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  • Lucero sobre Pullaro: “Los intereses de la provincia de Santa Fe no se encuentran bien defendidos”

    » El Ciudadano

    Fecha: 27/08/2024 00:07

    El secretario general de Sadop apuntó contra las políticas del gobernador y describió la difícil situación de los y las docentes privados en la ciudad, en un contexto inflacionario sin actualización salarial que alcance Martín Lucero es el secretario gremial de la delegación local de Sadop, el gremio que nuclea a trabajadores de la educación privada. En 2023 fue reelegido con el 80 por ciento de los votos. Habló con El Ciudadano sobre el impacto en la vida de las y los trabajadores de las políticas de Estado del gobierno nacional y por qué para él la gestión provincial está alineada con las mismas. —¿Qué representa el gobierno de Javier Milei para el conjunto de los trabajadores? —Representa un desafío muy grande porque pone en juego las bases esenciales con las cuales se viene trabajando en derecho laboral de hace 60 o 70 años en Argentina. La ley Bases representa la idea de que el principio protectorio es aceptar que los trabajadores y los empleadores están en igualdad de condiciones, lo cual lleva siempre a la precarización. En realidad cuando vos flexibilizás normas de empleo esta relación que el derecho laboral equipara se vuelve desigual. Entonces los empleadores vuelven a imponer condiciones a los trabajadores y cada vez que perdemos derechos laborales nos acercamos más a la esclavitud y esto es lo que está pasando. En Argentina todos los trabajadores y las trabajadoras estamos perdiendo derechos de manera brutal y nos acercamos peligrosamente a esquemas que son más propios de sistemas esclavistas que de sistemas republicanos o democracias modernas. —¿Qué representa el gobierno de Maximiliano Pullaro para los trabajadores? —En líneas generales representa una política laboral y económica muy parecida a la de Javier Milei, las diferencias son meramente discursivas. Se hacen discursos muy encendidos a favor de la autonomía, de la independencia, de la soberanía de la provincia de Santa Fe en términos de su relación con el gobierno central, pero las medidas políticas que se toman son exactamente iguales. Al punto de que el gobernador Pullaro fue un entusiasta defensor de la firma del Pacto de Mayo que paradójicamente se firmó en el mes de julio. Entonces, a partir de eso cuando Milei viene proponiendo ajustes sobre los salarios, Pullaro ajusta sobre los salarios, Milei viene planteando reformas sobre las jubilaciones, Pullaro apuesta a las reformas sobre las jubilaciones. “Santa Fe convalida considerar a la educación un servicio esencial que de esencial no tiene nada porque no representa ninguna inversión nueva sino por el contrario. Lo único que se hace es limitar el derecho de huelga. Así volvemos a convertir a las escuelas en depósitos de niños” Los intereses de la provincia de Santa Fe no se encuentran bien defendidos, es brutal el recorte que hay sobre la obra pública y sobre los fondos nacionales que venían para Santa Fe. Tenemos varios casos. En el caso de las jubilaciones, los que venían de Anses, y en el caso de la docencia, específicamente los que venían para el fondo nacional de incentivo docente. A partir de esa mecánica hay que decir que Pullaro ha votado y los diputados nacionales de Pullaro han votado todas las leyes que Milei ha planteado diciendo un discurso muy combativo y sosteniendo políticas que son exactamente iguales. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Diario El Ciudadano (@diarioelciudadano) —¿Cómo describirías la situación laboral de los docentes privados en Santa Fe? —Hoy la docencia privada en la provincia está pasando un momento muy complejo al igual que la docencia de gestión oficial. Hemos tenido un retroceso muy parecido a lo que sucedía en la década del noventa: hay presentismo, los salarios están congelados, las paritarias se cierran por decreto. Evidentemente hay una avanzada sobre el sector docente que va a tener un claro impacto negativo sobre la calidad educativa que tanto se menciona. ¿Quién va a querer ser docente en la provincia de Santa Fe si tenés