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  • Agustín Battioni: la autogestión como creador de contenido, la tragedia que lo cambió todo y el cuidado de la imagen de su hija

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 10/10/2024 04:33

    Nacidos en Redes - Agustin Battioni Agustín Battioni es un actor y comediante argentino que ha logrado destacarse tanto en los escenarios como en las redes sociales. Su debut en la actuación tuvo lugar en 2015, cuando participó en la obra Mis días con Sam, una experiencia que marcó el inicio de su carrera artística. A partir de ahí, su versatilidad y su carisma lo llevaron a explorar diferentes plataformas, donde encontró un gran nicho en el entretenimiento digital. En los últimos años, se consolidó como creador de contenido en Instagram y TikTok, plataformas en las que acumula una comunidad de casi dos millones de seguidores. Su estilo humorístico y los sketches que comparte han sido clave para el crecimiento de su popularidad. Además de su éxito profesional, Agustín disfruta de una vida familiar junto a su pareja Natacha Tedesco y su hija Filipa. La llegada de su pequeña ha sido un evento significativo en su vida personal y no duda en compartir momentos entrañables en sus redes, lo que genera aún más conexión con su audiencia debido a su autenticidad. Agustín Battioni: “Cuando sos autónomo, independiente, si no te movés no generas ingresos”. Mai: — ¿Cómo es un día habitual en tu vida como creador de contenido? Que en este caso es por partida doble porque tu pareja también lo es. Agustín: — Nosotros con Naty nos despertamos y sabemos que a la mañana hay que grabar. Mai: — ¿Todos los días? Agustín: — Sí, todos los días. Mai: — ¿Juntos? Agustín: — Sí. Mai: — ¿Se llevan bien? Porque son compañeros de trabajo y de vida. Agustín: — Sí, recontra. Está bueno. Mai: — ¿Se divierten? Agustín: — Sí, re. Porque si bien compartimos mucho el tema de los videos, tenemos muchas cosas por separado y nos encanta compartir lo de los videos. Mai: — Se despiertan y organizan cómo van a grabar. Agustín: — Claro. Grabamos uno al otro y seguimos el día. Mai: — ¿Te das cuenta que para muchos que lo ven de afuera es divertido tu trabajo? Es una jornada de grabación de videos graciosos. Agustín: — Sí, pero hay una rutina. Es gracioso y sí a veces nos reímos mucho, pero a veces hay que hacerlo como una rutina de laburo. Hace videos Naty, hago videos yo, lo editamos, seguimos con reuniones, preparativos del casamiento, de la luna de miel, reuniones que tenemos o temas administrativos, tema facturas y todo lo que tenés que hacer (risas). No es seguir el día y mirar tele. Eso no existe. Yo laburo todo el día y mis amigos me dicen: “Dale, pero si vos grabás videos”. Mai: — Te dicen: “¿Cuántos minutitos dura tu video?” Agustín: — Te juro. Mucha gente me pregunta. Estamos como menospreciados porque parece fácil, pero hay un montón de trabajo detrás de eso. Mai: — Es autogestionarte todo. Agustín: — Sos autónomo, sos independiente, si no te movés no generas ingresos y si no generás ingresos no comés vos ni tu familia. Naty a veces se desespera porque hay meses que son muy buenos, hay otros que son más o menos y hay mesetas. "No hay día que no lo extrañe. Todos los días lo pienso", expresó Agustín sobre su hermano, quien falleció en un accidente automovilístico. Accidente Mai: — ¿Siempre fuiste gracioso? Agustín: — Siempre fui un poco personaje, siempre quise llamar la atención. Pero creo que fue también un poco inconscientemente por lo que me pasó en la vida que quería sonreír y divertirme. Mai: — ¿Qué te pasó? Agustín: — Yo nací sin padre y cuando fui más grande falleció mi hermano, entonces fueron como dos tiros. Creo que surgió de chico de forma inconsciente. Viví