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  • Cardioangiólogos intervencionistas: Si el Gobierno no regula honorarios de obras sociales, los pacientes caerán en la Salud Pública y "el sistema colapsa"

    Crespo » Estacion Plus

    Fecha: 30/08/2024 17:11

    Así lo advirtió el expresidente del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas, Dr. Alejandro Palacios, en declaraciones a FM Estación Plus Crespo. Una especialidad de 14 años de formación, cuyos nuevos profesionales se van del país, porque el ejercicio no reditúa. ¿Cuál es el problema y qué puede pasar con las intervenciones cardiovasculares? Esta semana, dicha especialidad médica protagonizó una medida de fuerza, que pretendió visibilizar una compleja situación que atraviesa el sector y que de no mediar pronta solución, el panorama para los pacientes de clase media y baja, es desalentador. La unidad de medida para honorarios, sin actualizar Para comprender la raíz de la inconsistencia económica que aluden, el expresidente del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas, Dr. Alejandro Palacios, en diálogo con FM Estación Plus Crespo explicó: "Antes había un nomenclador nacional, basado en una unidad reajustable que se llamaba 'Galeno', establecido por la Superintendencia Nacional de Salud, el que adjudicaba a cada práctica una determinada cantidad de galenos. Esa unidad se actualizaba de acuerdo a la inflación, entonces automáticamente subían los valores e iba acompañando, compensando los ingresos con los gastos. Con el advenimiento de las prepagas, se eliminó totalmente el nomenclador nacional y ahora se paga un módulo cerrado por la consulta con el electrocardiograma, con la angioplastía completa, una cirugía con dos días de internación, y todo lo que alcanza esta especialidad. Pasamos a este módulo fijo, que no se reajusta y por consiguiente, los incrementos que le dieron a las prepagas o a las obras sociales, no se traslada a los prestadores. Desde la pandemia no se han trasladado y se sobrellevaba, pero la inflación del último tiempo, ha destruido el sistema". Los costos, en escalada Tratar la afección cardiovascular de un paciente a través de una intervención, requiere de una cuantiosa inversión por parte del profesional. Al respecto, Palacios comentó: "Hoy un equipo de angioplastía -de última generación-, está entre 500.000 y 1 millón de dólares. Depende de los software y los accesorios, como características de pantallas y demás, pero ronda ese rango. Para hacer una angioplastía se necesitan por lo menos 2 médicos preparados en cardiología intervencionista, un anestesista, un enfermero, y un técnico. Los materiales que se utilizan son todos importados, a valor dólar, que se han aumentado un 1.600% desde hace un año a la fecha. Y mientras tanto, a nosotros nos incrementaron el módulo en un 300%, en pesos. Es imposible mantener esa ecuación. Cuando uno lo compara con los gastos, no se llegan a cubrir, quedamos en una calidad de honorarios médicos despreciable". Pacientes pagan más, pero los honorarios son diferidos El especialista confirmó que "los pagos ingresan a los 60 ó 90 días" y ahondando en la situación, dio cuenta: "La demora hace que cada vez más médicos prestigiosos, se vayan de las cartillas de prestadores, porque no conviene. La mayor prepaga de la República Argentina -la que tiene más afiliados-, paga en su plan más alto de cobertura, $45.000 una consulta. Cuando uno recibe el importe a los tres meses, con los gastos e impuestos, se convierten en $22.000. Pero no hay uniformidad, porque hay prepagas que en su plan más alto, abonan $6.000 la consulta, que al percibirlos terminan siendo $1.600". "¿Quién puede pretender que interese atender de esa manera? No cubre los costos de nada", reflexionó Palacios y sostuvo: "Uno pone prestigio, educación, práctica, todo sobre el mostrador, para $10.000, que se van en dos cafés. Y una consulta médica involucra decisiones, riesgo, compromiso de prestación, donde hay una responsabilidad legal. Las sobras sociales y prepagas, que recaudan un montón de dinero mensual, no pueden estar pagando esos números". Profesionalización Las intervenciones cardiovasculares son delicadas y se practican muchas veces sobre el filo entre la vida y la muerte. Por ende, los médicos que llevan adelante estas prácticas son altamente formados y actualizados. Alejandro Palacios explicó que "Posteriormente a la carrera