que ir a trabajar enfermo, si el salario está por debajo de la línea de pobreza y si cuando te tenés que jubilar cada vez tenés que trabajar más años? Es brutal que las propuestas de la reforma jubilatoria que impulsan algunos diputados y diputadas del oficialismo provincial se basen en la idea de que la mujer tiene que trabajar ocho años más. O sea, una docente tiene que trabajar ocho años más en el aula para poder jubilarse. Santa Fe está generando esta idea de convalidar el ajuste por cuestión de género que es otra forma de violencia, en este caso un mecanismo más de violencia económica. Así que la situación para la docencia en general es mala, la situación del sistema educativo en general en la provincia es malo y esto se termina de validar con esta idea que Santa Fe convalida considerar a la educación un servicio esencial que de esencial no tiene nada porque no representa ninguna inversión nueva sino por el contrario. Lo único que se hace es limitar el derecho de huelga. Así volvemos a convertir a las escuelas en depósitos de niños. O sea, que haya dos o tres docentes que los cuiden, dejan a los chicos ahí y después los pasan a buscar cuando terminen. Un depósito de niños o una guardería, de calidad educativa no se habla. —Trajiste a colación el reciente proyecto de ley para declarar a la educación como servicio esencial, que ya tiene media sanción en Diputados. —Es un viejo anhelo de los sectores más conservadores de la política argentina: que no haya paro docentes, entonces terminamos atacando siempre las consecuencias y no las causas. Hay provincias en la República Argentina donde los docentes están cobrando 400 mil pesos, este gobierno eliminó la paritaria federal docente, motivo por el cual en Argentina no hay salario mínimo, está desregulado lo que cualquier docente puede cobrar y pareciera que cualquier esquema de protesta que tenga que ver con eso, cualquier esquema de paro, queda cercenado. ¿Quién va a querer ser docente el día de mañana? Yo realmente pregunto ahora que son tan liberales y hablamos tanto del mercado y las posibilidades de trabajo, pongámoslo en términos de competencia, ¿quién va a querer competir en el mercado laboral docente? Si te obligan a estudiar porque tenés que tener título terciario y no te pagan el título. ¿Sos profesor? Cobrás lo mismo que siendo maestro o que siendo máster o que siendo licenciado o que siendo doctor en educación. No se pagan los títulos docentes. La jubilación tiende a extenderse en el tiempo, o sea que una maestra de nivel inicial que es el primer nivel de la educación obligatoria puede terminar trabajando hasta los 65 o 70 años de acuerdo a qué economista de turno te toque. Los salarios son pésimos, una docente en Santa Fe con el último aumento va a estar cobrando por debajo de los 600 mil pesos. Buena parte de ese salario tiene que ver con el tema del presentismo que la mayoría de la gente no lo termina cobrando porque se pierde por cualquier situación entonces, cuando el presentismo termina representando más del 10 por ciento de tu sueldo hace que literalmente la gente vaya a trabajar enferma o dejando a su familia descuidada. “Hace años que la provincia adolece de un plan educativo integral. Las gestiones son muy improvisadas” Ocho de cada diez docentes que trabajan en el sistema son mujeres, si bien no es lo correcto somos un sector donde las tareas de cuidado siguen recayendo mayoritariamente en las compañeras que dejan a sus hijos en manos de familiares o vecinos para poder atender la cuestión laboral porque lo que terminan perdiendo de presentismo es privativo de lo que pueden comer después. Estamos poniendo entre la salud y la comida. La situación en Santa Fe es muy compleja y la respuesta de los gobiernos es: no hagan paro. Su intención no es resolver el problema sino decir “no hagan paro”, la educación anda bien si está abierta. Esto empezó con la pandemia, cuando hablaban de “abran las escuelas, abran las escuelas”, bueno… Las escuelas hace tres años que están abiertas todos los días y los paros al año pueden llegar a ser 10 o 12. Supongamos que de los 190 días de clases haya 10 o 12 días de medidas de fuerza. El problema de la presencialidad de