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  • Madre, ese lugar especial en el corazón, por Adolfo Barrios

    Concordia » 7paginas

    Fecha: 20/10/2024 20:20

    En ocasiones, los relatos más simples esconden una profunda reflexión sobre los vínculos afectivos y las relaciones que más marcan nuestra vida. En medio de una típica charla entre amigos, se desvela una verdad que todos llevamos en el corazón: el lugar irremplazable que ocupa una madre. A través de un relato lleno de calidez, Adolfo Barrios nos recuerda que el amor por una esposa y una madre pueden convivir en armonía. Son dos amores diferentes, pero ambos vitales y fundamentales para el ser humano. Barrios nos ofrece una historia en la que la complicidad de la pareja trasciende lo cotidiano, mostrando cómo la figura materna siempre está presente, incluso en los momentos más inesperados. El relato de Adolfo Barrios "Esas lluvias de septiembre te obligan a reunirte en charlas inevitables, donde los temas de debate entre amigos no siempre son los más comunes. Entre hombres, siempre aparece ese orgullo de ser varón y, por supuesto, la mención de 'esa otra mujer'. Y fue en una de esas reuniones donde decidí ponerle un toque diferente a la conversación sobre esa mujer especial a la que a veces le robamos algo de amor que podría ser para nuestras esposas o hijos. Después de varios años de matrimonio, buscamos esa chispa que reavive el fuego que una vez incendió nuestro corazón. Fue entonces cuando, en voz alta, dije: 'Mi esposa me dio permiso para salir con otra mujer'. Las miradas atónitas de mis amigos no tardaron en llegar. Les aclaré que en unos 30 minutos debía retirarme porque la cita era esa misma noche. No terminé de decirlo cuando mi celular sonó. En altavoz, todos escucharon a mi esposa decir: 'Sé que la sigues amando y te mueres por estar con ella. Ven pronto, te estoy planchando la camisa y ya tengo la invitación para la cena a la luz de las velas'. Mi amigo, entre risas, me dijo: 'Vos y tu esposa están locos'. Sonriendo, les respondí: 'No es así, todos tenemos esa otra mujer en el corazón, pero nuestras esposas nunca se compararán con ella'. Esa noche, me apresuré a llegar a casa para no hacer esperar a la mujer que mi esposa había elegido para mí. Mientras ajustaba mi corbata, mi esposa me entregó las llaves del auto y me dio un beso en la boca. 'Ve, disfruta, y no olvides abrir el paquete que te dejé', me dijo. Al llegar a la cena, allí estaba esa bella mujer, esperándome con una gran sonrisa. Mi corazón latía con fuerza al verla. Como prometí, abrí el paquete y encontré una carta que decía: 'Sé que nunca podré ocupar su lugar y que el amor que ella te ha dado y sigue dando no se puede comparar con el mío. Pero te amo y seguiré amándote siempre. Disfruta este gran momento, porque yo estaré contigo muchos años más, mientras que a ella… no lo sé. Ah, no olvides decirle a tu madre que tenga un feliz día'". Este relato es una hermosa invitación a recordar el rol insustituible de nuestras madres, esas mujeres que, aunque ya no estén físicamente o aunque el tiempo haya pasado, siempre llevarán un lugar especial en nuestro corazón. Un emotivo homenaje en un día tan significativo como el Día de la Madre.

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