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» Diario Cordoba
Fecha: 11/10/2024 09:19
La lengua española dispone de distintos mecanismos para crear palabras que pueden ser necesarias para designar nuevas realidades. Además de los dos procedimientos que se presentan de forma prioritaria en distintas gramáticas y en los manuales escolares -a saber, la derivación y la composición-, existen otros mecanismos interesantes, como la ‘acronimia’. El término ‘acrónimo’, de claro origen griego, ofrece dos acepciones en el DLE. La primera hace referencia a una sigla cuya configuración permite su pronunciación como una palabra; así, por ejemplo, ‘Sumer’ se habría formado a partir de ‘Su’, ‘m’ (de ‘Majestad’) ‘e’ (de ‘el’) y ‘r’ (de ‘Rey’). Algunos gramáticos emplean la denominación ‘siglónimo’ para designar palabras como la del penoso ejemplo. Sea como fuere, lo cierto es que esta última ‘r’ se ha ganado a pulso quedar en minúscula y ocupar el último lugar de la nueva voz. Con respecto a la segunda acepción, la ‘acronimia’ incluiría aquellos vocablos formados mediante elementos de dos o más palabras, casi siempre el principio de la primera y el final de la última. Así podría surgir el elemento ‘gólchez’, a partir de ‘golfo’ (‘autor’) y –chez (búsquese una palabra adecuada para ‘beneficiario’). Mi trabajo es enseñar gramática, entre otros aspectos. Lo hago con más o menos acierto, pero con mucho empeño. Ahora bien, mucho más que empeño requiere la dedicación que la Princesa Leonor está entregando a su formación como futura Jefa del Estado. Y quienes se lamentan de tener que estudiar a diario deberían tomar conciencia de su suerte, pues en la Escuela Naval Militar de Marín hay una heredera a la que ‘Sumer’ le acaba de dar otro mal golpe de timón. ¿Era tan complicado haber sido sencillamente normal? n Suscríbete para seguir leyendo
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