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» Diario Cordoba
Fecha: 24/10/2024 14:58
Hay profesiones que, según quien las observe, pueden resultar más o menos simpáticas. A finales de los años 80 y principios de los 90 del siglo pasado, todavía hacía falta consolidar la firme idea de que los impuestos son la clave para financiar el estado del bienestar, la sanidad pública, la educación, las carreteras... Aunque, eso sí, esta máxima ya estaba calando en la sociedad. Quizá por eso, cuando, en 1987 y en televisión, Lola Flores dijo aquello de: "Yo a veces pienso, si una peseta diera cada español...", a la gente no le sentó muy bien (cuenta su hija Lolita que le tiraban pesetas desde el coche). Con su trabajo y la venta de alguna que otra propiedad, La Faraona devolvió los 28 millones de pesetas que debía al fisco, aunque deudores sigue habiendo. Ponencia en el Congreso de Inspectores de Hacienda, que se celebra en Córdoba. / A. J. GONZÁLEZ Y para cazar a esta gente están los inspectores de Hacienda. Y están además, literalmente, en Córdoba. Casi la mitad de ellos se reúne estos días en el Palacio de Congresos de la calle Torrijos en su congreso anual y debaten sobre asuntos donde tiene vital importancia el fraude fiscal y cómo perseguirlo. Por ejemplo, hablan de cómo integrar la inteligencia artificial en su trabajo, y cómo esta herramienta tiene la capacidad de procesar tantos datos de la Agencia Tributaria que intentar sortear al fisco será cada vez más complicado. Ver a 700 personas trajeadas dando vueltas por el casco histórico puede resultar llamativo si se entremezclan entre palos selfies o imanes de recuerdo. Pero que nadie se asuste, que los inspectores no vienen a inspeccionar, vienen a debatir. Lo cuenta el portavoz de la Asociación Profesional de Inspectores de Hacienda, José María Peláez: «Que se queden tranquilos, nosotros vamos a disfrutar de Córdoba y de su amabilidad, de sus ciudadanos. Por eso, que no se preocupen, que si ven mucha gente trajeada por ahí, no hay que esconderse de nada». ¿Algún papel en los maletines? «No, no. Venimos a trabajar en nuestro congreso. Por lo demás, somos ciudadanos. Que los cordobeses estén tranquilos que no va a pasar nada raro», apostilla entre broma y broma Peláez. Aunque, eso sí, la tranquilidad debe imperar siempre, suponiendo que todo el que se cruce por el Palacio de Congresos tenga en orden sus cuentas. Seguro que por Torrijos no se ha escuchado ningún «a ver si nos van a crujir».
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