cinema subterráneo es una revista con un alto nivel de análisis, por supuesto con vocación de continuidad en esa parcela del cine que nada tiene que ver con lo convencional, no es lo más visto en las salas oscuras. Se convierte en una herramienta de recuperación y de puesta al día de un cine, y unos temas que en algún momento pudieron pasar más desapercibidos, quizá un poco fuera de los circuitos oficiales. Se pretende un recorrido por otros caminos menos trillados, que probablemente en su momento no siempre tuvieron el legítimo aprecio de un público asediado por tantos estrenos. Esta revista es el fruto del entusiasmo colectivo de una serie de personas que piensan más en la faceta artística que en el rendimiento. El diablo y el satanismo en el cine, como reza en la portada, no es nada más que una entrada en materia de un tema muy amplio, la necesidad de transmitir la pasión por ese cine que se carga de imágenes, metáforas y palabras, para reconstruir un mundo que se nos escapada a menudo. Visiones que oscilan entre la realidad y el sueño, las verdades inalcanzables y las mentiras sonoras. A fin de cuentas, siempre se ha dicho que el más interesado en negar su existencia era el propio diablo. A partir de ahí solo nos queda la alegría de que el tema haya servido al menos para ver, una vez más, una revista como aquellas que disfrutamos hace unos cuantos años. Suscríbete para seguir leyendo
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