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» Diario Cordoba
Fecha: 20/10/2024 14:29
En Córdoba hay belleza que trasciende los sentidos. Es la que surge de la imaginación, de lo que no se ve ni se siente. Emana de la tradición oral y tiene forma de leyenda. Porque nadie ha visto los largos pasadizos secretos de uno de los pueblos más bonitos de Córdoba, pero ahí están, bajo los cimientos del pueblo, siempre según la leyenda. Como decíamos, en la provincia de Córdoba hay un pueblo donde, según se cuenta, las galerías subterráneas conducen a algunos de los rincones más pintorescos de la localidad. Esas mismas historias explican que sirvieron para, en caso de que fuera necesario, huir del asedio, para atacar a un enemigo cercano o, incluso, para ocultar un amor inconfesable. Entre el castillo y los jardines Vayamos a Priego. En este pueblo de la Subbética cordobesa, se alza una fortificación de época musulmana cuyo castillo, ilustra la leyenda, va más allá de lo visible y, bajo su suelo, permite acceder a una red laberíntica que conduce a rincones como el Adarve o a algunas cuevas cercanas al municipio. Historiadores y expertos se han hecho eco de esas historias populares. El Recreo de Castilla, en Priego de Córdoba. / Turismo de Priego de Córdoba Entre generaciones ha ido transmitiéndose qué existen galerías que llevan directamente al Recreo de Castilla, un rincón conocido también como Huerta de las Infantas que supone uno de los jardines de mayor belleza de la provincia cordobesa. De este se tienen las primeras referencias en el siglo XVI: un documento de compraventa lo bautiza como Huerta de las Infantas. Del amor a la guerra Estos jardines se sitúan junto a la muralla del Adarve, bajo el castillo. El Adarve supone un conjunto histórico y arquitectónico comparable a barrios como la Judería de Córdoba o el Albaicín de Granada. De blancas y estrechas calles, este rincón de Priego destaca por su belleza. Un escenario al que llegarían los caminos que salen de la fortaleza. La función de esos pasadizos fabulados sería la de permitir el escape de los moradores del castillo en caso de asedio o para atacar al enemigo de forma imprevista. Más romántica, sin embargo, es la historia que vincula estos caminos con la historia de amor de una antigua princesa mora y su amado cristiano. Un amor imposible. Como imposible parece que existan esos pasadizos. Pero ahí esta la leyenda.
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