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  • “Patrimonio no es lo que se pone bajo una campana de cristal”

    » Elterritorio

    Fecha: 07/10/2024 21:34

    Tuvo la revelación de su vocación a los 11 años al ver por primera vez la reducción jesuítica de San Ignacio. Docente e investigadora, pone énfasis en el rol social del patrimonio sábado 05 de octubre de 2024 | 10:30hs. Graciela se desempeñó en la docencia universitaria por muchos años y fue una de las impulsoras de la carrera de Arquitectura de la Unam. Foto: Marcos Isaac Mucho se habla de que Misiones tiene magia, no sólo por su naturaleza cautivante sino también por su gente y sus construcciones, es decir, su patrimonio material e inmaterial. Graciela Gayetzky de Kuna lo vivió en carne propia cuando tenía apenas 11 años y visitó la Reducción Jesuítica de San Ignacio con la escuela primaria; Fue en ese momento que tuvo la revelación de su vocación profesional: la arquitectura, la investigación y la defensa del patrimonio. Graciela nació en Buenos Aires, recibió de arquitecta en la UBA pero desarrolló la mayor parte de su trabajo en la tierra colorada, donde se mudó a los 31 años junto a su marido y sus dos hijas. Desde la docencia universitaria y la investigación abogó siempre por el análisis y reflexión de la importancia de revalorizar los lugares que fueron clave en la constitución de un pueblo y cuyas paredes hoy son amenazadas por el abandono. Fue docente de varias carreras en la Universidad Nacional de Misiones, en universidades privadas y en la Católica de Encarnación. Fue además una de las impulsoras de la carrera de Arquitectura, Urbanismo y Territorio en la Facultad de Arte y Diseño de la Unam. Jubilada hace dos años continúa con la inquietud, la curiosidad y el deseo de seguir manteniendo viva la memoria de los pueblos desde su patrimonio. ¿Cómo entró la docencia a tu vida? La docencia también fue una revelación. Recién llegada a Misiones fui a una reunión de arquitectos locales y se preguntaron qué es el posmodernismo. Se tiraban la bola, ninguno contestaba y cuando llegó a mí empecé a explicar que es esto y aquello. Uno de los que estaban ahí era docente en Paraguay y me invitó a serlo en la carrera de arquitectura de la Católica de Encarnación, trabajé 20 años ahí. Así descubrirás la vocación docente. En la Unam entró en el 96. Cuando cumplió 8 años de docente en Paraguay abrió un concurso en la Unam para la cátedra de historia del arte de las carreras de Letras e Historia. También di clases en Turismo, empecé en tres materias: productos mundiales, nacionales y Misiones y Mercosur. Me encanta la docencia porque cada disciplina te da una mirada distinta, cuando vos adaptas tus conocimientos a los requerimientos es un desafío. Tengo alumnos que están por el mundo y me escriben agradeciendo porque gracias a mí empezaron a ver las cosas de distinta manera, las obras de arquitectura, por ejemplo. Los desafíos me divierten. ¿Cómo te fuiste inmiscuyendo por los caminos del patrimonio misionero? Cuando llegué a Misiones tenía bien en claro que lo que me interesaban eran las Misiones Jesuíticas, pero andando por los caminos me topé de frente con la escuela de Leandro N. Alem (la Normal Superior N°1 'Domingo Faustino Sarmiento') y no Podía creer que lo que estaba viendo, es una cosa hermosa desde el punto de vista de la arquitectura, de cómo toma lo urbano, está orientado canónicamente, esto es, según las reglas del buen arte. En mi proyecto de investigación presentamos los documentos para que se la nombrara un Monumento Histórico Nacional (por decreto 1934/12), fue la primera obra de la modernidad fuera de provincia de Buenos Aires y Capital que fue nombrada Monumento Histórico Nacional, fue en 2012 cuando se cumplieron 30 años de la muerte de Mario Soto, uno de los dos arquitectos, el otro fue Raúl Rivarola. Tuvimos muchas desgracias, especialmente de la modernidad porque con lo jesuítico ya hay un poco más de respeto. No estoy muy contenta con eso, pero entiendo que el presupuesto es mínimo. Ahora presentamos tres leyes de conservación del patrimonio a Cultura de la provincia. El interés por las obras de la modernidad vino con la escuela de Alem y empecé a investigar por mi cuenta. En 2007 publiqué en una revista de la Sociedad Central de Arquitectos de Buenos Aires que tiene una revista y publiqué sobre esa escuela y ellos me dieron para el artículo bocetos dibujados del arquitecto. Algunos hacen la interpretación de que el techo es como un libro abierto, tiene un techo que es independiente de lo que hay abajo, entonces lo de abajo se podría, si quisieran, moverlo. Sigue funcionando como escuela pero los bienes patrimoniales de la provincia están muy mal, lo jesuítico se mantiene porque hay que mantener el sello de la Unesco, lo mismo que Iguazú, porque desde el punto de vista de entrada al turismo es lo que más da. Ahí viene el interés por las obras de la modernidad… Se me ocurrió dirigir un proyecto de investigación sobre la modernidad de Misiones porque viene de la mano de la provincialización, es muy interesante toda la épica de la provincialización. Los concursos de arquitectura los ganaron nadies, recién recibidos. Marcos Winograd, Clorindo Testa eran recién recibidos, después fueron conocidos mundialmente y grandes maestros. Esto de Misiones es invaluable porque son las primeras obras de los grandes arquitectos que se hicieron acá. En el caso de (Alejandro) Bustillo, que fue anterior a la provincialización, cuando viene para acá no había hecho casi obras; había venido invitado por el