una vida normal, tenía a mi vieja, abuelos... Pero creo que el inconsciente quería que yo sonría, me divierta y sea feliz. Entonces siempre quise ser el payaso, siempre me reí de mi, de mis defectos, nunca me molestó en absoluto cargarme a mí mismo. Siempre me gustó que se ría la gente conmigo, llamar la atención y cuando fui creciendo creo que eso que era inconsciente pasó a ser consciente de querer volver a sonreír, a ser feliz. La vida nunca fue color de rosa, pero que tenga un tono más lindo. Mai: — ¿Puedo preguntar qué le pasó a tu hermano? Agustín: — Mi hermano falleció en un accidente de auto. Mai: — ¿A qué edad? Agustín: — Tenía 23. Mai: — ¿Y vos cuántos tenías? Agustín: — Yo tenía 21. Parece poco, pero ya se van a cumplir 10 años. Fue lo peor que me pasó en la vida. Perdí a mi hermano, a mi papá, porque él era todo para mí y me cuidaba demasiado. Cuando se fue, sentí un dolor que no se explica, que no lo puedo dimensionar con nada. Mai: — ¿Pudiste encontrarle una explicación para salir adelante? Agustín: — Sí. Entendí que él no quería estar acá, que quería estar con mi viejo porque eran muy apegados. De hecho, tenía todo para seguir adelante me parece. Mai: — ¿Sos creyente? Agustín: — Creía mucho y me enojé demasiado cuando pasó lo de Fede, mi hermano. Ahora volví a creer y me perdoné un poco. Entiendo que son cosas que pueden suceder, que no son naturales, porque te cambian el paradigma de la vida. Pero también aprendí a vivir de una manera diferente. Fue muy duro. No hay día que no lo extrañe y todos los días lo pienso. Mai: — ¿En momentos? Agustín: — Sí, pero literalmente todos los días. Mai: — La vida así como te quita, también te da y llegó tu hija... Agustín: — Sí, primero apareció Naty y después Filipa y mi vida es hermosa, soy re feliz. Siempre aparece algo que te da ganas de seguir adelante y eso lo aprendés con las vivencias. Mai: — ¿Sos más cauteloso con los riesgos de la vida después de lo que le pasó a tu hermano? Agustín: — Cuando mi hermano falleció, que falleció manejando, volviendo de bailar, me seguí comportando como un pelotudo porque creo que le hacía pecho a la vida. Salía a bailar y manejaba que, lamentablemente, ocurren todos los días y lo han hecho casi todas las personas que conozco. Pero tuve la suerte de no estamparme. Mai: — Pensás “a mí no me va a pasar” Agustín: — Claro. Decís: “Me tomo dos cervecitas, total…” y no es así. Hace varios años que no tomo cuando manejo. Tomar y manejar no está bien. Lo hemos hecho todos. Yo he tenido la suerte de que no me pase nada, mi hermano no la tuvo. Apenas pasó lo de Fede yo seguía mi vida, salía a bailar, actuaba por instinto y después en un momento me cayó la ficha y dije: “Estoy haciendo todo mal para tapar esto” y ahí cambié mi comportamiento. Mai: — Como creador de contenido, ¿sentís una responsabilidad de comunicar estas cosas? Agustín: — Sí. Es que ¿sabés lo que me pasa a mí? Detesto al que dice: “Se puede manejar con dos copas, no pasa nada” o el que se fuma un porro y agarra el auto o el que se droga y sale. Yo no me drogué en mi vida… Mai: — O el que está con el teléfono. Agustín: — Todo. Todo está mal y no tomás noción hasta que te pasa algo, lamentablemente. Mai: — ¿Y la paternidad te cambió? Agustín: — Sí, en todo. Con respecto a esto no hay probabilidades de que yo hoy chupe y maneje; y menos si estoy con Filipa. Es imposible. Somos dos con Naty así que nos turnamos. “No sé si tengo ganas de que mi hija con un año y medio tenga una empresa en las redes”, explicó Agustín en diálogo con Mai Pistiner. Paternidad y redes Compartir momentos especiales y logros de una hija en las redes sociales puede fortalecer la conexión de una familia, crear una comunidad de apoyo entre padres que comparten experiencias