de medicina -de unos 7 años-, hacemos una residencia de cardiología de 4 años de posgrado, más 3 años de un curso superior universitario para ser cardioangiólogos intervencionistas. Son más o menos 14 años, para salir a una profesión que está desfinanciada". Las nuevas generaciones lo miran así y ya ni siquiera quieren empezar esta carrera. Además, en mi caso tengo más de 40 años en la profesión y estoy actualizándome, viendo cosas nuevas. Los cursos que se dan en el extranjero, hay que viajar o incluso haciéndolo online, el valor igualmente es en dólares. Es la única manera de medianamente estar en la cresta de la ola. En cardiología, la República Argentina lideró el primer tratamiento que fue el Bypass, con el doctor Favaloro. El Stent, con el doctor Julio Palmaz, un platense, que lo descubrió y lo hizo. La protesis aórtica, con el doctor Juan Carlos Parodi. Y hoy estamos empantanados, no podemos salir de un debate de ingresos, que lo que hace es deteriorar la calidad de prestación. Es cada vez más lamentable". Éxodo de especialistas en ascenso La situación descripta impulsa a que los profesionales aspiren a desarrollarse en otros países. El expresidente de la entidad que nuclea a estos especialistas en el país, manifestó: "La profesión está totalmente devaluada y el número que queda para honorarios es muy pobre. No se van a poder hacer más intervenciones a pacientes con enfermedad cardiovascular, porque no se está consiguiendo gente joven que quiera hacer guardias o estar disponible para cuando se lo necesite. Un evento cardiovascular agudo a las 3:30 de la madrugada, por el dinero que queda, no vale la pena ni movilizarse". "Quienes residen en provincias que son fronterizos con países limítrofes, se van por el día, a hacer una guardia 24 horas, y vuelven, con un dinero que no pueden ganar en la Argentina. Hay gente joven que se está formando, de la cual el 90% expresa en forma anticipada, que se quiere ir a vivir a otro país. Hay un descontento en la cardiología, las encuestas refieren como principal eje, la calidad de prestación y remuneración. Se está orquestando una tormenta perfecta, dentro de poco no vamos a tener médicos, porque cada vez hay más dificultad. Hay mil prestadores de salud en la República Argentina, ¿cómo se habla con cada uno de ellos para generar un honorario digno?. La Superintendencia de Salud, es la que tiene que regir el acuerdo entre los médicos y las obras sociales o prepagas. Estamos reclamando ser escuchados, entrar en una mesa de diálogo y ponerle -por lo menos- un punto en la lejanía, para empezar a arreglar este problema grave que tenemos". Advertencia tras advertencia El Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas viene llevando adelante varias y prolongadas gestiones para arribar a una solución. A modo de reseña, Palacios apuntó: "Habíamos hecho una advertencia del paro reciente, hace dos meses ya, y habíamos pedido una pronta comunicación con las autoridades, para lograr alguna mesa de diálogo entre los financiadores y los profesionales. Buscamos empezar a hablar del incremento de nuestros honorarios. Hemos mandado cartas a todas las prepagas y obras sociales, a la cartera de Salud de Nación, y estamos a la espera de ver qué es lo que nos dicen. Autoridades nacionales y provinciales argumentan que los hospitales no tienen problemas, por eso se desentienden de afrontar injerencia con las prepagas. Pero el 50% de la salud es de atención pública, y el otro 50% depende de obras sociales, sindicales, provinciales, municipales o prepagas. Si ese 50% se siente destrotejido o no accede a la especialidad con su cobertura, cae en el sistema público y va a colapsar el sistema". "La República Argentina tiene una salud muy fraccionada y que no interactúa entre sí. Cada uno de los valores de las prácticas o de las consultas médicas, son puestos arbitrariamente por los pagadores, sin intercambio alguno con los médicos", explicitó el reconocido cardioangiólogo intervencionista. Una acotada respuesta de la Salud Pública a la misiva, no generó demasiadas expectativas, por el contrario. Aún así, se esperanzan en una solución viable: "Estamos allanando un poco el camino, esperamos que se puedan abrir las puertas e ir a dialogar. Pretendemos que se pueda establecer un marco regulatorio, tener un parámetro acorde a lo que se brinda", enfatizó Palacios.

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