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  • Robe: "Me tiré cinco años sin componer ni una puta frase. Pasé miedo"

    » Diario Cordoba

    Fecha: 26/10/2024 04:40

    -Usted no suele conceder muchas entrevistas. -He pasado de no hacer ninguna entrevista a hacer las justas, lo justo y lo necesario. Estamos de gira presentando el disco ('Se nos lleva el aire') y no hay que ser intransigentes. Lo que pasa también es que los periodistas muchas veces queréis que digamos cosas cuando no hay nada que decir. Cuando no estás presentando nada, no tiene sentido ir por ahí dándole la vara al personal. -Pero usted ya se ha convertido en una especie de personaje icónico y la gente quiere saber de usted. -Yo lo único que hago es hacer canciones. Hay gente que le gusta estar todo el día opinando de todo, y a mí no me va eso. -¿Cómo lleva la gira 'Se nos lleva el aire' en ese tiempo? -Desde el principio nos sorprendió cómo la gente se sabía las canciones nuevas. Las antiguas es normal porque son éxitos que eliges entre muchas canciones y sabes que a la gente le van a gustar. Pero las nuevas siempre es más difícil que las canten. -¿Y cómo llega usted al final de la gira? ¿Cansado o con ganas de más? -Cansado no, porque no es una gira que nos echemos a la carretera y no volvamos a casa. Tocas uno o dos días a la semana. Pero sí con penilla porque ves que ya se va a acabar y te empieza a dar mal rollo. Pero hay que tomarse sus tiempos, centrarse un poquito, parar y empezar cosas nuevas. Las canciones nuevas son las que te dan las ganas de tocar. Hay que hacerlas, jugar con ellas, experimentar y al final meterse en el estudio y disfrutar. Eso de estar en la carretera, después en el estudio, después otra vez a la carretera… Eso no, la cosa es disfrutarlo y vivir todos los procesos. -Más allá de vivir de esto, ¿qué le mueve más a salir de gira? ¿Los aplausos, la vanidad, las ganas de que los demás sepan lo que ha hecho? -Lo que me mueve principalmente es tener temas nuevos, que son los que me meten las ganas de irte al local y que la gente los oiga. Si no tienes temas nuevos, al final también tienes que salir porque tienes que trabajar, vivir, no puedes quedarte esperando a que llegue la musa. Por eso ha habido épocas en las que he tardado en girar, porque ni tenía temas nuevos ni ganas. -¿Producen ansiedad esos momentos de falta de inspiración y de ganas? -Claro, y miedo. Hubo una época en la que me tiré cuatro o cinco años sin componer ni una puta frase. Y te da tiempo a pensar muchas cosas, y no todas buenas. Menos mal que por esos años saqué la novela y con ello lo creativo que tenía. Pero me ponía con la guitarra y no había manera de que saliera nada. No sé si fue por el nivel de exigencia o qué, pero me plantaba con la guitarra y me decía ‘joder, yo sabía hacer esto, y ahora se me ha olvidado o qué ha pasado? Se pasa mal. Y tampoco te creas que ahora sé donde está el botón. Hay que ponerse, coger la guitarra y esperar si llega o no llega. El día que piensas que estás más inspirado y sensible no te sale nada, y el día que menos te lo esperas te sale algo y dices “hostia, si era superfácil, ¿cómo no he dado con esto antes?” Y así será siempre. -Serrat dice que la posteridad no le importa nada. ¿Usted cómo va de eso? -No me paro tampoco a pensarlo. Tengo muchas canciones hechas y muchas gustan a mucha gente. Supongo que si tienes como él hechas muchas canciones bonitas, una vez te mueras te recordarán de una forma bonita, y eso está muy bien. -¿Se ve ya jugando en la liga 'a posteriori' de Serrat? -Hombre, yo creo que él está a otro nivel. Aunque en esto de la música es muy difícil estar hablando de niveles ni de que una música es mejor que otra porque le gusta a más gente. ¿Es mejor una canción que le gusta un poco a muchos o una que le gusta muchísimo a unos pocos? No hay por qué entrar ahí. -¿Los jóvenes que van a sus conciertos le ven igual que le veían sus padres, como el rockero ese transgresivo que aparentemente vivía como cantaba? -No lo sé, pero desde luego cada día vienen chavalitos más jóvenes a los conciertos, cada día noto más la mezcla de edades y me encanta. Por eso hace ya unos años dividimos la parte más arrimada al escenario, porque empezaron a ir muchos chavalitos con otra manera de ver los conciertos. Antes, si ibas a la parte de adelante era para ir a la batalla, a empujar y ser empujado. Pero empezaron a venir muchos chavalitos y chavalitas con otra manera de ver el concierto, más tranqui, con más atención, moviéndose menos pero con ganas de disfrutar así el concierto. -Curioso eso de que sean los jóvenes los más tranquilos. ¿No le hace pensar que ha pasado de ser un punk a ser un clásico? -No lo sé, pero me encanta que haya gente joven en los conciertos. Cuando llevas tantos años y vas haciendo cosas un poco diferentes es más fácil conectar con más gente. Supongo que unos vienen buscando unas cosas y otros, otras. -¿Cómo es usted como oyente de música? ¿Se ha abierto o se ha hecho más intolerante con la edad? -La verdad es que oigo poquita música. Oigo por temporadas y, normalmente, para que me entren ganas de componer. Pero si estoy componiendo o preparando una gira o de lleno en ella, no oiga música. Prefiero tener la cabeza libre de sonidos. Para componer no solo trabajas cuando estás sentado con la guitarra. Tiene que llegar un momento en el que no estés pensando en ello, en que tengas las cosas como en el fondo y que te aburras. El aburrimiento es muy bueno para la creación, sin impulsos de fuera, sin rollos. Y esos momentos hay que aprovecharlos. El aburrimiento está poco valorado. -¿Se aburre mejor ahora que cuando era joven? -Ahora me aburro mejor, sí. Pierdo mejor el tiempo. -¿Y en cuanto a emociones, se ha endurecido con los años o se ha hecho más sentimental? -No tiene que ver con los años, sino con las épocas. Hay veces que estás más sensible y otras que, por lo que sea, estás más duro. Pero, indudablemente, para hacer arte hay que estar blandito. -Los artistas que más vendía en España cuando Extremoduro sacó su primer disco eran Phil Collins, Pavarotti, la Década Prodigiosa y Mecano. ¿Tampoco estábamos tan bien, no? -Es que la nostalgia no vale para mucho. Todo el tiempo que vivimos es presente y tienes que ser consciente de ello. No puedes estar pensando en cómo te gustaba aquel grupo o el otro. Lo importante es el ahora. Es como lo del rollito de los móviles en el concierto. ¿Para qué quieres grabarlo? Estás aquí y ahora, ¿te vas a sentar en casa a verlo? -Supongo que la gente que graba lo hace más para presumir de estar ahí que para recordarlo. -Sí, se ve que la gente se apañando con esos rollos. Pero hay gente que lo está grabando todo el rato y eso no es para presumir. Hay que vivir el momento. -¿Qué es lo que más rabia le da del presente? -Muchas cosas, pero eso sería largo de contar. En otro momento.

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