similares y permitir disfrutar de momentos divertidos en la etapa del crecimiento. Si se hace de manera controlada y respetuosa, incluso puede abrir oportunidades futuras en el mundo digital. Sin embargo, la exposición en redes también puede vulnerar la privacidad y seguridad de los menores, ya que las imágenes y videos pueden ser utilizados por terceros con fines no deseados. Además, podría generar una presión indebida para mantener una imagen pública desde temprana edad, lo que puede afectar el bienestar emocional a medida que crece, y existe el riesgo de que esta exposición pueda influir en su identidad y desarrollo, al no poder controlar su presencia en Internet. Mai: — ¿Te da incertidumbre el hecho de exponer a tu hija en redes sociales? Agustín: — Estoy en ese signo de pregunta. No le hicimos Instagram o redes sociales a la gordi justamente por eso. Ella lo va a decidir cuando sea más grande. La cuidamos y ella decidirá cuando quiera tener sus redes. Hay mucha gente enferma... Mai: — ¿Te ha pasado algo con la exposición en redes? Agustín: — No, pero yo trabajaba en el poder judicial antes de trabajar con las redes y he visto cosas horribles, aberrantes, horribles, desde casos de grooming hasta caso de pedofilia. Hay mucho, es un asco y es muy fuerte. No entendés cómo existen esas personas, pero existen y hay muchísima cantidad. Yo no soy quién para abrirle un Instagram, no sé, me da miedo. Mai: — Tenés amigos que lo hacen. Agustín: — Sí y está perfecto. Yo no me pienso meter en lo que ellos decidan. Cada cual tiene su librito de educación. No digo ni que está bien lo mío ni que está bien lo de ellos. Están perfectas las dos cosas. Son dos maneras de criar diferentes. Mai: — Quizás el día de mañana cuando tenga 6 años te dice: “Papá no quiero aparecer más, no quiero que me filmes” Agustín: — Total. Y no la voy a filmar más. Mai: — O al revés, te dice: “Papá me quiero abrir un YouTube”. Agustín: — Sí, totalmente. También hay una realidad que todos los padres que les hicieron un Instagram a su hija, le están dejando una empresa. Cuando tengan conciencia, van a tener una empresa a su nombre. Mai: — Hay que ver a dónde va a esa empresa también. Agustín: — Claro. Hay que ver si se funde, si cae en la quiebra o no (risas). Pero no sé si tengo ganas de que mi hija con un año y medio tenga una empresa. Prefiero que se quede con mi empresa el día de mañana cuando yo sea muy viejito o ya no esté. Mai: — ¿Te da incertidumbre vivir de redes sociales o ya te acostumbraste? Agustín: — Para mí siempre está la incertidumbre. Creo que cuando sos independiente y vivís de lo tuyo la incertidumbre está siempre. Tenés meses muy buenos, meses muy malos. La incertidumbre con respecto a lo económico siempre está presente. Yo creo que con respecto al futuro de las redes sociales ya no. Por suerte hay un montón de creadores de contenido, de personas que dicen: “Me quiero dedicar a esto” y ya es un laburo. Muchos dicen: “Facebook ya murió” y no. Hay un montón de gente que vive de Facebook, Instagram tiene su público, TikTok tiene su público. Me dicen: “¿Qué sabés si Instagram va a durar toda la vida?” Es la típica pregunta que me hacen desde 2016 (risas). Y les digo: “Es que puede ser que no dure para toda la vida, pero puede aparecer un TikTok, como ya pasó, o aparecer otra cosa. No lo sé”. Mai: — Y te vas adaptando. Agustín: — Claro. Te vas adaptando a las nuevas redes, formatos... Mai: — ¿En cinco años cómo te ves? Agustín: — Actuando en películas y series, que es lo que más amo en el mundo y lo que estudié. Lo que he hecho en su momento, pero bueno ahora hay una crisis fuerte en el sector. También me sigo viendo en las redes sociales, reinventándome.

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