la educación tiene que ver no con esos diez días sino con los otros 180. Los gobiernos no hacen absolutamente nada. Por eso tenés escuelas como el otro día acá en Rosario donde salieron alumnos y alumnas intoxicados por monóxido de carbono, ¿dónde está el Estado en ese momento, qué hace por resolver la situación de las escuelas los otros 180 días que no tienen paro? —¿Cómo impacta la eliminación del Fonid? —Fue brutal eso. Estamos tan bien y estamos tan mal que el Fonid cuando se eliminó eran 28.300 pesos y representaba aproximadamente el 10/12 por ciento del salario. Se congelaron tanto los sueldos que sigue siendo importante la suma porque 30 mil pesos en un salario 600 mil en promedio sigue siendo un montón. Es un 6 o 7 por ciento de su salario y eso se lo sacaron y ningún gobierno hizo nada por recuperarlo. La respuesta de Santa Fe fue instalar el presentismo para algunos porque en la provincia ni siquiera todos lo cobran sino solamente quienes están frente a curso, o sea maestros, profesores y profesoras, personal directivo y personal de supervisión. Pero secretarios, preceptores, bibliotecarios, el personal auxiliar, el jefe de laboratorios y demás, no lo cobran y con ese dinero que se le paga al 30 o 40 por ciento del sistema educativo se podría haber propuesto una suma de dinero semejante a la que se perdió por el presentismo y mejorar la situación de todos. Hoy 30 mil pesos representan en términos relativos una semana de alimentación para una familia tipo, comiendo cosas muy muy básicas, que atienden solamente el hambre. Es decir, no te cubre los gastos de traslado ni nada. A ese nivel es lo que se perdió y ese es el nivel de falta de sensibilidad que están teniendo los gobiernos para con la docencia. —Además de la cuestión salarial, ¿qué necesitan las aulas en Santa Fe para mejorar el sistema? —Hace años que la provincia adolece de un plan educativo integral. Las gestiones son muy improvisadas. Se agravó con la pandemia porque evidentemente dentro la improvisación general que había durante la gestión de (Adriana) Cantero la pandemia fue un hecho nuevo y sumó lo imprevisible a eso. Pero ahora la gestión de (José) Goyti también es improvisada. La única política educativa que se quiso implementar fue el plan de alfabetización que se anunció en el primer día de febrero y se contrató con un tercero, no se diseñó en la provincia, sino que se hizo con una ONG que no es de Santa Fe. El eje neurálgico es que se gastan millones de pesos en propaganda y hablan del plan Raíces, que fue una improvisación. Qué podés esperar del diagnóstico que pueda haber sobre mobiliario escolar, sobre la infraestructura en las aulas, sobre la conectividad. Por un lado, nosotros estamos pensando en ver cómo formamos alumnos y alumnas para que se inserten en un mercado laboral que cada vez va a demandar mayor interacción con los recursos tecnológicos y el trabajo mediado. Se habla de coworking, de home office, se habla de un montón de cosas y las escuelas no tienen conectividad, los alumnos y las alumnas no tienen total acceso y dispositivos propios. El más popular es el teléfono pero no todos los alumnos tienen acceso, no necesariamente tienen al paquete de datos y no estamos educando en eso. Entonces, en un mundo que se globaliza cada vez más y evidentemente nuestra inserción en el mercado internacional del trabajo se está dando por algunas competencias en los servicios… Me encanta que hablen de lo bueno que es Mercado Libre y los fantásticos que son los Galperín, pero ¿cuántos Galeprin estamos formando? Porque no estamos formando alumnos y alumnas para que puedan desarrollar ese tipo de actividades. Es más, las mentes más brillantes que terminan saliendo del sistema superior están sufriendo un desfinanciamiento terrible porque la universidad corre con terribles amenazas y está totalmente en crisis. ¿Qué falta en Santa Fe? Una reforma educativa profunda que no solamente tiene que ver con los contenidos, con lo que enseñamos, sino también con una inversión en equipamiento, infraestructura, modernización del sistema educativo. que tiene mucho que ver con el proyecto. Si nosotros queremos tener una escuela de secundaria de cinco o seis