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  • La rosarina que jura que puede venderlo todo

    » La Capital

    Fecha: 17/10/2024 16:34

    Además de vender objetos usados, el core business de esta emprendedora es vaciar casas de gente que se va a vivir al exterior. Son ventas de hasta $6 millones. “Estos jeans no hablan español y algunos están nuevos, sin uso”, dice Florencia Poch en uno de sus vivos de Instagram mientras les muestra a sus más de catorce mil seguidores una pila de pantalones importados. Está parada en un living caótico, repleto de muebles que llevan etiquetas con códigos y precios. Todo es parte de la feria de venta de muebles y artículos usados con el objetivo final de vaciar la casa de una clienta que se va a vivir al exterior. De fondo, se escucha a la dueña de los pantalones acotar las marcas y la cantidad de usos de cada uno. La chica que filma también aporta datos, para dar una idea de los talles diciendo que ya se los probó, que ella es de caderas grandes y que le entran perfecto. “Vendo cosas usadas, desde una cuchara hasta una casa”, así se presenta Florencia en su cuenta personal. Desde el 2020, la productora de seguros dejó su trabajo full time en una aseguradora para dedicarse a la reventa de artículos usados cuando, después de dos años de éxitos, descubrió que podía venderlo todo. “En el 2018 me compro una casa que tenía muebles de los dueños anteriores. Hicimos un acuerdo de que yo se los guardaba un tiempo, pero cuando quise disponer de los espacios y ellos no sabían qué hacer con las cosas, les propuse venderlas y lo hice”, cuenta sobre sus inicios. A partir de ese primer pedido, sus amigos le empezaron a solicitar ayuda para hacer lo mismo con sus pertenencias, la mayoría de ellos porque emigraban a otros destinos y necesitaban vaciar las casas. Ahí fue cuando decidió abrir un Instagram específico, @detodolaspoch , y dedicarse a la comercialización de objetos. Desde entonces en su feed e historias se pueden observar desde libros infantiles, vajillas completas, muebles nuevos o deteriorados, hasta herramientas y ropa: “La idea es que no quede nada. Por ejemplo, si hay cuadernos usados, les arranco las hojas escritas y hago un combo de librería”, explica. Ventas de oportunidades Florencia tiene muy en claro que su trabajo contribuye con la persona que debe desprenderse de sus cosas, pero que el gran ganador siempre es el comprador: “Yo vendo oportunidades. El que gana es el que compra porque accede a verdaderas ofertas. Tengo seguidores que me cuentan que se han ido armando la casa con muebles usados que yo promociono y que de otra forma les hubiese llevado años”. Otro aspecto del negocio que Florencia maneja claramente son los precios: “Yo le sugiero a la gente a cuánto cobrar, porque si los valores son costosos no se vende. No me sirve publicar algo caro, a mí me sirve la rotación. Lo que importa no es el precio, sino la relación entre lo que sale nuevo y la oportunidad que representa usado”, agrega. Florencia Poch.jpg La rosarina, Florencia Poch, es creadora del Instagram @detodolaspoch, donde vende objetos y muebles usados o sin estrenar. Foto: gentileza Florencia Poch. Para comercializar un artículo en la cuenta de Florencia, existen distintas modalidades. Si se busca comercializar productos sueltos, ella comisiona el 20% de cada uno. El interesado se comunica vía whatsapp y ella le envía el CBU del vendedor. Una vez hecho el depósito y enviado el comprobante, Florencia elabora un minucioso excel donde vuelca la información del comprador, el artículo adquirido y el monto abonado. Ese excel se lo entrega a su cliente y con eso calcula cuánto le corresponde por las ventas. Luego el comprador irá a retirarlo al domicilio indicado. Ahora bien, ¿cómo se asegura el buen estado del producto? Florencia responde que es una cuestión de confianza entre las tres partes: “Cuando me piden comercializar algo, como una mesa, pido que me manden videos mostrando todos los detalles, ese material ayuda a definir un precio. Yo confío que el vendedor me está contando todo sobre la mercadería y el comprador confía en que esa información es todo lo que necesita saber”. Vaciar casas al 100% Su otra modalidad son las ferias. Esas tienen como objetivo vaciar una casa, en general de personas que tienen planes de emigrar. Aquí la dinámica consta de varias partes, primero un relevamiento donde se dividen los objetos importantes, como muebles grandes o electrodomésticos, de los pequeños como la ropa, piezas de decoración y otros artículos de uso diario. Los grandes se promocionan durante semanas en su cuenta de Instagram aclarando que son parte de una próxima feria. Esos productos en general ya están vendidos cuando ella va a la casa del cliente a filmar y comercializar lo que queda. Previo al vivo donde se presentan las ofertas, Florencia y su equipo de cinco personas etiquetan cada cosa, les ponen códigos para reconocerlas y las disponen para exhibirlas en redes. Para ese trabajo, cobra fijo u$s 200: “Las casas deben tener productos que permitan una venta de $5 o $6 millones totales, sino no me rinden”, detalla. Que comience el show Una vez hecho el relevamiento, comienza la transmisión en Instagram: “Hacemos vivos que pueden llegar a durar hasta seis horas y ahí la gente va cantando lo que quiere. Mi equipo toma nota del comprador y luego por mensaje se le pasa el CBU del cliente para que hagan el depósito”, explica. Para mantener a sus seguidores enganchados, la emprendedora recurre al humor. Dice que suelen hacer sketches cómicos con las cosas de los vendedores y todos (su equipo, los dueños de casa y ella), se terminan sumando. “Hay personas que me dicen que no quieren aparecer, pero después de un par de horas se empiezan a sumar y hacer pavadas con nosotros porque se dan cuenta que sirve y venden más”, comenta. De una feria pueden salir unos 100 compradores que luego irán a la casa del dueño y retirarán su producto ya abonado. De esta última etapa, Florencia no participa, entrega el excel con la información al vendedor. En estos años la dueña de @detodolaspoch dice que ha vendido cualquier cosa, desde un horno de pan hasta lotes de telas de mercerías que han cerrado: “Puedo con todo, pero lo único que no acepto vender son parcelas, animales y suegros”, bromea.

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