gobernador del Territorio Nacional en los 30. Él hace un prototipo para comisaría y se empiezan a construir en distintos lugares de Misiones. ¿Qué es el patrimonio para vos? En una oportunidad cuando estábamos buscando un Caps de Testa en Panambí, lo encontramos cerca de la costa del río Uruguay. A la semana siguiente que fuimos la gente lo había pintado con los colores brasileños, pero no importa porque la importancia es el orgullo del ser, el orgullo de la pertenencia. Patrimonio no es aquello que se pone debajo de una campana de cristal -con las Misiones Jesuíticas no hay alternativa- pero el resto está en uso, el patrimonio de la modernidad está en uso y eso es importantísimo, porque al seguir usándose se sigue manteniendo y revalorizándose. Tiene un rol social fundamental. El tipo de Panambí nos decía que todos los de allí y los de alrededores habían nacido en ese Caps. Por eso hablamos mucho del uso social del patrimonio. Es aquello que necesita ser mantenido y para ello necesita de muchas profesionales, el trabajo de un arquitecto no pasa por hacer obra nueva, también es investigar para ver los orígenes de la obra, para justificar el nombramiento y la protección, para saber que no es lo mismo el hormigón de los años 50 que el hormigón de ahora. ¿Hay recambio generacional para continuar con las investigaciones? Hay relevo, siempre hay relevo. Lo que pasa es que no sé si están muy visibles. No hay mucho incentivo y no estoy hablando sólo de lo económico, no hay mucho incentivo a nivel nacional para el tema. De hecho este hombre (por Javier Milei) no quiere hacer obra pública y dentro de las obras públicas está el restauro, el mantenimiento. Pero ahora hay carrera de Arquitectura, eso va a cambiar radicalmente la mirada de la provincia, es muy importante que haya gente sensible de arquitectura en la provincia, de la universidad nacional especialmente. Cuando empezamos a investigar hicimos una convocatoria amplia a gente que se interesara por el tema y 30 investigadores tuvimos. Eran de distintas disciplinas entonces fue interpretar a los investigadores, las inquietudes, muy interesante. El mes que viene la Editorial Universitaria publicará el libro Territorios de modernidad, Alejandro Bustillo en Misiones. Arquitectura, Diseño Industrial, Historia, Turismo, de Kuna junto a sus colegas investigadoras Alba Cristina Ferreyra y Laura Agustina Basile. Es producto de un intenso y largo proyecto de investigación llevado adelante entre 2010 y 2022. “A Bustillo arribamos tardíamente porque empezamos primero con los del concurso que son después de la provincialización y Bustillo es de antes. Una de las veces que fui a Puerto Iguazú empecé a ver las obras y no sabía que eran, recién en 2021 se nombraron y les pusieron cartelitos”, comentó. Pero Bustillo tiene diferentes obras en la tierra colorada, entre las que se pueden nombrar el frente de la catedral, las dos plazas de Posadas, el pórtico del cementerio La Piedad y el vallado de las ruinas jesuíticas de San Ignacio, entre otras. “Es como que ensayó en el Territorio Nacional lo que después hizo en otras partes como el monumento a la Bandera, la rambla en Mar del Plata”, comentó. ¿Hay conocimiento de los pueblos sobre su patrimonio? Lo que hacíamos era ir a hablar con la gente, con la Municipalidad y explicarles que tienen estos bienes y que sería muy bueno cuidarlos. Nos dio muchos buenos resultados, hubo muchas ordenanzas que protegen bienes que son municipales y que ahora van a servir para justificar estas leyes que son provinciales. No sé si Bustillo llegará a la Unesco, pero por lo menos que llegue a Nación. Peleamos mucho como los Oberá para que no destruyan el Automóvil Club. Yo les decía 'loco, hay dos o tres automóviles club que quedan en Argentina. No lo destruirán porque destruyen parte de la historia'. Lo mismo con la comisaría, que también querían destruirla porque había llegado guita para hacer las comisarías nuevas. Hacer obra nueva es más caro que restaurar obra vieja, desde el punto de vista económico también es importante conservar. Tras todo este camino recorrido con sabores dulces y agrios, Graciela no quiso dejar de agradecer y homenajear a tres grandes mujeres que Misiones le permitió conocer y fueron de inspiración además de sus colegas: la arquitecta Mary González y las ya fallecidas Graciela Cambas y Chiqui Poujade . Este viaje al que se adentró la llevó a ella ya sus colegas exponen ponencias en el edificio de la Unesco en París (Francia) con una maqueta de la imprenta de Santa María la Mayor, así como en Florencia (Italia) con un póster de las cuatro Misiones del río Uruguay y la última vez en la India. Ahora, con las libertades que le da la jubilación, además de seguir investigando, encontró una nueva profesión en la curaduría, que ofició en la muestra Contemplar del hechizo verdor. Viaje a la naturaleza y el color misionero, de Héctor Alcides Arce, que se inauguró ayer en el Museo Juan Yaparí de Posadas. Perfil Graciela G. de Kuna Arquitecta Arquitecta, Universidad de Buenos Aires, Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Doctorado en Educación en Artes Visuales, Universidad de Sevilla, España. Maestría en Educación por el Arte, Universidad Nacional de Misiones. Diplomado Superior en Ciencias Sociales, Flacso. Diploma en Estudios Avanzados-Suficiencia Investigativa, Universidad de Sevilla. Especialización en Docencia Universitaria, Universidad Nacional de Misiones. Formación Ambiental, Flacam-Unesco, La Plata. Compartí esta nota:

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