años con un nivel básico y un nivel orientado, hay que equipar las escuela para eso. Si no hacemos como si nada y cuando estudiamos medios de comunicación volvemos a enseñar la letra del diario cuando los chicos están todos los días leyendo páginas webs. —Mencionaste la pandemia. En algún momento, cuando empezaron los cierres y se empezó a reestructurar la vida en relación a la emergencia sanitaria, había una cierta esperanza de lo que se iba a incorporar y cambiar en la educación. Por lo que decís la pandemia sólo profundizó una crisis que ya estaba —Sin duda que la profundizó. Todo lo que esperábamos que fuera una revolución o todas la carencias que la pandemia exhibió no tuvieron políticas que de manera correlativa forzaran que el sistema educativo se aggiornara. Parte de los alumnos tuvieron clases remotas y en el mundo del trabajo del hoy se hace home office, es una modalidad que incorporó la pandemia y nosotros no estamos formando alumnos para que eso sea de esa manera. Lo digo en términos generales, después puede haber escuelas o proyectos educativos o puede haber mucho trabajo de la docencia para que eso funcione pero la realidad es que no los estamos formando de esa manera. Distinto es el caso de la educación superior que ya sí tiene ese tipo de modalidades y sí vas a encontrar una oferta mucho más amplia que tiene que ver con la educación remota pero no es la regla ni es determinante que sea así. —Por tu contacto con docentes, ¿cómo cuentan la crisis económica social que padece gran parte de la sociedad? — Es terrible. Te encontrás de todo, hay algunos relatos que son conmovedores. Hemos escuchado y hemos visto llorar acá en el gremio a gente que no llega a fin de mes o ha ido a trabajar con dolores o enfermos para no perder el presentismo. También hay docentes que no pueden atender la cuestión de la salud, eso también está muy golpeado. Todos los que tenemos obras sociales sindicales estamos siendo víctimas de brutales políticas de ajuste que establece el gobierno nacional y que impactan en el bolsillo. Las demandas económicas son cada vez más grandes y el bolsillo no se agranda. Para que tengamos una perspectiva sobre el gobierno: proponen en Santa Fe como una gran política que ningún docente va a cobrar menos de 50 mil pesos y ese monto no cubre ni ir y volver del trabajo que son 10 mil pesos solamente de movilidad por semana. Y solo si tomás un colectivo a la ida y otro a la vuelta. Entonces en cuatro semanas son 40 mil pesos. Esa es la cuenta que hay que hacer. Ni hablar si un docente de media trabaja en más de una escuela y así todo el aumento se le fue en transporte. Estamos viviendo una crisis brutal. Lo que nunca había visto en todos estos años, con esta crudeza, es la sensación de que la gente acepte una extorsión. Los compañeros y compañeras, transmiten en la cara la humillación. Es la misma que nos llevamos nosotros a veces de las paritarias, porque el contexto y la situación económica te lleva y porque cada vez son más presiones y el clima de época ayuda. Seguramente el tema de quitar los paros va a generar apoyo en muchos sectores sociales que hoy están contentos con eso y que mañana van a terminar sufriendo porque si declaran la educación un servicio, mañana los servicios pueden ser obligatorios o no. Hoy la educación entra como servicio entonces todos están contentos y aplauden pero mañana los papás les van a decir pero ya no es más obligatorio, si usted lo puede pagar lo manda y sino no. Porque en este país la otra discusión siempre es económica. Es hermoso tener una escuela por pueblo pero es carísimo, esto ya lo han dicho en el gobierno nacional. “El largo plazo en este país desapareció, tenemos que atender la coyuntura de todos los días” ¿Por qué Banegas Lynch dijo “si usted tiene un taller por qué su hijo tiene que ir a la escuela”? A él le tocó la parte buena porque el papá tenía una universidad privada entonces le tocaba ser hijo del dueño de una universidad privada. Pero es verdad que avanzan sobre la educación obligatoria y el primer paso para que la educación deje de ser obligatoria es que no sea un derecho porque si es un derecho es obligatorio, si es un servicio ya deja de