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» Diario Cordoba
Fecha: 23/09/2024 09:31
Uno de los cultivos considerados sociales durante décadas en la provincia de Córdoba por ser uno de los que más mano de obra generaba, como es el algodón, ha ido perdiendo presencia en el campo cordobés en las últimos años, una pérdida que ronda el 76% en cuanto a superficie en 20 años. En concreto, en la provincia de Córdoba, se ha pasado de tener en el 2005 una superficie de algodón de unas 10.000 a 12.000 hectáreas, a las 2.620 que se contabilizan en la presente campaña. La mayor parte de este cultivo es de regadío. Este año, en concreto, del total de la superficie sembrada, solo 9 hectáreas son de secano. Este es uno, quizás el último motivo (y también el primero), que ha ayudado a que el blanco de las rosas del algodón haya ido desapareciendo del paisaje rural cordobés por la falta de agua, pero antes se han ido produciendo otros acontecimientos que han ido abocando a los algodoneros a orientar sus tierras por otros cultivos más rentables. Según ha explicado a este periódico el secretario general de UPA, Miguel Cobos, el cultivo del algodón «está bajando en Córdoba a pasos agigantados» y el origen de esta caída se remonta a la sequía de los años 2007 y 2008, cuando también entonces «la siembra en Andalucía descendió bastante y desde entonces se ha ido manteniendo el descenso». En aquella época, explica Cobos, Córdoba era la segunda provincia andaluza con mayor superficie de algodón, solo superada por Sevilla. Ahora, sin embargo, además de Sevilla, están Cádiz y Jaén por delante de Córdoba. Este año, en Andalucía la superficie sembrada ronda las 50.000 hectáreas. De ellas, 45.897 son de regadío y 5.104 de secano. Del total de la superficie sembrada, Sevilla ocupa el primer lugar con 34.061 hectáreas; seguida de Cádiz, con 11.177; Jaén es la tercera, con 3.028; y Córdoba, con 2.620, la cuarta. La presencia del algodón en Huelva es testimonial, con 114 hectáreas. El cultivo del algodón en Córdoba Uno de los motivos que ha hecho que no se recupere el cultivo del algodón en Córdoba, según Miguel Cobos, es por la mayor versatilidad de la tierra cordobesa. «Es decir, el suelo de Córdoba tiene menor salinidad que otros, por eso en otros sitios sí han tenido que mantener este cultivo y en Córdoba, dado la baja rentabilidad que venía dando en los últimos años, se ha ido apostando por otros cultivos mucho más rentables», entre los que destaca el olivar. Esta baja rentabilidad, explica Cobos, se justifica en el bajo precio que se paga al productor, de en torno a 40 o 50 céntimos el kilo de algodón sin desmotar. Con ese precio hay que pagar todo el proceso productivo, por ser una planta muy exigente en agua, abonos y tratamientos fitosanitarios que dejan muy poco margen de beneficio, especialmente en años como los actuales, con poco recurso hídrico para el riego. Ante esta situación, explica el secretario general de UPA Córdoba, los agricultores optan por sembrar leñosos, como el olivar, los cítricos o los almendros, pero especialmente el olivo. En concreto, Miguel Cobos explica que mientras que con una hectárea de algodón con la producción y las ayudas de la PAC, «que es lo que lo salva, se cubren gastos», con una hectárea de olivar, que tiene menor coste de mantenimiento, puede producir 2.500 kilos de aceite, «que, al precio que tiene actualmente, hace mucho más interesante su cultivo». En la época de mayor actividad algodonera de la provincia de Córdoba se sembraba mucho en toda la campiña y en todo el Valle del Guadalquivir, mientras que ahora se ha quedado circunscrito a algunas zonas de La Colonia (La Carlota y Fuente Palmera) y ciertas parcelas de Posadas, Palma o Santaella. El otro gran cambio que ha experimentado el cultivo del algodón ha sido el de la mano de obra que generaba, pues de ser una recolección con cuadrillas enormes para recoger cualquier parcela, en la actualidad, la mecanización ha hecho que la recolección sea mucho más rápida y menos costosa para los agricultores. Suscríbete para seguir leyendo
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