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» Diario Cordoba
Fecha: 14/09/2024 09:27
Es difícil olvidar la cara que me puso Pepe Larios la primera vez que le dije, en una campaña electoral de las locales en 2011, con Ecolo (y Rosa Colmenarejo como candidata), que yo pensaba que deberíamos alejarnos de la imagen del ‘ecologista coñazo’. Primero, su expresión de aturdido un poco ojiplático... segundo, su carcajada. Entonces no nos conocíamos personalmente, yo no había sido activista pero sí tenía referencias de su labor. En esa dinámica Pepe fue fundamental, desde su compromiso en la concienciación del cementerio nuclear de El Cabril. Esta ciudad sería otra sin él. No contábamos con ningún tipo de fondo en las campañas, los gastos salían de nuestro bolsillo. Sin dinero, pero con imaginación, apostamos por la acción artística: nos colgamos de árboles para lanzar lemas, repartimos el programa electoral escrito en manzanas, hicimos molinillos de papel, etc. Uno de los momentos más locos fue montar una cama en la vía pública, a lo Yoko Ono y John Lennon, para recrear su famosa imagen contra la guerra. Así que Pepe, y su mujer Pepa, no dudaron en aportar su propio colchón para que pudiéramos hacer la acción con los votantes, que se metían con nosotros en la cama para la foto de apoyo. Siempre que pienso en ellos me pregunto qué político sería capaz de hacer algo así. Pepa ha sido fundamental a lo largo de una vida intensa, muy dura en algunos aspectos para ambos, pero que han compartido con pasión y a una. Cuando yo tenía algunas dudas de no estar a la altura, de no ser ese ‘ser de luz’ ecologista o tenía miedo a los errores, Pepe me tranquilizaba entonces diciéndome que podía cometer entre ‘tres y siete pecadillos ecologistas’. Me avisó que si cometía más de siete sería una hipócrita, y que si cometía menos de tres podría ser una radical un poquito zumbada. Así que me dio las claves para saber que, en este mundo, puedes tener ideales, llevar una vida acorde y no perder la cabeza, siendo flexible. También le reconozco a Pepe el mérito de ser, probablemente, la única persona en este país que era capaz de entender una factura de la luz. Miraba un montón de datos, que se actualizaban cada día y sabía interpretar qué significaba. Ya les aseguro que es imposible para nosotros llegar a ese nivel de conocimiento. El miércoles, en el tanatorio, estábamos preocupados porque, quizás, le molestaría la huella de carbono de nuestros coches al ir a despedirle a las afueras... Nos lo tendrá que apuntar como pecadillo. En los últimos años le veía a través de las redes sociales sus fotografías de pájaros. Sin duda, toda la fauna de la Ribera va a estar más sola. Que descanse en paz. Suscríbete para seguir leyendo
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