serlo. Y los docentes lo ven esto y además de la precarización laboral se transforma en una cosa de decir: che yo estoy viendo que esto va a pasar y nadie está haciendo nada al respecto o son minoritarios los sectores que se pronuncian de una manera en este sentido Santa Fe tiene 100 obras paradas, le habilitaron 20 y el gobernador aplaude… Y bueno, es muy complicada la situación y creo que como todo esquema político tiene sus altas y sus bajas, hoy el gobierno abusa de la legitimidad que tiene, especialmente el gobierno de Santa Fe y en algún momento eso se va a terminar. En esta provincia, pasó Reutemann. —En Rosario también estuvo muy presente, en relación a las escuelas, la cuestión de la inseguridad y de la violencia, ¿cómo está esa situación ahora? —Es todo un recorrido eso. Para nosotros fue una línea divisoria de aguas el año pasado. Después de muchos atentados a veces se relativizaba un poco la situación, “inseguridad hay en todos lados” decían. No es que haya hechos de inseguridad más o menos graves, pero si le pegan un tiro a un chico a la salida de la escuela es terrible. Y a partir de eso, cuando fue la marcha por el tema de la inseguridad y demás se empieza a generar conciencia de que había que poner un límite en las escuelas. Hubo una gran adhesión social al tema, este año después de que fueron los cuatro homicidios con los trabajadores en la ciudad de Rosario y se decretó el cierre de escuelas tuvimos un gran apoyo de parte de la sociedad porque ahí hubo escuelas que abrieron y los padres no mandaron a sus hijos. También fue terrible porque hay que ir a la escuela y saber que uno es responsable de treinta o cuarenta o cincuenta alumnos a tu cargo. Representarte la posibilidad de que pase algo en ese contexto para un trabajador o trabajadora de la educación es duro pero las maestra y maestros no piensan en eso, piensan en que le pase algo a algunos de sus alumnos. Hemos tenido amenazas y gente que ha tenido que cambiarse de escuela y por este tipo de situaciones. Falta la política pública pero las mismas escuelas le fueron encontrando la salida, fue medio comunitaria, ayudó mucho el apoyo de las comunidades especialmente en los lugares más problemáticas. Pero hay que saber que eso no terminó, quizás se descontinuó. Dejamos de ser noticia nacional pero no por eso deja de ser noticia en el barrio y en los barrios sigue pasando. —¿Qué proyectos tienen en Sadop? —Estamos tratando de atender la situación más urgente que es fortalecer la política de acción social, más allá de la cuestión gremial donde atendemos problemas absolutamente todos los días. Hoy lo que nos saca la cabeza y no nos deja dormir tranquilos es ver cómo atendemos las cuestiones sociales, la demanda de ayuda. No somos un sindicato grande entonces tenemos que recurrir a otras herramientas. Tenemos la mutual del sindicato, tenemos algunas cuestiones de acción social porque no queremos que la gente pierda calidad de vida. Para el día de las infancias tuvimos mil personas que pudieron ir al cine gratis. Es una salida que a una familia le sale 50 o 60 mil pesos. Vino gente de otros departamentos del interior de la provincia. Son cuatro cuotas sindicales que volvieron en un mes. Tratamos de que la gente no pierda ese lugar de encuentro, que el sindicato sea un lugar de encuentro y que la demanda permanente de formación y capacitación que tiene la docencia nosotros la podamos dar través del instituto o el sindicato, en la mayoría de los casos de manera gratuita. Tenemos plataformas asincrónicas, algún crédito o financiación que pueda dar la mutual para acceder a beneficios pero la realidad es que en el último tiempo la mayoría de las ayudas económicas van al supermercado o algún servicio complementario en la obra social. Se hace lo que se puede dentro de una organización que es pequeña. El largo plazo en este país desapareció, tenemos que atender la coyuntura de todos los días y a partir de eso tratamos de que, sin dejar de ser prioritaria la protesta en la acción gremial, hoy cobra otra relevancia la acción social que tiene que ver con lo que la gente necesita porque es un momento de crisis.

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