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  • Una maternidad más humana que no persigue la perfección

    » Elterritorio

    Fecha: 20/10/2024 03:30

    Mandatos y creencias de la madre ideal siguen en el imaginario social. El deseo como decisión primordial y entender a la maternidad como un aprendizaje y no un deber. domingo 20 de octubre de 2024 | 2:30hs. Imagen referencial. La maternidad fue durante siglos un tema rodeado de mitos y mandatos sociales que imponen una imagen idealizada de lo que significa ser madre, lo es hasta hoy, y si bien les atribuimos esos dotes de superheroína, mamá no puede con todo. Uno de los mitos más arraigados es la creencia en el instinto maternal, esa supuesta habilidad innata y natural con la que toda mujer estaría predestinada a ser madre. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja: el deseo de ser madre no es algo universal y la maternidad no es un don biológico, sino una construcción social y cultural. Las madres no son seres perfectos ni poseen respuestas automáticas, como ningún otro ser humano. Ejercer la maternidad es un proceso de aprendizaje diario, lleno de desafíos, aciertos y errores, donde se construye el vínculo con los hijos y se redefine constantemente el papel que cada mujer elige desempeñar. En este día El Territorio propone una reflexión sobre la maternidad y repensar los mandatos que se les impusieron a las mujeres durante mucho tiempo en este Día de la Madre. Para ello, dialogó con Karina Moreira, psicoanalista y especialista en salud mental. La profesional sostuvo que es necesario seguir repensando el significado de ser madre puesto que ello implica una experiencia subjetiva, singular, que varía según la historia personal de cada mujer, el contexto cultural, social y, por supuesto, de su propia representación de qué es ser madre, "partimos de que no existe una única manera de ser madre ni una única experiencia correcta de serlo". Así cuestionó la creencia del instinto maternal, que más que mito es un mandato social, y lleva a pensar que todas las féminas tienen este "don" innato y que la maternidad es un proceso que debe atravesar toda mujer. "La maternidad está más relacionada a un deseo, una mujer puede desear ser madre o no desearlo. Esto es lo que se cuestiona socialmente, que una mujer no desee ser madre y ahí aparece otro mito que es que la mujer se realiza a través de la maternidad. Una mujer que decide no ser madre es cuestionada socialmente y aparecen comentarios de otras mujeres como 'ya te van a llegar las ganas'. Pero hay mujeres que se realizan a través de otras áreas como la profesional, laboral, social, personal y que tal vez en ningún momento de su vida aparezca ese deseo", objetó. Karina Moreira, psicoanalista. Una maternidad humana Moreira echó por tierra el estereotipo de madre perfecta, ideal y plantea una maternidad más humana. "El fenómeno de la madre ideal es irreal, esto de una madre que no se equivoca, que no comete errores, que debe ser perfecta en todo lo que hace; esto genera muchos sentimientos de culpa, de angustia y frustraciones por no poder dar con esa idea social que se espera dentro de esta concepción de maternidad ideal", sostuvo. Así, se refirió a la complejidad de la maternidad contemporánea, dado que la madre de hoy no es la misma que aquella que fue hace un siglo atrás. En ese sentido, planteó poder cuestionar los roles de género tradicionales en los que la mujer está destinada a las áreas del hogar, al cuidado de los hijos mientras que el hombre es el proveedor de las necesidades básicas. "Esa era la función que cumplía la mujer hace un tiempo atrás y lastimosamente sigue pasando. Hoy si bien la mujer ha conquistado la independencia social, económica -por supuesto no todos los casos- se le vuelve muy dificultoso sostener una maternidad de forma tradicional porque ahora trabaja, es independiente, hace actividades por fuera del hogar y a su vez debe sostener la crianza y las tareas de la casa", indicó. En esa misma línea, se refirió al sentimiento de culpa que emerge de las madres al dejar a sus hijos al cuidado de otros para destinar parte de su tiempo a su realización personal. "Hay muchas madres que tienen que resignar estudios o trabajo por maternar", dijo. "La responsabilidad de los hijos recae lastimosamente sobre la madre y eso es una cuestión de género, es una mirada no sólo tradicional sino también con un sesgo machista en la que todavía la mujer está ligada a la maternidad y el hombre no a la paternidad, sino a las cuestiones sociales, al trabajo, a ser un proveedor. Si bien tenemos muchas leyes de género que dan cierto respaldo a la mujer, el imaginario social sigue operando", consideró. Cuidar la salud mental Decidir ser madre aunque haya deseo no es una tarea sencilla, no es la vida color de rosa ni una comedia romántica. Plantea distintos desafíos que se presentan a diario. "Si quiero ser 'una buena madre' primero debo desear ser madre, porque en la obligatoriedad no hay deseo y probablemente yo tenga como madre muchas dificultades para maternar luego. También debo poder elegir bien quien me acompañe en esta maternidad, es decir, un padre que desee ser padre y que tenga las herramientas para poder hacerlo. Partimos de dos elecciones básicas", señaló. Relacionado a ello, remarcó como fundamental establecer en la pareja la distribución de roles tanto en el cuidado del niño o niña como en los quehaceres del hogar. "Es muy importante buscar a alguien que nos apoye en este momento de maternar, de trabajar y que tenga el deseo en común de ser buenos padres o de aportar lo mejor a sus hijos", remarcó. Aunque sea complicado ponerlo en práctica porque significa un trabajo mental y de introspección diario, la profesional hizo hincapié en que toda madre debe saber que en el camino de la crianza de sus hijos se va a equivocar y errar más veces de las que le hubiera gustado, que va a aprender muchas veces con su hijo a ser madre y que probablemente ponga en cuestionamiento la propia maternidad que ella misma vivió de su madre. "Muchas veces la forma en que me maternaron no fue la mejor, no fue la esperada o la más cariñosa. Nuestras madres lo hicieron con la particularidad de su época y nosotras tenemos que hacerlo de otra manera, también implica reaprender y no presionarnos tanto, no castigarnos cuando cometemos un error porque como madres podemos acercarnos a los hijos y pedir disculpas", dijo. Y continuó: "Nuestra gran herramienta como seres humanos es la palabra y debe ser usada, poder hablar de lo que funciona y de lo que no funciona y la madre va a encontrar mucho alivio porque va a estar al tanto no sólo de lo que le pasa al hijo sino que también va a empezar a identificar las cosas que tal vez en su maternidad no están funcionando y que va a tener la posibilidad de corregirlo". La relación de madre e hijo es fundamental para la constitución física del niño, aseguró Moreira, porque a través de esta relación el niño va a construir su identidad, sus primeras representaciones del mundo. "Desde el psicoanálisis solemos decir que existen las madres cocodrilo, estas madres que quieren sobreproteger a sus hijos y que inclusive mantienen esta conducta a lo largo de la vida del hijo o de la hija. Esto puede perjudicar al niño en su constitución misma y también a la madre porque la pasa mal porque no es que lo hace porque es mala, sino que por culpa y por angustia de que le pase algo a sus hijos tiende a sobreproteger", comentó. Sostuvo que la sobreprotección genera estragos en el psiquismo del niño y planteó pensar en una maternidad que pueda proteger, pero que también pueda otorgar libertades.

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