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  • Una ocasión para profundizar en un colectivo con mucha vida por delante

    » Diario Cordoba

    Fecha: 01/10/2024 05:03

    Un proyecto de: Las personas de edad avanzada conforman uno de los grupos poblacionales más numerosos, pero raramente reciben la visibilidad que deberían. Una de las pocas excepciones es el 1 de octubre, el Día Internacional de las Personas Mayores o de las Personas de Edad, como lo denomina la Organización de las Naciones Unidas. Fue esta institución la que acordó en 1990 su celebración, reconociendo el valor de este colectivo para la sociedad y su contribución al proceso de desarrollo. Un año más tarde, la ONU establecía una serie de principios «para dar más vida a los años que se han agregado de vida”: el principio de independencia, participación, cuidados, autorrealización y dignidad. Con ellos, la organización da las claves de lo que debe ser el ideal en esta fase de la vida, una mezcla de envejecimiento activo, sistemas de apoyo sociales y la importancia de preservar su dignidad y derechos en un momento en el que las condiciones físicas y cognitivas pueden no ser las que eran antes. El peso de este grupo en el conjunto de la sociedad ha crecido en los últimos años. La población de más de 65 años en España sumaba, en enero de 2022, casi 9,5 millones de personas, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística. Es cerca del 20%, la quinta parte, del total de habitantes de España. Esto se debe a que, en las últimas décadas, la esperanza media de vida se ha alargado de forma considerable, gracias a que han mejorado las condiciones para la supervivencia, al menos en España. En 2022, la esperanza de vida al nacer se había incrementado en casi ocho años, hasta los 83,2, mientras que la de 65 años subía hasta 21,3 años más. Una fase diversa y compleja Frente a estos avances en la esperanza de vida, a veces puede aparecer un tipo de discriminación, conocida como edadismo. Y es aquí donde todos, instituciones públicas y privadas y la sociedad en general, debemos remar hacia una misma dirección; dar a las personas mayores el lugar que se merecen, ya que fueron el motor del desarrollo y bienestar que hoy tenemos. El colectivo senior se encuentra en una parte de su vida en la que puede disfrutar de un envejecimiento activo, siempre que las condiciones acompañen. Son años en los que probar nuevas propuestas de ocio (o dedicar más tiempo a las que ya se tenía); realizar estudios o actividades para los que, hasta entonces, no se encontraba hueco; apuntarse a voluntariados o incluso, si se desea, seguir trabajando. Cualquier cosa que permita mejorar la calidad de vida y la autonomía personal. También son años de necesidades concretas, que no siempre se atienden adecuadamente; más cuando esas condiciones físicas y mentales necesarias no acompañan, de hecho, desde MAPFRE, expertos en el colectivo senior, insisten en la importancia de la colaboración público-privada para poder dar respuesta a estas necesidades. Ante esto surgen distintos modelos para ajustarse al incremento de la esperanza de vida, como el retraso en la edad de jubilación o regímenes flexibles, que permitan compatibilizar trabajo y cobro de pensión. Asimismo, se crean soluciones que complementan las ayudas públicas, y que suponen una tranquilidad para los mayores y sus familiares. Cuando se trata de personas de edad avanzada y de sus necesidades, es necesario un enfoque múltiple, como destacan desde MAPFRE. “En MAPFRE no solo nos preocupamos por las necesidades financieras de los seniors, sino que también abordamos aspectos clave como la salud, la soledad y la adaptación del hogar, contribuyendo así a mejorar la calidad de vida de este importante segmento de la población”. A través de su programa Generación Senior, la entidad quiere dar respuesta a los distintos desafíos que se pueden plantear en esta fase de la vida. Esta propuesta, centrada en el colectivo a partir de 55 años, está diseñada para atender algunas de las principales preocupaciones de este sector de la población, para lo que incluye una serie de soluciones específicas, entre otros, para adelantarse a una eventual pérdida de poder adquisitivo, con la cultura del ahorro y la previsión como núcleo. El programa facilita el acceso a diferentes servicios, productos y beneficios, así como a soluciones de inversión de la aseguradora, con las que completar el plan de jubilación, y con el apoyo de una asesoría fiscal senior específica. Otra opción cada vez más tenida en cuenta, es utilizar la vivienda para complementar los ingresos. Más conocida como hipoteca inversa, se trata de un producto financiero para que las personas mayores puedan obtener un complemento de sus ingresos sin perder la propiedad ni el derecho de uso de su hogar. Es un tipo especial de préstamo hipotecario dirigido a personas a partir de 65 años, con vivienda en propiedad sin cargas, que permite obtener liquidez de ese patrimonio inmobiliario sin perder la titularidad de la vivienda, de la que se puede disfrutar hasta el momento del fallecimiento. Asimismo, otras preocupaciones de las personas en esta franja de edad son la salud y la autonomía personal. Para ellas, el programa incluye seguros sanitarios, como “Tú e-liges” contratable hasta los 75 años, que pone el foco en la prevención de enfermedades como el cáncer de colon, o de accidentes cerebrovasculares como el ictus. Y un seguro de accidentes que ofrece hasta 200 horas de ayuda domiciliaria para estas situaciones. Además, ya que nadie está exento de encontrarse en una situación de dependencia en un momento dado, desde MAPFRE insisten en la necesidad de contar con una solución que garantice un prestación mensual y vitalicia, algo que puede marcar la diferencia. Todas estas son algunas de las posibilidades para poder centrarse en disfrutar de una etapa de la vida que, por suerte, cada vez dura más, y a la que es importante que lleguemos bien preparados, en todos los aspectos.

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